La Nueva Animaga Ilegal

3.9K 267 0
                                    

Tome los libros que tenía encima de la mesa y salí enojada junto a Tonks.

- Creo que eres la alumna favorita de Moody. – Dijo Nymphadora riendo.
- Es que no puedo creer de las experiencias que pase y el mismo las presenció aun diga que aquellas malditas criaturas son inofensivas, y aun peor… que diga que yo las provoque. Te lo prometo, Tonks. Ese tipo algún día lo pagara.
- Te creo, _____. Pero ahora olvida eso, te tengo buenas noticias. – Dijo Tonks mientras me tomaba del brazo y me llevaba a las afueras de Hogwarts. – ¿Sabes porque te saque?
- Realmente no. – Dije mientras a lo lejos veía a Remus junto a tres escobas. – ¿Por qué Remus está junto a tres escobas?
- Es una sorpresa. ¿Sabes volar, verdad? 
- Creo que es un buen momento para decir que no. – Dije nerviosa al ver las escobas.
- Bueno, es fácil. Solo te montas sobre ellas y te sujetas fuerte por qué si no… bueno, nos quedamos sin ____. – Dijo Remus montándose sobre una escoba, igual que Nymphadora.
- No estoy segura.
- Vamos, es fácil. A tu madre le encantaba volar. – Dijo Remus.

Mi madre. Siempre que querían hacer algo que yo no querían mencionaban a mi madre, pero no los culpo, ella fue una asombrosa mujer. Además, es solo volar, Harry lo hace todo el tiempo, es fácil… ¿o no? Creo que solo me queda otro brazo por perder.

- Claro, será fácil. – Dije mintiendo lo más obviamente que pude.

Subí a la escoba, era gracioso, esto yo lo hacía en Día de Brujas pero nunca creí que realmente estaría volando.
Cuando Remus lo indico nosotras comenzamos a volar a una velocidad increíble.
Por unos momentos creí que caería pero no fue así, si no sentí una sensación de liberación, una sensación parecida cuando volé con Cotty, creo que uno de los mejores momentos de la vida.
Después de unos minutos de vuelo llegamos a unas montañas nevadas, el invierno estaba a punto de terminar pero era extraño que un hubiera tanta nieve en algún lugar ya en principios de Marzo.
Aterrizamos cerca de una casa extraña. 
Lo del aterrizaje fue un poco difícil para mí y como la nieve estaba engañosa caí sobre aquel manto delgado.
Remus y Ronks rieron ligeramente y no los culpo, fue algo gracioso.

- ¿Me pueden decir que hacemos aquí? – Dije levantándome fatigadamente.
- Estamos aquí por esto. – Dijo Remus Lupin sacando un frasco de su abrigo.
- Estamos aquí por un frasco. ¡WOW! El apocalipsis está a punto de ocurrir. – Dije fingiendo dramatización.
- Tu dijiste que querías ser animago, ¿cierto? – Pregunto Tonks.
- Claro, ¿esa es la poción?
- Espero que lo goces, ____. – Dijo Remus entregándomela.
- Muchas gracias. – Dije abriendo aquel frasco. Lo acerque a mi nariz, tenía olor a uva o… ¿cereza? No lo sé. – Si muero quiero decir que mi testamento está en la caja que me diste, Remus.
- Claro que no morirás. ¿Crees que te daría algo que tuviera al menos un porcentaje de mortalidad? Claro que no, _____. Eres demasiado valiosa como para morir.
- Entonces… ¿Porque me dijiste que esto podría matarme? 
- Remus quería saber si era solo pura curiosidad o realmente fascinación. - Dijo Tonks tomando el brazo de Remus.
- Bueno, los veré cuando sea un animal. Espero no ser una rata. – Dije mirando con inseguridad la botella.

Bebí la botella hasta el fondo. 
Miraba a Tonks y a Remus y sabía que nada había pasado hasta que sentí una sensación horrible en el estómago.
Era como si mis entrañas se quisieran salir por mi boca.
Mis pulmones, sentía como se cerraban poco a poco. No podía decir nada. 
Me tire al suelo retorciéndome de dolor.
Vi como Remus se quería acercar a ayúdame mientras a mí se me iba el aire de los pulmones pero Nymphadora
''Tranquilo, Remus. Todo estará bien.'' Dijo Tonks deteniendo a Remus.
Ya no aguantaba más.
Solté un grito de desesperación y cerré mis ojos.


Cuando los volví a abrir seguía recostada en la nieve helada.
Creo que nada había pasado ya que no me sentía diferente.
Intente pararme en dos pero no puede, me ponía en cuatro…. ¿Por qué diablos no podía parame en dos?
Me pare como pude.
Remus y Nymphadora me veían contentos y yo seguía sin entender por qué.
Entonces Nymphadora entro a aquella casa.

- Espera un momento, _____. – Dijo Remus… ¿Emocionado?
Tonks salió de aquella choza con un gran espejo, el reflejo lo tenía hacía ella siendo imposible que yo me viera en él.
- ¿Lista para verte? – Pregunto Tonks emocionada.

Yo solo asentí con la cabeza.
Tonks al voltear el espejo me di cuenta que ya no era yo en mi forma humana… era un perro, mejor dicho un lobo.
Mi pelaje era completamente negros, obviamente por el color de mi cabello.
Tenía nieve en mi boca, mejor dicho, en mi hocico de donde me había levantado.
Me dolía apoyar mi pata delantera izquierda que era donde tenía mis vendas, aún más mis heridas.
Salí corriendo por el bosque, realmente no me importaba el dolor de mi pata, ahora era libre.
Si huía nadie sabría cómo encontrarme, podía huir sin dejar rastro pero estos no eran momentos para huir.
Llegue nuevamente a donde estaban Tonks y Remus, lucia tan felices.
Ellos ahora eran como mis padres, me protegían y me querían, creo que nunca en la vida quisiera dejarlos.
Una pregunta me torturo por un rato.
''¿Cómo iba a volver a ser humana?'' Pensé aterrada.
Estuve un rato llorando (solo en aullido) mientras me revolcaba en la nieve. 
Hubo un momento en que me resigne y me quede acostada en la nieve sin hacer nada.
Cerré los ojos y cuando volví a abrirlos, tenía manos… Y PULGARES OPUESTOS! ERA UNA HUMANA NUEVAMENTE.
Me levante emocionada y corrí a abrazar a Remus y a Tonks.

- No le puedes decir a nadie sobre esto. – Dijo Remus serio.
- ¿Porque? – Pregunte disgustada.
- Por qué no puede haber ningún animago que sea menor de edad, te podrían meter a Azkaban y a mí también por darte la poción. Espero que lo disfrutes. 
- ¿A nadie? 
- Bueno, podrías decírselo a alguien que tuvieras realmente mucha confianza pero solo a alguien así. – Dijo Tonks algo preocupada.
- Gracias, en serio pero me tengo que ir Hogwarts porque si no me mataran. – Dije mientras tomaba una escoba. – ¿Donde he visto este tipo de escobas antes?
- Con Harry. Él también tiene una saeta de fuego igual que tu. – Dijo Tonks.
- Yo no tengo escoba. – Dije confusa.
- _____, a veces tardas en procesar la información en tu cabeza. – Me despeino ligeramente. – Remus y yo te hemos regalado esta escoba.
- Nonononono! Ya hicieron mucho por mí estos meses además debio ser muy costosa. – Dje algo apenada.
- Hay algo que debes aprender, cuando se regala algo no debe de importar si es el collar más caro del mundo o un simple dibujo de un niño. Un regalo es algo que alguien quiere representar con cariño. – Dijo Remus mientras abrazaba a Nymphadora.

''Gracias.'' Dije por todo lo que habían hecho por mí y salí volando a Hogwarts.
La mañana se había ido muy rápida con Tonks y Remus.
Cuando llegue ya era la hora del almuerzo y tuve que decir que estaba en la enfermería.
Me encontraba platicando tranquilamente con mis amigos cuando Harry aparece preocupado detrás de mí.

- _____, necesito hablar contigo. – Dijo mientras se sentaba en la mesa.
- Dime.
- No, aquí no. Es algo de extremo cuidado. – Dijo nervioso. – Hay que ir a la sala común.

Planeaba hablar con Draco pero al parecer Harry se veía muy precupado, no podía dejarlo en estos momentos además no había visto a Draco desde la clase de Moody, temo que algo le haya pasado.

La Oscura Bruja de GryffindorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora