La Oscura Bruja de Gryffindor

Ganando Enemigos

Abrí los ojos y estaba tirada debajo de un puente. Ubicando mi vista en lo alto, estaba aquel gran árbol que me había producido un gran desmayo y ahora una insoportable jaqueca. Tome la Nimbus 1.000 de Oliver Wood y me eleve, pero no hacía Hogwarts, estaba decidida a volver a mi antiguo hogar.
Había sido una completa cobarde al huir de ahí de esa forma.
Llegue y por suerte los muggles se alejaban y me daban la oportunidad de entrar.
Abrí la puerta y ahora lo que quedaba era el desastre que había dejado antes de irme con odio y venganza.
Levante mi varita con temor y casi en un susurro comencé a decir... ''Revela...
Tal vez no lo había pensado bien pero era el momento y tenía que terminar lo que vine a hacer.
...tus secretos'' Termine el hechizo.
Entonces todo volvió a ser... cenizas.
Las quemaduras estaban ahí, el dolor y los recuerdos de ese día volvían.
Subí rápidamente a donde fue la antigua habitación de mi hermana Juliana, todo estaba quemado como lo había dicho. Remus pudo salvar muchas cosas pero él no sabía los secretos que tenían las hermanas Schmidt.
En el suelo comencé a quitar las cenizas hasta que lo encontré.
Se me dificulto en un principio pero pude abrir la pequeña puerta que estaba escondida en suelo, de ahí saque un, digámoslo así, un cofre. Un cofre de hierro donde ella y yo guardábamos nuestros objetos más importantes.
Entre aquellas pertenecías de Julie encontré unas pequeñas hojas con notas musicales, sus canciones más antiguas pero entonces vi un pequeño libro color verde, escrito por delante ''Juliana T. Schmidt'' y entonces me llego como un dolor psicológico pero los recuerdos seguían pasando por mi cabeza. Ahora eran recuerdos múltiples, desde que yo estaba pequeña jugando con unas pequeñas muñecas hasta donde estaba con mi hermana Julie platicando.
Algo atravesó por mi mente.
Era algo que jamás habría creído.

                                                                                         Flashback.

- ¿Realmente tienes que volver a esa escuela? ¿Por qué no consigues un colegio aquí en Londres? – Pregunte mientras sacaba su ropa de la maleta.
- Entiéndeme, aprendo tantas cosas que a veces parecen... mágicas. – Dijo mi hermana Juliana con una sonrisa de oreja a oreja.

– Cuando ingreses ahí lo entenderás.

- ¿Y estaremos juntas? – Pregunte emocionada.

- Bueno, _____. Yo salgo este año pero siempre estaré cerca de ti. – Dijo mientras me abrazaba. Me alegre pero entonces tome uno de los cuadernos de Julie, mejor dicho un diario como el color de sus ojos, tenía escritos raros pero no le di importancia aunque a lo que le di importancia fue a lo que escribía en cada esquina de cada página.

                                                                                                       O.W.

- ¿Julie?
- Dime.
- ¿Qué es O.W?

El rostro de Julie se puso pálido con una velocidad impresionante, se me quedo viendo por un momento con esos inmensos ojos verdes por un momento y rápidamente intento quitarme el cuaderno que llevaba en las manos.Se notaba que deseaba que no lo abriera ya que esta vez no me veía con la cara dulce y sonriente de siempre, sino una cara preocupada pero con un brillo especial en los ojos.

- ¿Por qué tanta preocupación, Juliana? ¿Acaso te uniste a un sequito de brujas? – Dije en tono de burla.

Ella me miro aún más preocupada.

- Ya dame eso, _____. – Dijo ella un tanto enojada.
- Dime de que se trata y lo considerare.

Entonces ella un fuerte suspiro en forma de resignación mientras se sentaba en su cama.

- Y tiene que ser la verdad. – Asegure.

Pero ella seguía viéndome con ojos de muerte.
Quedamos en silencio un rato mientras ella meditaba sus palabras.

- Esta bien, pero necesito que después me lo entregues. – Dijo algo resignada.
- Soy toda oídos. – Dije mientras me acercaba.
- O.W. es por... un... chico. – Admitió en medio de un suspiro. – Es alguien menor que yo, está en quinto año mientras que yo estoy en séptimo año pero... no lo sé, ha logrado poder conquistarme. En un principio pensé que era un completo estúpido por qué esta un tanto obsesionado con el...
-¿El...?
- Es un deporte pero...
- ¿Cómo el básquetbol?
- Digamos que es como el basquetbol, el punto es que él está demasiado obsesionado con ese deporte pero ha demostrado ser una persona muy especial para mí y pues me hace sentir extraña, ____. Como si no hubiera algo mejor en la vida.
- Bueno, pero... ¿por qué te preocupabas de que lo viera? – Pregunte desentendida.
- _____, tienes una relación con mama que yo nunca he podido entender y tenía miedo de que le contaras quien era el por qué, bueno él es... - Pensaba mucho antes de hablar mi hermana Julie. – ¿Recuerdas cuando odiabas al equipo de los halcones por qué les ganaba en el decatlón académico?
- Claro que sí, el año en que me salí descubrieron que hacían trampa. Esas malditas aves, jamás las olvidare. – Recordé con desprecio.
- ¿Entonces dirías que tu equipo, los lobos, son como enemigos a morir de los halcones? – Pregunto Julie.
- Por supuesto que sí.
- Velo de esta forma, mi... llamémoslo equipo, las serpientes, son como los lobos y el equipo de él, los leones, son como los halcones. – Dijo ella con un hilo en la garganta. – Enemigos a muerte, y mi mama odia a los leones por qué son...
- ¿Tramposos?
- No, traidores. Por favor, _____. Necesito que no le digas ni una sola palabra a mama. – Rogo Julie.
- Jamás le diré nada, pero bueno, dime cual es el nombre de esa persona. – Pregunte ansiosa.
- Oliver Wood. – Confeso acompañado de un suspiro.

                                                                                        Fin Flashback.

El ahora famoso bateador de Puddlemere United, Oliver Wood, alguna vez fue el amor más grande de mi hermana mayor.
Era un sentimiento tan extraño, jamás lo había sentido antes.
Seguía buscando entre sus memorias objetos o algunos recuerdos sobre aquel amorío que tuvo con mi hermana.
Lo único que encontré fue una carta de Oliver dirigida a mi hermana.

Querida Julie:

¿Por qué te vas? ¡Podríamos estar juntos siempre! No entiendo por qué has tomado esas decisiones, recuerda que podrías lograr grandes cosas en el Ministerio, recuerda lo que dijo Dumbledore.
¿Acaso te molesta que yo sea menor que tú? Julie, la edad no importa en lo más mínimo, yo te amo y sé que tu sientes lo mismo por mí, no hagas cosas de las que te puedes arrepentir.
Trate de convencerte pero te conozco, Juliana, sé que con esta simple carta no cambiaras de opinión, enviaras cartas. Está bien, pero... ¿A dónde iras? ¿Por qué no se lo quieres decir a nadie?
Julie, si decides volver... aquí estaré.
Si no, al menos espero recibir tus cartas.

Te amo,
Oliver.

No entendía la carta hasta que observe la carta, tenía fechado el 8 de Noviembre del 2009, exactamente un día antes de que ella desapareciera.
Mi rabia era demasiada, ella no fue secuestrada... planeo su huida y Oliver Wood sabe sobre esto y el hijo de toda su progenitora no me dijo ni una sola palabra sobre esto.
Abandoné mi antigua casa con una rabia intensa en la escoba de Oliver Wood.
Avanzaba rápido, muy rápido, no sé como pero tenía planeado vengarme de Wood.

                                                                                                    ...

Llegue a Hogwarts y apenas estaba oscureciendo, muchos estudiantes me veían con una extraña expresión de... ¿miedo? No me importaba, solo quería encontrar a Wood.

- ¡Oliver! ¡OLIVER WOOD! – Gritaba ya por todo el castillo.
- ¿¡DONDE ESTAS MALDITA RATA!?Entonces ahí apareció, con su sonrisa estúpida.

- ¡La encontré, profesor! – Grito a lo lejos.
- ¡Qué bueno que est...!- Pero no lo deje terminar; lo golpeé tan fuerte con mi puño en su boca. Wood cayó al suelo mientras yo los seguía golpeando hasta que los gemelos Weasley me quitaron de encima de él, el profesor Snape me miraba desconcertado.
- ¿Qué te ocurre, Schmidt? – Gritaba el profesor.
- ¡Él lo sabía y la ayudo! El solo envió una mísera carta y ahora hace que todos pensemos que está perdida. – Gritaba como frenética.

- ¿Quién?

- Julie, él sabe dónde está Julie. – Dije mientras que ahora mis forcejeos se habían ido y me desplomaba en el suelo a llorar.