Empiezo a pensar en volver a casa cuando son las siete de la mañana, y lo único que he hecho durante horas, ha sido mirar como fluye el agua por el rio y sobre pensar en todo, pensar en como arreglarlo todo, como encauzar mi vida de la misma manera que el rio sabe exactamente dónde dirigir el agua.
¿Debo discúlpame por los actos de mi padre? No, sé que no es algo que tenga que ver conmigo.
A Evan no le gusta que la gente lo sienta si no ha sido culpable del hecho. Sé que no me culpa por los actos de mi padre, pero no llego a entender tampoco su actitud conmigo. Seth se lo ha tomado diferente, y no es que esperara que Evan hiciera la vista gorda ante tan jodida información, pero tampoco me gusta que me trate de la manera en la que lo hace. Podría simplemente ignorarme.
"Piensas sustituirme por él?" Podría haberle dicho lo mismo ante la lista de conquistas de las que presume últimamente.
A lo mejor simplemente debe mantener la mente ocupada... pero ¿para no pensar en qué?
¿En que besó a la hija del asesino de su madre?
Ya, a lo mejor a mi también me hubiese hecho falta varias distracciones para olvidarme de algo así.
Cuando ya estoy llegando a la plataforma, me paro de golpe.
A unos dos metros hay un chico.
Él levanta la mirada y me atraviesa con sus ojos. Un azul claro.
Tiene el pelo negro y no parece tener más de dieciocho años.
Es muy atractivo.
Pero nada de eso me impresiona. Lo que hace que me quede petrificada en mi sitio es ver la ropa con la que va.
Un uniforme militar.
Y lleva una metralleta colgada en el hombro.
Es un soldado.
Él me apunta con la metralleta y se acerca a mi, a paso rápido.
-¿Que haces tan cerca de la frontera? -Dice con una voz extremadamente sensual.
Cuando lo tengo cerca veo la placa plateada.
Marinelli.
Un apellido interesante para un chico interesante.
-Eh... Yo... Me he perdido. -Digo sabiendo que esa es la peor excusa.
Él ahora cree que soy de este lado. Así que tiene órdenes explícitas de que si alguien se acerca a la frontera, muere. Y ahora mismo, estoy bastante cerca de la frontera.
-Vete de aquí. Es peligroso. -Dicho eso baja la arma. Me quedo estancada en mi sitio.
¿No va hacer nada?
Soy tan idiota que en vez de irme antes de que cambie de opinión, me dedico a decirle:
-Nunca te había visto antes. -Es la verdad, nunca le había visto antes, tanto aquí, como el otro lado. Él me mira sorprendido unos segundos, antes de recuperarse.
-Soy nuevo, acabo de llegar desde Chersmille, y acabo de empezar a trabajar en el ejército. -Me da una explicación que me sorprende. Ya que no pensaba que fuera a responderme. -Pero en serio. Deberías de irte de aquí. -Me vuelve a advertir. Asiento.
Me doy la vuelta y me pongo a caminar, muy consciente de que si ahora quiere puede dispararme a traición.
Pero soy capaz de llegar hasta el bosque, a salvo.
No me muevo más allá. Ya que tengo que volver a casa y la única manera viable, es por la zona donde esta el chico.
Me alegro de que al menos la plataforma metálica esté bien camuflada y que si no le pones especial atención, no logras encontrarla.
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OASIS
Teen FictionUna sociedad distópica, donde la gente es separada. Tener o no una marca puede decidir tu destino. Tener la marca -un círculo atravesado por dos flechas- significa vivir una buena vida, en la ciudad. Mientras que no, significa vivir fuera de la ci...