Buenas noticias.

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Cuando me despierto por tercera vez en el día, ya es medio día, me encuentro muy descansada y a gusto. No he tenido que hacer uso de las pastillas que me recetó mi madre, aunque ya no me quedan.

Solo el recuerdo hace que me estremezca, lo que casi hago. Me encuentro con los ojos azules de Evan, mirándome, mientras me acaricia el pelo con suavidad.

—¿Cuánto llevas despierto? —Pregunto, me incorporo quedando sentada. Evan apoya su cabeza sobre su mano, mientras apoya su cuerpo sobre su codo. Me mira directamente a los ojos.

—Un rato. —Murmura. —Tu madre ha llegado, me ha dicho que te deje descansar, ella se la ve mejor. Me ha dicho que empezará un tratamiento. —Me explica. Lo miro esperanzada. ¿Un tratamiento? ¿Eso significa...? —Dice que cuándo despiertes que bajes a desayunar. —Asiento.

—Voy a darme una ducha. —Anuncio. —¿Quieres ducharte? —Le cuestiono. Él pone una sonrisa perversa y entiendo rápidamente que el significado de mis palabras ha sondo peor de lo que pretendía.

—¿Juntos? —Me guiña un ojo.

—No seas idiota. —Exclamo.

—Veo que, aunque estemos saliendo no dejaras de llamarme así. —Señala. Sonrío.

—¿Dejarás tú de llamarme Julieta? —Pongo mis manos en mis caderas y ladeo la cabeza. Él sonríe.

—¿Bromeas? —Contraataca.

—Allí tienes tu respuesta. Y no, juntos no. Me daré una ducha y luego tú. —Señalo, él pone un mohín decepcionado. Cojo mi ropa y me meto dentro del baño. Cuando salgo, dejo que Evan se meta y camino hasta la habitación donde se encuentra mi madre. Me la encuentro sentada en la cama, vestida para salir.

—Noelia, ven. —Me hace un gesto. Me acerco a ella. —Esta mañana hemos ido al médico, para ver que tal está yendo todo, con mi enfermedad. Nos han comunicado que hay una posible cura. —Miro a mi madre esperanzada, que mi madre no vaya a morir es algo que no esperaba, ya desde hace un mes que tengo muy asumido que no estará eternamente conmigo, pero parece que por fin las cosas me empiezan a ir mejor. Y de vuelta vuelvo a pensar en que Seth no se equivocó con lo de lo inevitable.

Salto emocionada y la abrazo con fuerza, ella se ríe.

—No tan rápido. —Me apremia. Me separo de ella, y frunzo el ceño. —Tengo que someterme a un tratamiento.

—Pues hazlo. —Replico demasiado emocionada, al saber que hay una mera posibilidad de no perderla.

—Tengo que someterme a un tratamiento en Billsgreen. —Trago saliva. ¿Por qué tan lejos? Billsgreen es una de las ciudades hermanas de Chersmille, por lo tanto, está muy lejos de Fairwood. —Tendría que trasladarme a Billsgreen y someterme a un tratamiento nuevo. —Me mira con pena, la verdad es que no entiendo su cara, si puede sobrevivir no se ni que hace aún aquí, debería poner marcha hacia Billsgreen de lo más rápido posible.

—¿Cuánto tiempo? —Cuestiono, ella se muerde el labio.

—Tres meses. —Inhalo con fuerza. ¿Tres meses? ¿Tanto tiempo? Viviré con Jonathan por tres meses, sin mi madre por el medio, eso puede ser terrible, pero será peor si mi madre muere y me deja con él para siempre. Así que no hay discusión, tres meses no son nada, puedo soportarlos.

—Mamá. —Exclamo dando un salto y paseándome por la habitación. —¿Dónde está tu maleta de viaje? —Cuestiono. Ella suelta una risa y se levanta pesadamente para darme un abrazo.

—No necesito equipaje, voy a llevar una bata de hospital, así que no necesito nada más que lo que llevo. En unas horas vienen a buscarme. Pórtate bien, Noelia, te quiero mucho. Mucho. Recuérdalo. —Me estrecha en sus brazos, y yo la abrazo con firmeza.

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