Sorpresas

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Ha pasado un mes desde todo el jaleo.

Los chicos han podido volver a la fábrica. Aunque aún hay adultos que no se fían y se han quedado en la cueva.

Mi padre no ha dicho nada al respecto sobre Ally, pero yo puedo notar que está muy distante.

En la ciudad todos hablan de la desaparición/muerte de Collins. Muchos dicen que el oficial está muerto, mientras que otros dicen que solamente ha desaparecido, pero a nadie le importa mucho el tema ya que acababa de dejar de ser oficial y muchos barajan la idea de que podría haberse suicidado.

Christian chasquea los dedos delante de mí.

-¿Qué? - le espeto, volviendo a la realidad y llevándome mi sándwich a la boca. Estoy en la cafetería del instituto, con Shelly, Nathan, Colin, James y por muy increíble que suene, Christian, sigo sin soportar al imbécil este, pero resulta que se ha hecho muy amigo de James.

-Que si vas a ir al baile-Pregunta este. Todo el instituto, ha dejado el tema de Collins para sentararse en el baile de primavera. Todos están emocionados, el instituto está decorado con panfletos y pancartas donde se habla del baile y muchas más tonterías.

-¿Y a ti qué más te da?-Le respondo brusca. Él se encoje de hombros y Shelly se ríe.

-Mira cariño. -Le dice ella con burla a Christian. -Si estás pensado invitarla, más vale que te saques esa idea de la cabeza. -Le dice con voz tierna y pretendido sonar dulce, todos en la mesa se ríen, mientras que Christian sonríe.

-¿Y tú?-Le pone una sonrisa coqueta y Shelly pone una mueca de asco.

-Deberías cambiar de camello. - Suelta ella, y todos volvemos a reírnos.

-Vaya, Harper me has roto el corazón. -Suelta él haciéndose el ofendido.

-¿Con quién iras Nathy?- le pregunto a Nathan, mientras que Shelly y Christian discuten y los demás se ríen, Nathan me mira.

-No me llames así. -Me mira severo pero al final se le escapa una sonrisa. -Se lo he pedido a Cecilia- Me sonríe.

-¿Y...?

-Ha dicho que sí. -Sonríe orgulloso.

-¿Acaso pensabas qué te diría qué no?- me río. Él se encoge de hombros.

-Eres muy inocente. -Le revuelvo el pelo y él se vuelve a quejar.

***

Cojo el libro de Romeo y Julieta y salgo de casa. Mañana tengo examen sobre el libro y aún no lo he terminado, es más, con todo lo que ha sucedido últimamente ni siquiera lo he empezado. Así que me dirijo al bosque a leer con tranquilidad.

Cuando ya estoy en la bosque, camino, hasta llegar a un árbol bastante grande. Me siento apoyando la espalda en el tronco y me pongo a leer.

Después de media hora leyendo alguien me quita el libro de las manos.

Levanto la mirada y me encuentro a Evan delante de mi con el libro en las manos pasando las paginas con una sonrisa.

-¿Romeo y Julieta?- pregunta con burla.

-Es para clase. Me lo tengo que leer.

-Muy bien. - se sienta a mi lado con el libro entre sus manos. Y se pone a leer en voz alta. Lo miro extrañada, pero no digo nada y le dejo continuar, le oigo recitar las frases de Romeo. Mientras lee va poniendo muecas divertidas ante las palabras que Romeo le dedica a Julieta, y va cambiando de voces. Sus ojos azules se mantienen concentrados en las páginas y va apareciendo destellos de su preciosa sonrisa. Y mientras le oigo decir:

-" Habla ¡oh! ¡Prosigue hablando, ángel resplandeciente! Pues al alza, para verte la mirada, tan radiosa me apareces. Como un celeste y alado mensajero a la atónita vista de los mortales, que, con ojos elevados al cielo, se inclinan hacia atrás para contemplarme, cuando a trechos franquea el curso de las perezosas nubes y boga en el seno del ambiente"-Es cuando me doy cuenta de que Evan me gusta, me gusta realmente. Que me estoy enamorando de alguien de quien no debería. Me he enamorado de Evan O'Donnell. Trago saliva mientras le dejo continuar, de tanto en tanto levanta la vista y me sonríe, y al sentir mi pulso me doy cuenta de lo estúpida que he sido al no darme cuenta antes de que estaba cayendo enamorada de la persona equivocada. He estado tan metida en otras cosas que no me había dado cuenta de que poco a poco me iba acercando a Evan, que poco a poco él me iba gustando más y más y que poco a poco he acabado enamorada de él, le conozco de ¿cuánto? ¿Cuatro meses? Suspiro e intento dejar mis pensamientos sobre Evan y sobre que no debería de estar enamorada de él e intentar escucharle. Él ajeno a todo sigue leyendo.

Al final sonrío. Aunque Evan y yo no podamos estar juntos, al menos me he enamorado de alguien que en mi opinión lo merece, Evan, aunque intente parecer un tipo duro, él es muy buena persona, es alguien que se preocupa por los que quiere y eso me gusta.

Después de dos o tres horas, lee la última parte del libro.

- "Y para inmortalizar la memoria de esta firme conciliación, ordenó el señor de Verona que los cuerpos de los dos infelices amantes fuesen colocados juntos en el sepulcro que les vio morir, erigido en columna de mármol y cubierto de inscripciones. Así, pues, entre las raras excelencias que se muestran en la ciudad de Verona, ninguna tan célebre existe como el monumento de Romeo y Julieta. "- Bufa y me mira mientras cierra el libro. Durante segundos nos miramos a los ojos. Sus ojos azules resplandecen y de repente él me sonríe e inconscientemente hago lo mismo.

-Un libro trágico. -Digo y él sonríe.

-Bien, en mi opinión Shakespeare solo se burla de amor.

-Explicate.

-¿Qué sabrán dos niños de doce y catorce años, sobre el amor?- Pregunta arqueando las cejas.- ¿Por qué Romeo antes de Julieta, se quejaba de que no podría amar a nadie como amaba a su antigua novia? Además, nadie se enamora en tres horas, que es lo que sucede con Romeo y Julieta. ¿Y acaban muertos, en serio? -Lo miro impresionada.

-A mi me parece un buen final.- Le respondo.

-Y lo es, solo que no es creíble. Dos preadolecentes que se suicidan por amor. - Chasquea la lengua y prosigue hablando - Shakespeare podría haber pensado en algo más realista, pero no lo hizo, por lo que me hace pensar que se burlaba del amor, ya que nos hace pensar en que todos pensamos que el primer amor es el más fuerte y que nunca volveremos a amar a alguien más de lo que hacemos con esa persona, y que si no podemos amarla, más vale morir, y cundo no es así, siempre vuelves a a enamorarte. - Dice él, y oírle hablar así me hace preguntarme si no es que tiene razón. ¿Podría yo olvidarle a él e intentar amar a alguien con quien si pueda estar?

Lo miro un rato.

-No sabía que pensaras así.- Comento, cayendo en la idea de que él podría haber estado enamorado, o aún estarlo.

-Bueno, ya había leído el libro, y vi a mi madre enamorada del idiota de mi padre, un imbécil rematado que nunca volvería a su lado, y aún así ella no perdía la esperanza, hasta que lo comprobó por si misma, cuando él la asesinó a sangre fría.- Lo miro sorprendida, y horrorizada, él se da cuenta de lo que ha dicho y aparta la vista.

-Evan...¿Va en serio?

-Olvidalo.- Dice.

-¿Qué lo olvide? -Grito.-Acabas de decir que tu padre mató a tu madre. -Le suelto. Él traga saliva con la cara inexpresable.

-¿Eso he dicho? -Pregunta neutral.

-¿Dios, estás de coña?

-No, mi padre le metió una bala en el corazón a mi madre. Punto. No hay nada que discutir.

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