Desde la charla que tuve con Evan, dónde me dijo que me consideraba de los suyos, ahora somo mucho más cercanos el uno del otro, confío en él tanto como él en mí.
Y es algo que me gusta.
Estamos sentados con la espalda apoyada en el tronco de un árbol, con el río Lynnfre delante nuestro, codo con codo.
Ally tiene la cabeza apoyada en mi regazo y esta dormida, o eso creo porque tiene los ojos cerrados y no ha dicho nada durante un buen rato.
Evan lleva puesta una chaqueta de cuero de color negro junto con unos pantalones sueltos por la cintura, tiene entre sus manos uno de mis libros de clase "Historia de Fairwood" Y me está ayudando a repasar para el examen de mañana.
Y sí, el día de mi cumpleaños tengo un examen sobre la Historia de Fairwood.
—Dime el nombre de tres de los fundadores de Fairwood. —Me pide Evan.
—Connor Evans, Thomas Brooks y ... —Me callo pensativa, veo que Evan abre la boca para decirlo. —No me lo digas que me lo sé. —Le aviso antes de que diga nada. —¡Gerard Wens! —Grito triunfal. Evan asiente riéndose.
—Año en el que encontraron la primera marca en Fairwood.— Dice poniendo una mueca mientras mira el libro, me río. Él me dedica una mirada seria, como si fuera un profesor que esperara que le respondiera, me río aún más y le empujo la cara cosa que provoca que termine soltando una sonrisa.
—No pongas esa cara, que no puedo concentrarme.— Replico pensando en la respuesta de la pregunta que me ha hecho.
—Es la cara que pondrá tu profesor mañana si no haces bien el examen. —Se ríe.
—Fue en dos mil quince. —Respondo su pregunta.
—Bien. —Se ríe. Vuelve su mirada al libro y lo repasa.
—¿Quién te enseñó a leer? —Pregunto de pronto, él levanta la vista del libro, sorprendido.
Fuera de las ciudades como es evidente no hay escuelas, por lo que conozco la gente ha ido transmitiendo tu saber de generación en generación para que no se perdiera. Normalmente hay una persona que sabe leer que enseña al resto.
Aquí en la comunidad de Fairwood, Gabrielle es la que sabía leer y les enseña a los demás. Aunque hubo una época en la que había otra mujer junto con Gabrielle que enseñaba a los niños a leer, pero murió hará cosa de seis años.
Pensar en ella me duele, la adoraba. No solo daba clases, enseñaba a leer y cultura genera también nos contaba cuentos y les cambiábamos el final... Era increíble, la echo mucho de menos. La quería muchísimo.
—Mi madre. —Sonríe Evan con cariño, siempre que habla de su madre sonríe de esa manera tan tierna. —Era profesora, allí en Cherwood, El Viejo River fue quien le enseñó, es un señor con malas pulgas y siempre está enfadado, pero en el fondo es buena persona. Él le enseñó a leer y a escribir y ella se encargó de enseñarle a todos los niños incluidos Seth, Alex y a mí. —Sonrío.
—Tu madre parece buena persona, no sé de donde has sacado tanta idiotez. —Le vacilo, intentando cambiar de tema. Él me mira fingiendo estar ofendido.
—¿Perdona? ¿Idiota yo? ¿Qué clase de barbaridad es esa? —Exclama riendo mientras finge que está ofendido. Suelto una carcajada. —Venga a estudiar, que con risas no aprobaras el examen de mañana. —Dice volviendo la vista al libro pero con una sonrisa en la cara. —¿Cuál fue el año en el qué Fairwood se quedó sin mar, por qué al cerrar la frontera acortaron la ciudad? _Lee en voz alta, intento pensar en la respuesta correcta.
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OASIS
Teen FictionUna sociedad distópica, donde la gente es separada. Tener o no una marca puede decidir tu destino. Tener la marca -un círculo atravesado por dos flechas- significa vivir una buena vida, en la ciudad. Mientras que no, significa vivir fuera de la ci...