El plan perfecto

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Me quedo estática sin poder moverme.

El hombre, Collins, me mira arqueando las cejas. Debe pensar que soy idiota o algo. Y mi padre al principio frunce el ceño sin saber que me pasa, pero después parece recordar que es lo que contiene el archivo, porque se levanta y me lo coge de las manos.

-¿Qué hay allí?- pregunto intentando que mi voz no salga entrecortada y que no delate lo mucho que me ha afectado ver el nombre de mi hermana pequeña.

-Nada, Noelia.- me dice con tono preocupado mi padre. -Es algo que Joe quiere.-Miro al hombre sentado que me mira con superioridad.

¿Para qué quiere este tío el informe de mi hermana?

-¿Para qué?- me muerdo la lengua, se supone que no debería importarme. Se supone que hace años que he superado lo de mi hermana, veo como mi padre le dedica una mirada al hombre que me descifra que mi padre tampoco sabe para que lo quiere.

-Como le he dicho a tu padre, no es de tu incumbencia. Es algo que quiero yo.- habla por primera vez Joe, si solo su cara da miedo ya ni te cuento su voz, es grave y autoritaria, hace que no te atrevas a contradecirle, se levanta y le arrebata el informe a mi padre de las manos. Sale de la oficina rozando el hombro de Walker y da un portazo.

El despacho se inunda de silencio.

-Si no sabes para que lo quiere ¿Para qué se lo das? - le digo a mi padre bruscamente.

-Es el oficial. Tengo que hacerle caso.- me dice mi padre con aire de culpabilidad. Me siento mal. Claro, él es mucho más importante que mi padre y él no puede hacer nada.

-Nunca he soportado a Joe.- se queja Walker. Se me había olvidado que estaba allí.

-Dimelo a mi.- se queja mi padre en aire cansado se sienta y se restriega la cara con las manos. Se le nota deshecho, se pasa el día trabajando.-Siempre que viene, viene con su aire de superioridad, deberían poner a otro oficial. -Se queja él.

-Debería quedarse en Chersmille.- se queja también Walker.

-Papá, yo me voy ya.- digo distante. No puedo dejar de pensar en el informe y en que contendría. Me siento una completa estúpida. ¿Qué me costaba echarle un vistazo cuando lo traía?

Mi padre me mira preocupado.

-¿Estás bien?

-Claro.- sonrío falsamente, salgo de allí obligándome a caminar y no pararme.

Spancer y McCann me miran sorprendidos pero no dicen nada.

Llego a casa y me desplomo en mi cama. Con preguntas rondandome la cabeza.

¿Para qué quiere un oficial del ejercito militar, el informe de mi hermana pequeña?

¿Le hará algo?

¿Y mi padre no puede insistir sobre el tema?

¿No podía haber mirado el archivo?

¿Tanto me costaba echarle un vistazo?

Y entonces me invade un pánico increíble por mi hermana.

Empiezo hacer respiraciones forzadas.

Un ataque de ansiedad.

Me levanto con dificultad y bajo a buscar las pastillas que mi madre me dijo que servían para esto.

Las encuentro y me meto dos en la boca, me las trago sin necesidad de agua.

Empiezo a respirar más reguladamente y subo otra vez a mi habitación me acuesto y me dejo llevar por la oscuridad que me arrastra.

Me despierto a media tarde. Shelly está sentada en mi cama leyendo uno de mi libros de clase, que curiosamente es Romeo y Julieta.

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