Confesiones y una invitación

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Han pasado tres semanas y aún no he hablado con Evan, después de decir que su padre mató a su madre se levantó y se fue, no lo seguí supongo que quería estar a solas.

Pero cada vez que voy al bosque él no está por ningún lado, siempre paso algo de tiempo con mi hermana y vuelvo a casa, así durante estas tres semanas.

La idea de que él con doce años viera como su propio padre mataba a su madre me horroriza. No puedo dejar de pensar en como es posible, él había dicho que a Samantha la había matado alguien del otro lado, pero ahora me entero de que fue su padre. Esto no tiene sentido.

A menos que...

A menos que hayan tenido una relación prohibida.

Suspiro e intento poner atención a la profesora de matemáticas. Me dispongo a escribir el resultado del problema cuando me doy cuenta de que en medio de las ecuaciones está escrito el nombre de Evan, y me siento estúpida por haberlo escrito y encima sin darme cuenta.

-Estas bastante pillada por él.-Afirma Shelly a mi lado, mirando mi libreta. Suspiro y la cierro, para poner los codos encima de ella y enterar la cara entre mis manos.

-Sí, joder y encima no sé donde coño está. -Se me escapa, en serio debería de aprender a callarme, pero es que necesito hablar con alguien y ese alguien no tengo puñetera idea de donde está.

El día que muy estúpidamente me di cuenta de que estaba enamorada de Evan, llamé a Shelly y se lo conté a lo que ella respondió riéndose. Y soltando un "Ya era hora de que te dirás cuenta, increíble que lo notara yo antes que " y siguió riéndose un rato más.

-¿Qué?-Pregunta ella sonriente.

-Bueno, discutimos la última vez que nos vimos y hace como tres semanas que no hablo con él. - Miento un poco.

-Bueno, pues ve a su casa. -Sugiere ella.

-Siempre que voy, él no está. -Me encojo de hombros.

Siento unos toques en el hombro y miro hacia atrás, Christian está inclinado sobre su mesa. Acerco mi oreja en su dirección.

-¿Vienes al baile conmigo? - Pregunta en un susurro, suspiro y vuelvo la vista hacia delante. Este chico es un pesado.

***

Evan tampoco estaba hoy en la fábrica y los chicos dicen que no le han visto desde la mañana.

Suspiro y sigo caminando por el bosque. Mañana es el baile y aún no tengo pareja.

Pero eso es lo que menos me preocupa, estoy volviendo hacia casa después de pasar toda la tarde en el bosque con mi hermana.

Sigo caminando cuando veo a Evan sentado alejado con la espalda apoyada en el tronco de un árbol, fumando.

Camino hasta llegar a su lado y me siento a su lado.

-¿Por qué me ignoras? - pregunto, él suelta el humo, recordando hace unos meses atrás cuando él estaba preguntándome lo mismo.

-Te dije algo que no debería de haber dicho.

-¿Y por eso me ignoras? -pregunto incrédula. -Sabes que no se lo diré a nadie.

-Lo sé, pero no tendría que haber dicho nada. Apuesto que has estado intentando atar cabos. -Se lleva el cigarrillo a los labios.

-Pues la verdad es que sí. - Admito. Él se ríe entre dientes.

-Vaya, Julieta que directa. - Apaga la colilla. -Mi madre conoció a ese desgraciado cuando tenía diecisiete años. Se enamoró de él, mantuvieron una relación y a los diecinueve, después de dejarla embarazada, se largó, alegando que lo que estaban haciendo estaba mal y que si los pillaban los matarían, no tenía ni idea de que mi madre estaba embarazada, bueno pues básicamente que cuando mi madre decidió que era hora de decirle a ese idiota que tenía un hijo, él le disparó en el corazón. Esa es la historia. -Suspira mirando hacia el cielo.

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