OASIS

Otra noche con Evan

—Ashley. —Susurra Evan pero no abre los ojos. La chica le coge la mano.

—Estoy aquí, Evan.—Dice ella.

—Eres muy estúpida.— Dice él con voz ronca. Ashley, sonríe en medio del mar de lágrimas que son sus ojos.

—Lo sé. —Acepta ella el regaño.

—No, no lo sabes. — Replica él con irritación. — ¿De verdad creerías qué te devolverían su cuerpo? —Ella no dice nada. La verdad es que ha sido muy estúpido por su parte, ha sido una irresponsabilidad. —Si tienes suerte van a enterrarla junto al cadáver de su hermana.— Escupe con dureza. Seth le mira sorprendido pero Alex aparta la vista pálido y mordiéndose el labio, evitando decir nada. Ashley abre la boca y la vuelve a cerrar. —¿Qué coño hacía Dakota tan cerca de la frontera? —Pregunta él ahora abriendo sus ojos azules para mirarla.

—Mamá, solo quería encontrar a Carter. —Todos la miramos confundidos. —Carter es un niño de diez años que le abandonaron. Mamá le cuidaba, lo trajimos con nosotras a Cherwood, cuando volvimos, él discutió con alguien y se fue enfadado, nos dijeron que le habían visto cerca de la frontera, y mientras le buscaba a ella le dispararon.— Explica Ashley,  su relato termina en un sollozo que no consigue controlar. 

—Y pensaba que yendo allí podría salvarle.— Susurra Evan. —Igual que su hermana. No entiendo porque coño piensan que los del otro lado van a tener compasión.— Al oírle decir eso me estremezco.

—Evan...—Le advierte Seth.

—La gente debería empezar a pensar que ellos no son buenas personas.—Sigue diciendo Evan porque seguramente no se ha dado cuenta de que estoy a su lado.

—Evan...—Vuelve a decir Seth intentando interrumpirle de nuevo.

—Pensáis que yendo allí y reclamando un cuerpo que les pertenece, os lo van a devolver y lo único que hacen es meteros una bala en el corazón, son malas personas a ver si os entra ya en la cabeza. Son asesin...— Las palabras mueren en su boca cuando Seth le interrumpe una vez más con un tono más alto que las demás veces. 

—Evan, Noelia te ha salvado la vida.— Le dice en un tono brusco. Evan, mira a su alrededor sorprendido, hasta que su mirada cae en mí. Me mira y noto el dolor y la culpa en sus ojos.

—Noah... —Dice en un tono bajo.

—No pasa nada, lo entiendo.—Le digo intentando simular una sonrisa queriendo que crea que lo que ha dicho no me ha sentado mal.

—Noelia, sabes que no me refería a ti. Sabes que no hablaba de ti.— Él levanta la mano y me acaricia la mejilla con dos de sus dedos.

—Lo sé.— Sonrío, pero él sigue sintiéndose mal, lo noto.

—¿Has sido tú? ¿Me has salvado tú? —Cuestiona.

—No, hemos sido entre todos.—Le digo queriendo restarle importancia.

—Mentira.— Protesta Grace. —Ha pasado al otro lado, arriesgándose, ha cogido todo el material que ha podido, ha venido aquí con una rapidez increíble y mientras su madre daba instrucciones de qué hacer, ella las iba cumpliendo una a una. Además, ha dado gran parte de su sangre para que te hiciéramos una transfusión. —Explica Grace. —Sinceramente, todos te dábamos por muerto, pero ella no.—Evan no dice nada solo me mira sorprendido.

—¿Me has dado de tu sangre?—Pregunta sorprendido. Asiento. —¿Por qué?— Pregunta en un susurro.

-Porque ibas a morir si no lo hacía.- le contesto con obviedad. Él inspira hondo.

—Todo el mundo se ha vuelto idiota de golpe.—Todos le miramos sorprendidos por su arrebato. —¿Me has dado de tu sangre? Eso es peligroso, no sé ni como sabías mi grupo sanguíneo.— Se queja él.