Vuelvo a casa para cambiarme de ropa antes de volver al trabajo. Por las mañanas nos encargamos de reponer y de hacer la limpieza profunda, mientras en las cocinas hacen los preparativos para la comida y la cena. El restaurante siempre esta con una ocupación completa por las noches, pero las comidas son más tranquilas. Con los camareros habituales es suficiente, así que no tengo que volver hasta poco más de media tarde.
Mis jefes no dicen nada, pero uno de mis compañeros no tarda en notarlas y se encarga de que todos se enteren de las bonitas marcas de besos de mi cuello. A ello le siguen un par de minutos de bromas y un regaño de la dueña por ser poco discreto. El dueño solo me advierte de que tenga cuidado con las personas excesivamente posesivas. "Empiezan por marcarte y acaban por crear más problemas de los que quieres enfrentar" Parece que su consejo nace de la experiencia.
Cuando termino, todavía me queda tiempo suficiente para volver a casa a ducharme y preparar un cambio de ropa para Jiang Cheng. Es imposible que la talla de HuaiSang le entre y dudo mucho que se sienta cómodo en la de MingJue. No por nada es más corpulento que yo, y Jiang Cheng ya parece sentirse incómodo con mi ropa. Aunque en realidad le queda bastante bien. No hay tanta diferencia entre nosotros.
Para cuando llego, los tres acaban de despertarse y están usando la ducha por turnos. XuanYu acaba de salir y Jiang Cheng ha entrado hace un momento. MingJue se lleva a HuaiSang y a la chica, van a dejarla en casa y tal vez, tener una pequeña conversación con sus padres. Se encargarán también de comprar la comida antes de volver. MingJue es bastante considerado. Eso me da tiempo de sobra para tratar de tener una conversación decente con Jiang Cheng. Incluso ha dejado una tetera preparándose.
Estoy sirviendo el té, cuando Jiang Cheng aparece secándose el pelo con una toalla, con mi ropa puesta, preguntando por una camiseta de menor talla. Su voz suena grave y rasposa. El llanto de la noche anterior le ha pasado algo de factura. Sus ojos se abren como platos en cuanto me ve. Su expresión es una mezcla de sorpresa y terror. Antes de que busque una salida le hablo con el tono de voz más estricto que puedo. No estoy sonriendo. Creo que queda bastante claro que estoy molesto y exigiendo una explicación.
- Siéntate Jiang Cheng. Tenemos que hablar.
- No hay nada que...
- Siéntate. – Jiang Cheng trata de desviar la mirada – WuXian me ha llamado.
- ¿Y?
- Siéntate y empieza a contarme todo desde el principio.
- No hay nada que contar. – agarra la toalla, nervioso y la deja apoyada en su cuello, sin soltarla - Discutí con mis padres y me fui. HuaiSang me dejo quedarme esta noche. Hoy iré a buscar un apartamento y un trabajo. Luego le pediré a WuXian que envíe mis cosas. ¿Contento? De todas maneras ¿Qué demonios haces aquí?
- ¿Cuánto recuerdas de anoche? – Jiang Cheng traga saliva. Por primera vez desde que entra a la habitación me mira. El cuello de mi camisa esta desabrochado a propósito, Jiang Cheng no tarda en darse cuenta y balbucea por un segundo.
- Eso... ¿Por qué tienes marcas de dientes?
- Las has hecho tú. Ahora siéntate. - Cohibido e inesperadamente obediente, Jiang Cheng se sienta. Pongo una taza de té frente a él. Y vuelvo a sentarme.
- Empieza desde el principio. Estamos solos. Los Nie están llevando a casa a XuanYu. Tardarán un rato.
- Sólo ha sido una pelea con mis padres– Jiang Cheng mira a algún punto del mantel sobre la mesa, evitando mi mirada - pasa continuamente.
- ¿También te escapas de casa continuamente? - ¿Te parece lo normal?
- Si me quedo en casa, simplemente me gritaran desde la puerta de mi habitación hasta que la abra. Por eso nunca me quedo allí. – se encoge de hombros – Si no apagase el teléfono, el móvil se la pasaría vibrando hasta quedarse sin batería. Sólo les obligo a respetar cuando quiero estar sólo.
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Distensión de un loto imperecedero
FanfictionSegunda parte de "Apostar para perder" Lan XiChen no entiende que demonios le pasa a su cuñadito (diga lo que diga él, ya es oficial). Primero le reta a un carrera, arriesga su integridad para ganarle, y cuando lo consigue sale huyendo. Jiang Chen...