Pequeños pedazos de cielo

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Odio el maldito calor. Son las siete de la tarde, hace más de treinta grados y la tienda está vacía. Estamos tan aburridos que nos turnamos el atender a los clientes sólo porque todos tengamos algo que hacer que no sea inventariar el almacén por quinta vez en este mes. Poco nos falta para pegarnos por atender el teléfono cuando suena. Mi compañera gana el piedra, papel o tijeras esta vez. Y eso que la mayoría es gente que quiere hacer un pedido on-line para no salir de casa. Su cara se tuerce en una mueca ¿un cliente difícil?

- Pregunta directamente por ti – dice pasándome el teléfono. Mierda, algún plasta fijo...

- Atiende Jiang Cheng ¿En qué puedo ayudarle?

- A-Cheng, soy XiChen - ¿Qué mierdas? - Imagino que no te dejan usar el teléfono en la tienda, así que he llamado directamente. ¿Estáis muy liados?

- No, no es un problema. ¿Ha pasado algo XiChen?

- Bueno... veras... - ¡ay! ¡Ese tono!

- Dime que no has quemado la cocina...

- La cocina está bien, tranquilo – se ríe – No es eso. Verás, estaba volviendo del trabajo y me encontré un perrito en un callejón. - ¡oh no...! - La cosa es que le di de comer unas sobras que me estaba trayendo del restaurante y empezó a seguirme... - ¡OH NO!

- Dime que no has secuestrado un perro XiChen.

- No lleva collar y tampoco parece que tenga dueño. Tenía bastante hambre.

- ¿Y lo has metido en casa?

- Lo tengo completamente pegado a mí –idiota - es muy bueno, ni siquiera ha probado a poner las patas sobre el sofá.

- ¡Mierda XiChen! ¡No la dejes rondar por casa! ¡Mételo al baño!

- ¿Eh? ¿Por qué? Es muy tranquilo...

- Si es un perro callejero estará lleno de parásitos XiChen. Coge una manta vieja y mételo a la ducha, habrá que bañarlo para desparasitarlo y tenerlo unos cuantos días en cuarentena, por si acaso.

- ¿Tenéis de eso en la tienda?

- Si, hay en cualquier tienda de animales. Compra uno y que te expliquen bien como retirarlo. Y mira a ver si hay un veterinario abierto en el barrio. Comprobará si tiene chip. No vaya a ser que tenga dueño y este perdido o algo.

- Entendido. ¿Algo más?

- Si no hay veterinarios disponibles llámame y te reservo cita para mañana.

- Te quiero A-Cheng. - ¡Oh! ¡Vamos! ¡No me hagas esto cuando estoy trabajando!

- XiChen, nada de atiborrarlo de comida. Si ha pasado hambre no podrá controlarse, ponle bien de agua, pero no le dejes comida. Le sentará mal y la vomitará. Cómprale alguna lata de comida blanda, pero no se la pongas toda, ponle solo media cuando vuelvas por la noche, ya le echaré la otra media cuando vuelva yo, y le echo un ojo.

- ¿Te he dicho ya que te quiero? – Caballo empalagoso.

- Ten cuidado. Y mándame mensajes, los leeré en cuanto pueda.

- Con fotos incluidas. A ver si consigues averiguar qué raza es.

- Una vez que lo hayas bañado será más fácil. Pero no te hagas ilusiones, si está en la calle puede ser una mezcla de cualquier cosa.

Distensión de un loto imperecederoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora