Dirimiendo discrepancias (1/2)

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Me despierto con la alarma sonando a todo trapo. Por lo visto la he parado ya dos veces y ni siquiera lo recuerdo. Levantarme de la cama resulta tortuoso. Lección aprendida, hoy me llevo la muleta hasta al baño. XiChen está en la cocina quemando tostadas de nuevo, por suerte el café todavía no ha salido, así que podrá salvarse. Espero. Me hace sentarme y me sirve las tostadas con cara de "Te lo dije". Chasqueo la lengua. Odio cuando tiene razón y lo sabe. Me pregunta si voy a quedarme en casa a descansar o voy a seguir siendo terco. Le gruño en respuesta, por lo que suspira y promete esperarme. Subirme a la moto resulta algo complicado, pero relajante en el camino. Mi rodilla sigue dolorida, pero creo que podré aguantar hasta el final de clases. 

Poco antes de la hora de comer, el dolor se hace demasiado intenso, ya no sólo son las articulaciones, es toda la pierna, por lo que decido renunciar. XiChen vuelve a casa en un rato, así que me arrastro hasta el aparcamiento y lo espero. Esta vez no simplemente me apoyo, realmente me siento en ella. Sé de sobras que no le va a molestar y no quiero que vea la mueca de dolor cuando tenga que subirme. Es más sencillo sentarse en el piloto y luego deslizarse hacia atrás.

Mientras espero me llega otro mensaje de MingJue exigiendo que haga algo con la Stalker personal de XiChen. Amenaza con comerle la boca a XiChen delante de ella sólo para quitársela de encima. Mi respuesta es desbloquear a Meng Yao y pedirle que grabe el momento. No me pierdo la cara de XiChen ni, aunque tenga que ir hasta allí corriendo. Por lo visto, MingJue no tiene huevos suficientes, porque XiChen aparece con la chica enganchada de su brazo. Puedo oírla pedirle que le lleve a alguna parte. La chiquilla tiene demasiada fé. XiChen tarda en verme por ir rechazándola como puede. Hoy sí que se ve realmente incómodo con el asalto.

- ¡Ey guapo! ¿Me llevas? – le grito cuando está a unos metros. XiChen sonríe y la chica se gira con cara de pocos amigos. No le ha hecho ninguna gracia.

- ¿Vuelves ya? Pensaba que tenías otra clase.

- Profesor ausente – miento.


XiChen se acerca y rodea mi cintura para ayudarme a pasar al copiloto. Ya que MingJue no se ha atrevido, tendré que ser yo quien le meta la lengua hasta la campanilla. Lo cojo de las trabillas del pantalón y lo atraigo hasta quedar pegado a mí. XiChen responde de inmediato. Abre la boca y acaricia mi cuello mientras deja que lo devore. No me molesto en mirar para ver la reacción de su stalker. En su lugar, meto mi mano izquierda en el bolsillo trasero de su pantalón y mantengo la derecha en su cintura. Cuando XiChen se separa tiene los ojos ligeramente vidriosos y una expresión de felicidad abrumadora. Levanto los brazos para apoyarlos en sus hombros y rodearlo para atraerlo de nuevo, cuando una tos muy forzada interrumpe.

- XiChen y yo teníamos planes - alzo una ceja y le envío una mirada escaneándola por completo. ¡Uah! ¡Está realmente cabreada! Si XiChen no estuviera delante ya me estaría abofeteando.

- ¡Oh! ¿En serio? - Si piensas que vas a darme pelea solo con eso, lo llevas claro. Si algo he aprendido de Wei WuXian es a ser jodidamente irritante en una pelea verbal - Pensaba que tu tipo era otro, pero bueno. ¿Quieres que os deje solos o prefieres que me una al trio? Puede ser bastante divertido... - No sé cuál de los dos se ofende más con el comentario.

- A-Cheng, eso nunca ha entrado en mis planes, ni entrará.

- ¿Cuál de las dos cosas? - porque lo del trío podría ser algo muy muy bueno... igual no con esta tía pero...

- Ninguna. Ya deberías saberlo - Sí, lo sé, pero es bueno que ella también lo sepa. Y bueno, tenía esperanzas con el trío.

- Entonces supongo que solo vais a estudiar. Está bien. No pondré la música alta - me encojo de hombros. XiChen responde a ello mordiéndome los labios y comenzando otro beso intenso. Huelo a vinagre, y eso que no he dicho que ella me guste. Mierda XiChen, lo vas a pasar mal si te pones así por tan poco. Ella vuelve a toser, pero esta vez XiChen la ignora por completo. Está marcando su territorio como si no fuese él quien corre peligro con ella. Cuando termina, me muerde el cuello, y me ha tenido que dejar todos los dientes marcados, porque duele.

Distensión de un loto imperecederoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora