Necesidad de cambio (2/2)

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Aunque el cambio de expediente todavía no está resuelto, me he encargado de conseguir ya un trabajo entre semana para complementar los fines de semana en el bar. La terapia es cara y probablemente el cambio de expediente tenga algún tipo de recargo. Por no mencionar que dudo que mis padres envíen algo de dinero para pagar las tasas de la universidad. Ya recortaron lo poco que enviaban a la mitad en cuanto decidí quedarme en Gusu en contra de su voluntad, ahora tendré suerte si no me desheredan. Y una cosa es que permita que XiChen pague el alquiler por los dos, aunque sea completamente injusto, y otra muy distinta es que sea su mantenido. Y sé de sobras que no le importaría que lo fuese. Diablos, no me negaría nada, fuese lo que fuese.

Fue divertido descubrir que mi jefe tenía casi más ganas que yo de que volviese al bar. Tuvo problemas para reemplazarme por el tema de los horarios, y cuando conseguía a alguien la temática propia del bar no le encajaba demasiado. Uno casi le salió corriendo al finalizar el turno y renunciar después de que le estuviesen tirando fichas toda la noche un par de tíos. Heteros, cuestiona su sexualidad durante cinco minutos y se sentirán asediados. La última persona a la que contrató tenía tres críos y sólo aceptó el trabajo durante dos semanas, porque estaba desesperada. Y yo pensando que tendría que chuparle la polla para poder volver...

A la tienda de animales sólo tengo que ir por las tardes y los sábados por la mañana. Lo único malo de eso, es que los fines de semana apenas veo a XiChen. Nuestros turnos casi se solapan, y cuando ambos estamos en casa, yo estoy durmiendo. Tengo que probar a despertarlo los domingos. Total, suele levantarse media hora después de que llegue para salir a correr, no creo que le importe adelantar la hora a cambio de un poco de ejercicio extra. Él siempre se levanta con ganas de mimos y yo suelo volver suficientemente caliente para montarle en cuanto la tenga lo suficientemente dura. No veo la perdida.

Y no creo que a XiChen le disguste. Últimamente apenas hemos tenido sexo. Mi culpa principalmente, no puedo quejarme de ello. No he estado precisamente en mi mejor momento, ni con la cabeza disponible para ello. Las ganas están ahí, no es que XiChen no me ponga a cien, es que sé muy bien que es lo que significa para él ese grado de intimidad y no estoy seguro de querer entrar en ello cuando apenas puedo asimilar sus mimos habituales. Mi montaña de piezas acumuladas ya es demasiado alta como para seguir añadiendo más. Por mucho que él tenga su propia montaña con su nombre escrito.

Dejar de ir a clases también me ha dejado mucho tiempo libre para otras cosas. Estoy ayudando en una protectora por las mañanas. Me entretiene lo suficiente para no pensar de más y hace que me sienta menos inútil. Y estoy aprendiendo más de lo esperado. No esperaba que usasen el programa de adiestramiento de animales como parte de la financiación de los rescates. Jugada 2x1, educas a los animales y a sus dueños, algunos dueños necesitan mucho más adiestramiento que sus propias mascotas, y readaptas socialmente a animales que lo necesitan. Y un poco de publicidad entre medio, ayuda con las donaciones.

No esperaba que me colocasen para formar parte de ese entrenamiento. Quiero decir, una cosa es pasear perros y otra conseguir que hagan lo que tú quieres. Por algún extraño motivo lo de enseñarles a dar la patita se me da bien. Años de tratar con Wei WuXian por fin sirven de algo. Mi supervisora dice que ellos siempre parecen contentos de verme y están dispuestos a liberar energía sobrante conmigo. ¡Oh si! Tengo un don para tratar con bestias hiperactivas. Años de experiencia de hecho.



Xie Lian empieza la sesión de hoy soltándome una pregunta a bocajarro ¿Por qué decidí comenzar la terapia? Sinceramente ha pasado tanto tiempo que no pensé que llegase a hacerla. Así que le cuento todo lo que paso en Navidades, cuando los Lan llegaron y toda la fiesta en sí, y por supuesto, lo que paso el día siguiente a la fiesta. Porque resulta que, aunque nos acostamos a las mil el día de Navidad, los Lan llevaban idea de regresar pronto a casa. Y encontrarse a WangJi en la cama de WuXian, no extraño a nadie. Que nos encontrasen a XiChen y a mi durmiendo juntos y abrazados casi desnudos, fue otro tema.

Distensión de un loto imperecederoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora