La nube sobre el loto (1/2)

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Si soy sincero, a veces todavía no puedo creer que llevemos juntos ya seis años. Y tal vez sea porque, al fin y al cabo, no hay tanto de nuestras vidas que haya cambiado en ese tiempo. A-Cheng está a punto de terminar la carrera y esta estresado a niveles infernales con las prácticas y el tfg, y mis prácticas en el hospital son duras pero necesarias. Todavía tendré que estudiar un par de años más por la especialización, pero al menos todas mis prácticas son remuneradas, así que no tengo que matarme la cabeza para coordinar las prácticas y los estudios con un trabajo. Y menos mal, porque últimamente hago más vida en el hospital que en casa. Cualquier día, Panqueque no me reconoce.

Panqueque, que ahora pesa veintiocho kilos, puede ponerme las patas en el pecho sin problemas y es un perro de asistencia infantil. Porque A-Cheng no cedió hasta conseguir convertirse en adiestrador canino. Así que pasó de conseguir que los perritos se sentasen y diesen la patita, a formar perros guía y de asistencia física y emocional. La única especialidad que se le resiste es la de perros policía, pero porque le exigen entrar en el cuerpo para ello. Y miedo me da que acabe la carrera y se meta directo, porque es capaz. He visto como hace los recorridos de Agility con perros callejeros a los que le falta una pata, lo creo capaz de cualquier cosa ya.

Por no hablar de que consiguió domar el miedo de A-Xian. A-Cheng fue completamente estricto con el entrenamiento de Panqueque como perro de asistencia emocional, y obligó a A-Xian a superar su cinofobia a base de terapia de choque por exposición. Porque en cierto modo, A-Xian fue el primer paciente exitoso al que Panqueque consiguió ayudar. Y aunque él sigue teniéndole miedo a los perros grandes y desconocidos, ahora consigue controlar su miedo, y su reacción ya no es tan exagerada. A-Zhan lo apoyó durante todo el proceso, y aun ahora lo sigue protegiendo, pero ya sólo tiene que sostener su mano con cariño para que no caiga en el pánico. A-Cheng jamás lo admitirá enfrente suyo, pero están tan orgullo de A-Xian como de Panqueque por ello. Aunque sólo alardee del último. Se tatuó en el tobillo unas tortitas aplastadas en el centro por una huella de perro después de que A-Xian se rehabilitase.


A-Xian ya ha terminado su carrera y está estudiando para la plaza de maestro. A-Zhan también ha terminado y está trabajando con padre. Y no hace mucho que A-Xian trató de adoptar un pequeño. Todo comenzó con una visita de la parejita a Wen Ning, que está haciendo sus prácticas en un hospital de Qishan. La cosa es que acabaron durmiendo en la casa de un primo tercero de Wen Ning y conocieron a Wen Yuan. Poco después Wen Ning informó de la tragedia que sufrieron sus padres y desde entonces A-Xian tiene el sentido de la paternidad al máximo. Por desgracia, su petición de adopción fue desestimada por falta de recursos, por lo que A-Zhan lanzó la petición por sí mismo, y estamos a la espera de saber si tenemos un Lan más en la familia. Padre les está apoyando en esto, han conseguido ser su casa de acogida por ahora, y no me extrañaría que llegásemos a tener un tercer hermano si la petición de WangJi también es denegada.

A-Yao se fue a vivir con A-Jue después de una épica discusión de un lunes de cena. Nunca pensé que saldría algo bueno de que A-Cheng y A-Yao discutiesen y se gritasen hasta empezar una pelea a puñetazos. Pero lo cierto es que aquello hizo que sacasen todos los resentimientos que se tenían acumulados y salieron bastantes cosas a la luz. Como resultado, A-Cheng se largó completamente alterado dejándome atrás y obligándome a perseguirlo de vuelta a casa, y esos dos tuvieron una conversación muy seria y que reforzó su relación hasta llevarla a un nuevo nivel. Desde entonces, las tiranteces entre ambos se fueron reduciendo, y aunque todavía se muestran algo reticentes el uno con el otro, al menos se soportan. Muy de vez en cuando se ponen de acuerdo en algo, y son de temer, pero es algo muy esporádico. Por suerte para A-Jue y para mí.


En cuanto a XuanYu, ahora es la señora Nie XuanYu. No sólo fue completamente feliz de desligarse a su familia por completo, empezando por el apellido, sino que está completamente feliz de pertenecer por completo a la familia de su ahora marido. Nadie se esperaba que HuaiSang, que había estado tan sumamente reticente a aceptar sus sentimientos, le propusiese matrimonio nada más adquirir el último papel con el que podía ser oficialmente considerada como una mujer legalmente. Fue una ceremonia pequeña e íntima, cuya única excentricidad fue el vestido de novia de XuanYu, que se negó a quitarse tras la boda, a pesar de que lo tradicional habría sido cambiarse para la recepción y el banquete. Y todo hay que decirlo, estaba preciosa y radiante.

Distensión de un loto imperecederoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora