Pequeño sol

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Hace dos semanas que A-Yi comenzó a vivir con nosotros. A-Cheng me tuvo bajo guerra fría durante tres días. Al cuarto, su propia lívido le traicionó y tuvo que acceder a una tregua. ¡Y menuda tregua! Habría menos problemas en el mundo si todas las declaraciones de paz se firmasen así... Siguió refunfuñando durante varios días conmigo, pero con JingYi se desvive. No vino conmigo a recoger las cosas de JingYi, pero no tardó en llamarme y asegurarse de que cogiera los álbumes de fotos familiares, para que JingYi pudiese recordarlos siempre. Cuando terminé le hice una videollamada y aun me pidió que cogiese algunas cosas más. Ni siquiera había pensado que las sábanas de la cama pudiesen ayudarle a sentirse más en casa.

En cuanto a los papeles, por ahora, tenemos el permiso de acogida y estamos tramitando la adopción. Por lo visto, el ser familiar lejano hace que gane suficientes puntos para que nos dejen mantener a JingYi por ahora, pero el tema de ser una pareja homosexual, no parece haber hecho gracia a los servicios sociales. Nos están dando largas y evasivas. De ser una pareja heterosexual, los trámites estarían ya terminados, pero por ahora, solo podemos tener paciencia y esperar. El abogado de la familia ya me lo ha advertido. Es muy posible que el permiso sólo sea en mi nombre y dejen a Jiang Cheng fuera, no reconociendo nuestro matrimonio. Es insultante, pero si se da el caso, debo aceptarlo o se llevarán a JingYi a una casa de acogida. Y no vamos a permitir que eso pase de ningún modo, ya recurriremos la decisión después de que los trámites hayan finalizado y tengamos a JingYi inscrito en el libro de familia.

Ambos estamos negociando nuestros horarios laborales, y mientras tanto, toda la familia está ayudando. Tío y padre se sorprendieron mucho ante nuestra (mi) decisión, pero apoyaron desde el primer momento. A-Zhan presentó casi más dudas que tío al respecto. A-Cheng es mucho más responsable que A-Xian y aun así A-Xian está demostrando ser más que capaz de cuidar a A-Yuan. Si, su carácter es muy distinto, pero ambos atravesaron las mismas carencias y ambos saben evitar repetirlas, cada cual, a su modo. A-Xian por el contrario, fue feliz con la decisión desde el primer segundo. Aunque creo que es porque oficialmente A-Yi es otro pollito bajo sus alas. Y aunque es enternecedor verlos jugando juntos, temo que A-Xian y A-Yi han hecho demasiadas buenas migas. Ya veremos cuanto tiempo pasa antes de que A-Cheng empiece a amenazar a los tres con partirles las piernas si no se comportan.

A-Yuan está encantado, él y A-Yi han encajado perfectamente y hasta cuesta separarlos. Al ser de edad similar pueden jugar mucho más vivazmente que con el pequeño A-Ling, que todavía es demasiado pequeño para seguirlos en todo lo que hacen. Aunque no es que podamos decir que este último no lo intenta. Se pasa el día corriendo detrás de sus primos y eso que apenas acaba de empezar a andar. Verlos perseguirse es entrañable, pero verlos dormir juntos la siesta es adorable. Sus padres siempre dicen que duerme mejor cuando sus primos están cerca, y la verdad es que siempre se agarra a su ropa con esas pequeñas manitas.

Tuvimos una suerte tremenda de que en su colegio todavía tuviesen plazas y acabasen en la misma clase. Y facilita las cosas, porque en el peor de los casos, en vez de recoger a uno del colegio, recogemos a dos. Y es mucho más fácil entretenerlos a los dos juntos, que a uno solo. A-Yuan tiene un cierto efecto calmante en JingYi, le ayuda a centrarse y JingYi ayuda a A-Yuan a ser más sociable y activo. El resultado es que ambos juegan a cualquier cosa juntos. Panqueque también lo ha aceptado muy bien. Se pasa el día jugando con ellos y hemos tenido que mover su cama a los pies de la cama de JingYi, porque no acepta dormir separado de él. Era eso, o dejar que durmiese con él en su cama, y A-Cheng se negó.

Tal vez al que más le está costando adaptarse es al propio JingYi. Todavía pregunta por sus padres, a pesar de que hemos tratado de explicarle la situación varias veces con todo el tacto posible. Solo les echa en falta. Y no es raro que aparezca en mitad de la noche en nuestro cuarto y se meta en la cama con nosotros si no lo detenemos. A-Cheng asegura que no debe coger la costumbre o no se la quitaremos nunca, pero tampoco sé hasta qué punto es bueno negarle ese consuelo al pequeño. Es curioso que me acuse de ser un consentidor mientras hace alitas de pollo fritas por segunda vez en la semana, y cuando más de una vez se ha levantado para acabar durmiendo en su cama con él, y levantarse al día siguiente quejándose del dolor de espalda de la mala postura.

Distensión de un loto imperecederoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora