Las raíces del loto

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Para hermanos cotillas y otras viejas del visillo, celebramos el cumpleaños de XiChen yendo al planetario, comiendo gofres con nata y chocolate y viendo una de las películas favoritas de XiChen, y le regale unos guantes de invierno para la moto. Que fue exactamente lo que hicimos al día siguiente del polvo más pringoso y dulce que haya echado nunca. Desde entonces los vecinos susurran cuando nos ven pasar, y no me extraña.

Por lo visto somos la pareja más activa sexualmente de todo el bloque, tres veces a la semana les parece demasiado. Y eso que la vecina de abajo sigue preguntando por la novia de XiChen, porque no ha visto a ninguna muchacha entrar y salir, pero si la ha oído por las noches. Obviamente, no le he respondido a eso. Lo más preocupante es que todavía no sabemos quién fue el que aplaudió la faena. Ese día, cuando lo hicimos una vez más dejando la ventana un poco abierta, y XiChen decidió que iba a llevarme a la locura a base de sobresaturar cada punto dulce como venganza por dejar la luz encendida. Aunque las miraditas que nos hecha el de arriba a la derecha, yo apostaría por él.

Las siguientes dos semanas, ambos estuvimos bastante ocupados con la universidad, pero aun así, XiChen sacaba tiempo, de algún modo, para pedir mimos. El alma de XiChen fluctúa actualmente entre la de un caballo y una rémora. Creo que fue más fácil de quitar aquel chicle que Wei WuXian me pegó al pelo el año pasado, que conseguir que XiChen me suelte mientras cocino. Porque ahora ya no se limita a observar desde la barra de la cocina, ahora se pega a mi espalda como un puto koala, y todavía no he conseguido encontrar un puto delantal decente que haga que no me bese cada cinco minutos.

De verdad que no entiendo porque demonios quiere estar pegado a mi todo el tiempo. Me libro del caramelo mordisqueado de Wei WuXian para acabar con la persona más cariñosa y empalagosa posible de pareja. ¿Es algo que les dan de comer a los Lan cuando son niños? Y debe de ser dulce, porque XiChen parece haberse atracado de esa mierda. En comparación, la lapa de su hermano parece estar desentrenado. Aunque claro, con Wei WuXian lanzándose a sus brazos tan pronto como lo ve, es difícil averiguar cuál de los dos es más pegajoso.


Por supuesto, el tiempo con la panda de descerebrados ha aumentado con los preparativos de la fiesta de cumpleaños de WuXian. ¿Por qué tenemos que hacerla de todos modos? Él ya se encarga de que lo celebremos en la maldita fiesta de Halloween que organiza cada año. Porque si puede tener una fiesta de cumpleaños con disfraces y juegos infantiles ¿Por qué elegir una normal? Así que tenemos que organizar el regalo de grupo, yo tengo que buscar algo más, porque Yanli y yo siempre le regalamos algo extra, pero como Yanli está lejos tengo que prepararlo yo solo.

Añádele que su novio se ha empeñado en prepararle su tarta de cumpleaños, y viene a casa de su hermano a hacer las pruebas porque no quiere que su amorcito se dé cuenta. Así que tengo que aguantar a Lan WangJi en mi cocina, a XiChen con altas dosis de azúcar, que lo hacen todavía más empalagoso, probar sus malditos postres y aguantar las miraditas que me hecha. Porque no sé si XiChen les ha dicho algo, pero yo desde luego no les he contado que estamos saliendo. Así que no sé si me mira de ese modo porque lo sabe y no lo menciono, o porque tiene serias sospechas y tampoco se las confirmo.

No sé qué me pone más nervioso, que WangJi me mire como una suegra de las que pasa el dedo por los muebles para comprobar que la casa está limpia, o que XiChen se dedique a doblar la ropa limpia como si nada mientras charlan. Realmente XiChen hace un monologo y WangJi responde Mhn a la mayoría, lo que, por lo visto, es una respuesta válida para XiChen. Lo cual sería una escena cotidiana normal y no fuese mi ropa interior lo que está entre sus manos. Y claro, no hay nada más cómodo que el novio de tu hermano y tu cuñado, se quede mirando tu ropa interior un segundo antes de lanzarte una mirada acusadora.

La mierda de las clases y los dolores en la pierna por estar caminando más de lo que debería buscando el puto regalo, no alivian el estrés. Me paso las horas muertas buscando el regalo y el resto del tiempo tratando de sacar adelante los putos trabajos para nota, mientras WangJi me atraviesa con la mirada. Eso cuando no hay que socorrer a HuaiSang o XuanYu porque, entre que el uno es un idiota de manual y la otra está empezando la hormonación y está más sensible de lo normal, ambos son un puto show andante.

Distensión de un loto imperecederoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora