Jiang Cheng es testarudo. De eso no hay duda. Si no fuera por el chivatazo de WangJi, tendría que volver andando a casa en plena noche. Wei WuXian olvidó que tenía que recogerlo y se fue a ver a WangJi después del trabajo. Por suerte para él, justo estaba compartiéndole unos stickers de conejos que me habían llegado. Su siguiente respuesta fue una selfie con WuXian, idea del último de seguro. También por suerte para Jiang Cheng todavía no he vuelto a casa y me sale de camino ir por él. Pff... testarudo y malhumorado. Su cara es un poema. Ni siquiera me hace falta aparcar o quitarme el casco. Jiang Cheng ya ha bufado y pateado el suelo. Wei WuXian va a recibir una buena reprimenda al llegar a casa...
- ¿Qué haces tú aquí? – dice masticando las palabras, aun así, se acerca. ¿debería dejar el motor encendido por si necesito huir?
- Pensé que no te apetecería volver andando. Es bastante tarde. ¿has cenado?
- ¡Ojalá! Pero no me dejan llevarme las sobras, así que no. ¿Dónde está WuXian?
- Con WangJi.
- ¡Ese tarado! – Patea de nuevo el suelo. Sin previo aviso, se gira de golpe y agarra mi chaqueta. - ¡Esto es tu culpa! ¡Te dije que no le dieses alas a Wei WuXian! ¡Él debía estar aquí, no tú!
- Si prefieres volver andando puedo irme. – Chasquea la lengua de nuevo. ¿Se lo está pensando? No conduzco tan mal, prácticamente ya me he acostumbrado a llevarlo detrás.
- ¡Joder! ¡Cómo te odio! – reí. ¿Es consciente de que se está poniendo rojo? Bueno, al menos ha soltado mi chaqueta. Empezaba a temer por mi integridad.
- Yo tampoco he cenado todavía. ¿Quieres ir por algo? Yo invito. – Así que la comida calma su enfado... Su rubor se ha acentuado, aparta la vista y juguetea con el casco. ¿A qué viene tanta indecisión? WangJi no dejará que WuXian vuelva a casa con el estómago vacío. Y la comida siempre sabe mejor cuando no estás solo. Incluso no tendrá que pagar. ¿Tan terrible le resulta mi presencia? No nos vemos desde el día del circuito... ¡oh!
- Está bien... que sea rápido. – lo dice en voz baja y casi sin abrir la boca.
Pero no tarda en bajar las estriberas y ponerse el casco. En sólo unos segundos, la moto baja por su peso y sus manos rodean mi cintura. Jiang Cheng siempre deja rastros de su calor en mi espalda. Hoy está algo más nervioso de lo habitual. Sus manos dudan al apoyarse y se mueven fácilmente, no se decide si bajarlas o no hasta la cadera. Se aleja en los semáforos, dejando una corriente de aire pasar a través. Parece que hoy no dejará que lo lleve por el camino largo. Todavía espero una explicación sobre "eso" señor vergonzoso.
Lo llevo hasta un pequeño restaurante de fideos. No llama la atención desde fuera y los precios no son muy altos, pero la comida es realmente sabrosa. Jiang Cheng parece algo nervioso al entrar. Nos sentamos en una mesa para dos en una esquina. Los ojos de Jiang Cheng recorren el local. No estoy seguro de si está interesado en el lugar o está buscando una ruta de huida. Tal vez un poco de ambas. Las expresiones de Jiang Cheng son graciosas. Para alguien que siempre parece enfadado, tiene una gran variedad de expresiones. En comparación, MingJue es más difícil de leer. Su rostro tiene un montón de pequeños gestos inconscientes.
Pedimos un par de tazones y algunos acompañantes. Jiang Cheng ya está calculando mentalmente la cuenta mientras el camarero se va. Le pregunto cómo ha ido su día para distraerlo. A Jiang Cheng siempre le cuesta empezar las conversaciones, pero después de un rato se olvida y charla animadamente de lo que sea. No es el monologo impredecible de Wei WuXian. Jiang Cheng acepta cuando se producen los silencios y los asimila como parte de la conversación. Siempre escucha más atentamente de lo que parece. Y eso que controla todo el local con la mirada mientras hablamos. Debe estar realmente hambriento, porque está comenzando a tamborilear con el dedo sobre la mesa. Son golpecitos suaves, ni hace ruido, pero demuestra que se está impacientando.
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Distensión de un loto imperecedero
FanfictionSegunda parte de "Apostar para perder" Lan XiChen no entiende que demonios le pasa a su cuñadito (diga lo que diga él, ya es oficial). Primero le reta a un carrera, arriesga su integridad para ganarle, y cuando lo consigue sale huyendo. Jiang Chen...