Recuerdos

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Estaba anocheciendo, seguía levitando, ella no despertaba, me estaba preocupando demasiado. No sabía si volver a la escuela, era la opción más correcta, pero me estaba debilitando, además todavía quedaba un largo trecho. Iba en los aires  cuando me percaté por la zona en que estaba, mi casa estaba cerca, así que me dirigí allá.

-Por favor, que haya alguien en casa- susurraba exhausta cuando aterricé en el patio, caminé con Toga aún en mis brazos a tocar la puerta, por suerte mi mamá abrió de inmediato- ¡Mamá!

-¡Ochaco! ¿Qué ha pasado? ¡Estás herida!

-Eso no es importante ahora - ella me dejó entrar y preparó el sofá donde pude recostar a la rubia, me dejé caer en el suelo exhausta- nos... Nos atacó una villana, Himiko se llevó la peor parte, ¡Tengo que ayudarla!

Sin hacer preguntas, mi madre fue en busca de un botiquín de primeros auxilios, mi padre llegó a los segundos, tampoco hizo preguntas, solo fue a ayudar con el botiquín y otras cosas para curarnos. Mi ropa estaba desgastada y tenía unas leves quemaduras por el costado, pero en comparación a Toga, estaba en una pieza.

Mi madre se encargó de ayudar a Toga, mientras mi padre me revisaba a mí, colocaba vendaje por las quemaduras en mi torso, y me limpió el rostro para colocar algunos parches, me hacía recordar las veces que tuvimos que pelear con otros villanos y llegaba destrozada. Una vez que terminaron, retiraron todo, mi madre sacó muchos vendajes teñidos de color rojo, se me apretaba el pecho una vez más, ella tenía quemaduras por todas partes, su rostro estaba un poco más rojo, y de donde provenía la sangre, unos parches lo cubrían, sus ojos aún estaban cerrados y un vendaje cubría uno por completo, su respiración era calmada, su vestido estaba hecho pedazos, y nuestra cita, había terminado de la peor manera.

-¿Ella es una amiga de tu escuela? - mi madre llegó con una tasa de té para mí, me ayudó a sentarme en otro sofá.

-Ella... - pensé la respuesta un momento, pero decidí afrontarlo a como era en realidad- ella es la chica que me gusta... Hoy estábamos en una cita cuando la villana nos atacó. - ella guardó silencio pero me ofreció una tierna sonrisa.

-Es muy linda, que lástima que Izuku-kun nunca haya dado el paso - eso me hizo sonrojar.

-La verdad, ella me conquistó en un abrir y cerrar de ojos, su carácter y personalidad te embriaga de inmediato - no podía dejar de hablar con una sonrisa mientras la miraba- parece una niña pequeña, que hace rabietas cuando menos te lo esperas, si te hace pasar algún mal rato, te lo compensa con un cariñoso abrazo, su cercanía te relaja y.. Y... No puedes dejar de verla sin pensar que es un lindo gatito, su cabello alborotado es el más lindo que haya visto... - mi madre soltó una leve risa, lo que me ruborizó todavía más, bebí un poco de té para intentar calmarme.

-Más que gustarte, te escuchas enamorada.

-No sé cómo pasó, y era algo que no me permitía aceptar... Pero ya no puedo negarlo, estoy enamorada de Himiko.

Ella acarició mi mejilla y depositó un beso en mi frente, me aliviaba el hecho de hablarlo con alguien, admitir que si, me gusta, me encanta, el solo hecho de pensar que puede irse de mi lado, me hace querer llorar, y ahora en la situación que nos encontrábamos, me hacía querer morir, pensar que podía perderla para siempre, es algo que no le daría a nadie para experimentar.

Estuvimos un rato más bebiendo un poco de té, hablamos de cosas triviales un momento para así poder relajarme, pero mi expresión preocupada no se iba. Ya era entrada la noche, mi madre se había ido primero a dormir, yo mientras tanto, cargaba el cuerpo de la rubia en mis brazos en dirección a mi cuarto. Una vez allí, la arropé lo suficiente, tuve cuidado con su cuerpo por las heridas, me senté en el suelo quedando a su altura, mi cuerpo dolía pero ignoraba todo, solo quería que ella despertara. Texteé un mensaje para Mina, que nos quedaríamos en mi casa por hoy, no le di explicaciones, luego tendría que decirles todo.

"Cómeme"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora