Confusiones

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Pasaron unos días, no recuerdo cuantos, no habían sido muchos, pero tampoco unos pocos, no sé, mi ánimo había cambiado drásticamente, era algo así como estar "en modo avión" podía hacer un día normal de clases, disfrutar y reír con las chicas, pero llegaba la noche y la seriedad era una conmigo, ojos inexpresivos, miraba el techo y me preparaba para el día siguiente. Ella no había vuelto, no tuvimos mayor información, el profesor Aisawa se había acercado a mí en algún momento y mencionó que ella había pedido ser "expulsada", tampoco entendieron la razón, al parecer lo planeó hace un buen tiempo, ya que solo se reunió con el director para conversar el porqué de todo, no dio mayores explicaciones de lo sucedido, y ella abandonó las instalaciones, sus cosas, sin embargo, seguían en su habitación. De vez en cuando, en la noche, donde nadie podía verme, me iba hacia ese lugar. Me recostaba en su cama tratando de recordar su aroma, después de los días se había ido un poco, abrazaba siempre aquel peluche, si era tan importante para ella, ¿Por qué no se lo llevó?

En mi escritorio yacía la libreta acumulando un poco de polvo, a su lado los dos sobres con el contenido extraño esperaban que los leyera, pero no podía, no tenía el valor suficiente para afrontar lo que estaba allí dentro, en su lugar, releía la carta principal, "Eres mi cable a tierra" susurraba cuando ya no podía seguir y las lágrimas nublaban mi visión otra vez. ¡Tonta! Sabía que había algo detrás que no la dejaría estar tranquila, sabía que seguían molestándola, ¿Estaba evitando que me lastimara? Ella lo había hecho cuando se fue, y todavía dolía.

Limpié mis lágrimas con una aparente rabia, salí hacia el patio de atrás, quizás practicar un poco me quitaría lo inquieta y molesta que me sentía. Golpe tras golpe en el aire, y la rabia no se iba, no tenía los implementos necesarios para poder golpear algo, los gimnasios de entrenamiento estaban cerrados y no me dejarían estar sola allí. "¿Qué podría salir mal?" pensé, me dirigí a un árbol y asesté los golpes en su corteza, ardía un poco, pero era soportable. Estuve así por una media hora, estaba exhausta y mis nudillos ya estaban enrojecidos, quizás era tiempo de parar.

-Si querías alguien para practicar, solo debiste pedírmelo –una voz gruñona a mis espaldas me sobresaltó de repente, sonreí algo burlona.

-¿Quieres que te deje inconsciente, Bakugou? –me volteé.

-¡Keh! Tienes agallas de molestarme, así como así –se acercó y tomó de mis manos molesto- ¿Ahora te haces daño?

-Solo quería golpear algo –las aparté de inmediato, así como mi mirada.

-Llevas días así, no es bueno, ¿Sabes? No es la cara redonda que conozco.

-No te quiero aburrir con problemas amorosos ni nada –empecé a caminar, pasé por su lado con dirección a los dormitorios- solo quería despejarme.

-¿Leíste la carta que le dejó a Pinky pie? –eso hizo que me detuviera, me giré para ver cómo me extendía el papel –quizás te interese.

Volví antes de lo esperado a mi cuarto, me había dado una ducha y ahora secaba mi cabello, también curé mis manos dentro de lo que pude, tampoco es que estuviesen tan mal por haber golpeado aquel árbol. Ya estando lista me acomodé para leer aquella carta, estaba intentando mentalizarme para no llorar con lo primero que sea que lea.

"Mina:

No dejes que esto caigo en manos de Ochaco, por favor, y si por alguna razón el explosivo logró quitártela y entregársela...¿No crees que es de mala educación leer cosas ajenas, conejito?"

Sin que ella estuviese, me sentí avergonzada y mal por el regaño escrito, es como si supiera cada reacción y acción que realizara.

"no te quitaré mucho tiempo, unicornio rosa, solo quiero darte las gracias por estar ahí cuando lo necesité, desde que llegué a este lugar, fuiste la primera con la que me relacioné, al parecer estamos igual de locas, aunque tu más, y por eso nos entendemos, ¡Me encanta! Quiero que sepas que hago esto para protegerlas, me importas tú y las demás, no puedo dejar que la Liga las lastime, si algo le llegase a pasar a Ochaco, la poca cordura que pudo generar en mí, se iría completamente. Le dejé unas cartas a ella también, por favor, ve a verla, sé que es bastante sentimental y ahora debe ser un mar de lágrimas, espero lea todo lo que escribí, soy un poco cobarde para explicar mi pasado y el porqué de las cosas que hago, pero espero ella lo entienda. Te visitaré dentro de dos días, procura no contárselo a Ochaco, solo iré por unas cosas y necesito tu ayuda. Deja tu ventana abierta y que nadie se entere de que llegaré nuevamente, a las 00:00 en punto, estaré allá, hasta entonces. Gracias por todo.

Toga."

Intenté procesar la información, desde el día que se fue, ella volvió a los dos días, ¿Por qué no me di cuenta? Pero, ¿Qué cosas fue a buscar? He estado en su habitación varias veces y todo sigue igual, si hubiese venido a buscar el peluche, este no estaría, no estaba entendiendo nada, y Mina había sido fiel a ella, no me había dicho nada para no preocuparme, tenía que sacarle la verdad de todo esto, si es que conversaron sobre algo, ¡Cualquier cosa que me aclare todo! Lo necesitaba.

Salí con la carta entre mis manos, en la sala de estar estaban las chicas conversando, me acerqué lo suficiente y cuando tuve la atención de esta, moví la carta de un lado al otro viendo como su expresión cambiaba totalmente.

-¿De dónde sacaste esto? –con un puchero la quitó de mis manos.

-Alguien me la entregó –dirigí la mirada hacia Bakugou y luego la volví hacia ella.

-Lo mataré –suspiró algo molesta.

-Necesito que me expliques –mi expresión probablemente era como la de un cachorrito, ya que Mina intentaba no mirarme.

-Ella ya dejó este lugar, Ochaco, no volverá –susurró- si leíste, es lo mejor para todas, no sabemos cuándo pueden atacar, lo hizo para que nos dejaran en paz de una vez.

-No creo que haya sido solo eso lo que hablaron, y no creo que se haya ido del todo –comenté decidida y ella solo me miró nerviosa- eran cercanas, ella te contaría todo si fuese necesario.

-Claro que lo hizo –confesó, ella temblaba un poco, era extraño- pero es algo que también hizo contigo, solo que, como veo, no te has dado el ánimo el averiguar.

Con eso entendí que debía leer esas preciadas cartas, asentí a lo que me decía y me devolví a mi habitación, las tomé y dejé en mi cama mientras las observaba, estaba indecisa. ¿Con cuál partiría? Me sentía a la vez culpable por el hecho de que había tardado tanto en leerlas, además, agradecía lo que el cenizo había hecho, de entregarme aquella carta, pero hubiese agradecido que el destino me la hubiese mandado mucho antes, así quizás pude haberla esperado y detenido, la hubiese hecho cambiar de parecer.

Movía mis pies inquieta, ¡No podía abrirlas! Estaba tan ansiosa que quería llorar, no quería encontrarme con algo que me rompiera el corazón un poco más, no estaba preparada, la estabilidad emocional que siempre me costó mantener, se desmoronaba poco a poco. Suspiré, no iba a conseguir nada si seguía así, volví a tomar las cartas y las dejé nuevamente en el escritorio, una vez que salí de mi cuarto, me encontré con Mina en el pasillo, por su expresión estaba algo curiosa, pero al verme, pudo entender que no había hecho nada. Ella tomó de mi mano y juntas fuimos a la terraza de los dormitorios, nos sentamos en aquella escalera, ella llevaba un refresco y misteriosamente, sacó una bolsa de dulces variados, dentro venían algunas paletas, gomitas y mochis, eso mejoró mi ánimo un poco.

-No te obligues a entenderlo –empezó a hablar- es difícil, me lo puedo imaginar, y también es muy loco si lo piensas, una villana siendo heroína, ¿No te parece algo raro?

-Ella no era una villana –susurré abrazando mis piernas- es una chica como nosotras, que tuvo la mala suerte de caer en el lado oscuro de la sociedad.

-¿No es algo que se merece por todo lo que hizo?

-¿Qué dices? ¿Por qué estás diciendo algo como eso? ¿No son amigas? –la miré algo molesta, pero mi expresión cambió al momento en que me di cuenta de lo que pasaba, Mina nunca diría esas cosas- no sabía que ahora ocupabas lentes de contacto.

-Me quedan bien, ¿No? –sonrió algo burlona.

-El dorado no te queda, solo a ella. 




*Gracias por leer criaturitas bellas uwu dejando la intriga hasta nuevo aviso, que terrible, solo espero actualizar antes esta vez y no dejarlos con la duda por siempre hasjh los amodoro:3 cuiden sus dientecitos bellos, no salgan de casa, respeten para que los respeten y que Kamisama nos ampare uwu xd*

"Cómeme"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora