Días alocados

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La noche anterior había pasado en un abrir y cerrar de ojos, Toga se quedó a dormir conmigo, por extraño que parezca, ya no me molestaba sentir la presencia de alguien más aquí en mi cama. La luz que entraba a la habitación empezaba a molestarme, algo me hacía cosquillas en mi nariz, abrí pesadamente los ojos para encontrarme la sonrisa de la rubia junto a sus ojos expectantes, sentí como ligeramente con su dedo me daba ciertos toques en la punta de mi nariz. 

-¿Sabías que cuando duermes, mueves tu nariz así como un pequeño conejito? Es muy adorable -comentó sonrojada con una leve risa, pero eso solo me sorprendió por lo que, sin darme cuenta, la alejé un poco y vi como empezaba a flotar. 

-No deberías decir esas cosas tan vergonzosas, no soy un conejo -comenté mientras me sentaba a la orilla de mi cama, tenía que buscar mi uniforme, era término de semana y las clases iban a empezar. 

-Okay, lo entiendo, pero ¿Podrías bajarme pequeño conejito? ¡Auch!-sentí un golpe en el techo y vi como se frotaba la cabeza, había activado mi quirk a propósito solo para darle una especie de castigo, era temprano y ella me empezaba a molestar de esa manera. 

-Ve a vestirte, tenemos clases -tomé de su pie mientras aun flotaba, abrí la puerta y miré por los pasillos, no había nadie, no debían ver que se había quedado aquí, o sino, me interrogarían sin piedad. Al ver que no había nadie, saqué a la rubia de mi habitación y con una sonrisa maliciosa le cerré la puerta -¡Liberar! 

Solo pude sentir el golpe afuera de mi habitación, lo que me hizo soltar una leve risa, quizás no fue la mejor manera de decirle que se fuera, pero algo tenía que hacer o probablemente llegaríamos tarde. 

                                                                                         *******

Después de una divertida mañana con todos en el desayuno, partimos en grupo a nuestra clase, los viernes eran los días más relajados, los esperábamos con ansias, solíamos ver películas con las chicas o solamente alguna pijamada en la habitación de Yaomomo, todavía no nos explicamos como pudo meter tantas de sus cosas ahí dentro, sobre todo aquella cama tan grande. 

-¡Oh! Ahora que lo pienso -comentó Mina una vez que estuvimos en el salón esperando que el profesor llegara- Toga es nueva en todo esto, no ha pasado el ritual de iniciación. 

-¿A quién tengo que matar? -comentó la rubia emocionada, lo que solo causó risa por parte de todas nosotras -lo decía en serio -habló con un puchero. 

-No se trata de eso Toga-chan -le explicó Yaomomo- cuando llegamos a los dormitorios, hicimos un recorrido por todas las habitaciones, ¡como un concurso! Para elegir quién tenía la mejor. 

-A mi me gusta la de Ochaco -soltó ella lo que hizo que me sonrojara ante la mirada de todas las chicas. 

-Así que, ¿Ya has estado en su habitación, Toga? -le preguntó Mina con cierto toque de picardía en sus palabras, sabía que se habían vuelto un poco más cercanas así que decidí interrumpir. 

-Ese no es el punto -intenté sonar lo más calmada- esta vez es tu turno de darnos un recorrido por la tuya. 

-¿Recorrido? ¿A dónde vamos? -se acercó Kirishima a preguntar con una sonrisa- ¿Planean algo de chicas o también puedo participar? 

-Siempre eres bienvenido Kirishima-kun -comenté con una sonrisa- iremos a ver la habitación de Toga.

-¡Oh! ¡Como el concurso! Me apunto entonces, si no tienes problema chica rubia. 

-No te preocupes dientes de tiburón -comentó esta de vuelta, no se lo habían dicho en mal plan, pero sonaba muy gracioso. 

Nuestra conversación iba a seguir pero la campana sonó dando inicio al día escolar, la primera clase eran matemáticas con el profesor Ectoplasma, más tarde tendríamos Inglés con Present Mic y nuestro día podía irse completamente. Esta vez no viajaría a casa, me había entusiasmado en estar con las chicas, además, me servía para despejar un poco la mente de lo que pasó la noche anterior con Toga, si me fuese a casa, estaría en mi cama avergonzada y pensando si estuvo bien o no. No me molestó, pero tampoco sé como reaccionar al respecto, aunque correspondí su beso, ¿Hice bien? ¿Mal? ¿Algo? Las preguntas inundaban mi cabeza, pero decidí prestar la mayor atención a las clases para poder sacarlas de mi mente. 

En uno de los recreos, estaba conversando con Tsu-chan y con Mina cuando Toga se acercó a nosotras, escondía algo tras su espalda y se notaba bastante emocionada. 

-Ochaco, ¿Me acompañas a un lugar? -asentí con un leve sonrojo en mis mejillas, la mirada que me ofrecía Mina era cómplice con la de Toga, no quiero pensar que cosas han hablado estas dos. 

-¿El patio trasero? -pregunté algo dudosa, habíamos llegado a unas bancas que estaban en el patio de atrás de los salones, ella se sentó y me hizo un ademán de que hiciera lo mismo junto a ella. 

-Es más tranquilo comer algo aquí que en otra parte más ruidosa, ¿No crees? -de la chaquetilla de su uniforme sacó una barrita de cereal, me miró con una sonrisa mientras me ofrecía, pero la rechacé amablemente, ya había comido antes con las chicas - Tengo algo para ti, cutie-pie. 

-¿Ah si? -me llamó la atención, ella sacó lo que traía consigo, era un pequeño paquete, el mismo con el que entró a la clase del profesor Aisawa aquella vez, probablemente si tuviese orejas y cola las estaría moviendo como un perrito, me sentía emocionada. 

-Perdón que no lo haya envuelto en un mejor papel o algo, pero lo que cuenta es lo que hay dentro -comentó avergonzada mientras me extendía aquel regalo- espero te guste. 

Intenté calmar mi emoción un poco mientras lo abría, dentro había una cajita con un lazo bastante bonito, era rosado, algo temerosa la abrí para ver lo que estaba adentro y mis ojos brillaron cuando me topé con lo que había dentro. 

-¿Esto es? -ella asintió con una sonrisa- ¡Me encanta! 


*Holis, vengo con su actualización alcanzando las 1000 palabras, ya habrán capítulos un poco más extensos por si quieren más:3.... ¿Qué le habrá dado de regalo? :3 ¡Gracias por leer!*



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