La Primera

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Notita de utilidad pública: este capítulo es +18, o intenta serlo, tampoco soy experta, pero si a estas bellas chicas solo quieres verlas en ámbito romántico, recomiendo no leer este capítulo, no influye en la historia así que puedes saltártelo sin ningún problema:3 Gracias y perdón las molestias.




Mi respiración se había acelerado de sobremanera y no podía calmarla, sentía las manos de la rubia que pasaron de mi costado hacia mi estómago, masajeaban mi piel de una manera que se sentía muy bien, no quería detenerla, pero tampoco sabía muy bien cómo reaccionar a estas situaciones. Sentí como se acercaba a mi cuello, su respiración chocó con él, lo que me hizo estremecer, soltó una risa traviesa y pasó su lengua, cubrí mi boca, estaba jadeando un poco más fuerte que de costumbre, aún había gente despierta y no quería que nadie escuchara.

-Creo que encontré un punto sensible –volvió a pasar su lengua y dio un ligero mordisco, lo que me hizo estremecer aún más- ¿Tienes más puntos sensibles, conejito?

-Hi...Himiko –articulé a decir, estaba volviéndome loca, ella solo jugaba conmigo y yo...yo quería más- m-más...

-¿Hmm? No te escucho cutie pie –habló con malicia y se alejó un poco, incluso dejó el masaje, cosa que me frustró demasiado.

-¿Sabes? Mentiría si te dijera que todo este tiempo que llevamos juntas entre besos y un poco más –mientras hablaba me levanté lentamente- no se me ha pasado por la mente llegar a algo más...no soy un conejito asustado, y ya no quiero seguir estos juegos... –me di la vuelta sin importar el rojo que estaba en mis mejillas porque ella me viera al descubierto, esta, también se sonrojó más de lo debido e intentó apartar la mirada, pero ya era demasiado tarde.

Me incliné lo suficiente para atrapar sus labios en un beso fogoso, la empujé lentamente hacia atrás para quedar a horcajadas encima de ella, sentí sus manos un poco temblorosas en mis caderas mientras me seguía el ritmo del beso. Nos separamos por falta de aire, sus ojos dorados estaban en llamas, ella quería lo mismo que yo, y una vez iniciado, era difícil detenernos.

Ella se incorporó un poco más mientras seguíamos besándonos, sus manos recorrían mis muslos y daban ligeros apretones, luego sentí sus dedos juguetear en mis pantalones de pijama, tironeaba de vez en cuando dándome a entender que quería que los quitara. Dejé sus labios para bajar por su cuello, sentía como se estremecía y eso solo provocaba que me entusiasmara aún más. Llegué hasta su clavícula dejando un rastro de besos, pasé por su cuello, aproveché para obtener mi venganza dejando mis marcas de besos por aquel lugar, la rubia estaba reprimiendo sus jadeos.

-Esta vez yo encontré un punto –sonreí con malicia- ¿Sabes? Es injusto que solo yo esté en estas condiciones.

Ella se sonrojó de sobremanera, me levanté y tomé de su camiseta para quitarla, ella no opuso resistencia. Estaba solo en brasier y su piel deslumbraba, le sonreí dándole una confianza que ni yo sabía que tenía, pero al verla, vi que por su rostro cruzaba una expresión triste.

-¿Quieres que me detenga? –pregunté con suavidad, ella negó con la cabeza.

-Es...es solo que –pude notar como algunas lágrimas se acumulaban en sus dorados ojos- debería estar feliz porque esto va a pasar, pero estoy asustada, me gustaría decirte que es mi primera vez...pero no es así...Miss Curious me la arrebató cuando estaba internada.

Una ligera rabia me invadió, esa mujer le había hecho más daño del que creí. Ella notó mi expresión molesta y no dudó en cubrirse.

-Lo siento –su voz temblaba.

"Cómeme"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora