Locuras

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A la mañana siguiente, me costó un poco poder despertar, algo somnolienta estiré mi mano hacia el costado de mi cama, pero no había nadie, cierto, ella tenía que volver a la habitación donde el profesor Aisawa la había encerrado. Me desperecé sin muchas ganas y empecé a aclarar mis recuerdos, ¿Por qué mi ropa estaba tan...incómoda? Caí en cuenta cuando sentí una humedad evidente en mi centro, lo que me hizo avergonzarme aún más de lo que había pasado la noche anterior, quería morir.

Con mi rostro rojo a más no poder y con una toalla, salí al cuarto de baño, una ducha helada podría despertarme totalmente de lo que había pasado. Siempre me había preguntado por qué las malas casualidades se dan conmigo, tocó para mi mala suerte, pasar por la sala de estar y ver que Mina era la primera en pie preparándose algo de desayunar. Quise ser lo más silenciosa posible, pero una mirada tras mi espalda me hizo querer correr.

-Tu y yo tenemos que hablar –anunció con malicia en sus palabras, por suerte llegué al cuarto de baño y cerré la puerta.

Estuve un rato ahí bajo el agua, una sonrisa inundaba mi rostro por aquello que había experimentado con la rubia, se había sentido tan bien, pero ahora una sensación de vacío me embargaba, quizás hoy podrían darle su libertad y volver a como antes era todo, pero eso dependía de los profesores.

Al salir, fui a mi cuarto para cambiarme, después fui a desayunar con las chicas que ya estaban despiertas, por suerte, Mina no dijo ningún comentario en doble sentido o algo que fuese dirigido para mí, pero no es de extrañar que llegue a la noche con un par de refrescos para hablar, me imagino que en otra situación llegaría con alcohol, pero aquí estaba prohibido. Así terminado nuestro desayuno pudimos salir en grupo a clases, esta vez al parecer nos dirían cuando empezarían los entrenamientos, teniendo a la Liga sobre nosotros nuevamente, teníamos que estar preparados.

La clase la dio el profesor Aisawa, pero no dijo nada fuera de lo normal, no se refirió en ningún momento a Toga ni qué pasaría con ella, eso me dejó un poco más preocupada. Al terminar, pude alcanzarlo antes de que se fuera.

-Profesor –hablé algo nerviosa- ¿Qué va a pasar con Toga?

-Esa chica no nos ha dicho nada coherente –habló más serio de lo normal- sospechamos desde el primer día que llegó, que su relación con la Liga no se ha terminado, aunque ella dice totalmente lo contrario y que no sabía que Dabi nos interceptaría.

-¿Se quedará con ustedes?

-Hasta nuevo aviso –se dio la vuelta y se marchó, odiaba las respuestas incompletas, pero no podía hacer mucho.

Así sin más, hice mi día normal, aunque estuvo aburrido, las clases no acababan nunca y no mencionaron nada de entrenar, quizás tendría que hacerlo por cuenta propia, probablemente vaya y le pregunte a Bakugou si quiere entrenar.

Estando en los dormitorios, me coloqué mi ropa deportiva, tenía la intención de salir a practicar un poco para ocupar mi tiempo en algo, ni tareas o exámenes teníamos entonces todo se estaba volviendo aburrido. En la sala de estar estaban los chicos jugando videojuegos, Hagakure le estaba haciendo un nuevo peinado a Mina y no veía a las demás por ningún lado. En la cocina Todoroki estaba intentando hacerse un plato de soba a pesar de que no era la hora de cenar, me causó ternura, siempre dice que le gusta comer soba fría antes que calentarla, pero ahora se veía bastante acomplejado.

-Estás batallando por hacerte un plato de soba –comenté con una sonrisa llegando a su lado.

-Es más difícil de lo que pensaba –habló con su típica expresión fría- Uraraka, ¿Me ayudas?

-¡Claro!

Preparé lo necesario para la soba de Todoroki y le fui explicando el paso a paso para que pudiera hacerla sin problema. A pesar de lo inexpresivo que es, pude notar una sonrisa al momento de ver que pudimos hacer una soba perfecta, me ofreció un plato y lo acepté, así que nos sentamos a comer juntos. Fue divertido estar con él, siendo un chico tan frío, tiene su lado gracioso, contaba anécdotas que no me había imaginado en la vida, me reí bastante, aunque un ruido explosivo fue el que llamó mi atención en la sala de estar, al parecer cierta persona odiaba perder y estaba explotando a todos.

"Cómeme"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora