Un viaje

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-Estás molesta –ella tenía una sonrisa plasmada en el rostro, habíamos salido hacia el sector del patio trasero, tuvimos cuidado para que no nos vieran, ya era bastante tarde.

-¿Por qué sigues aquí? –solté de la nada mientras mi mirada no se suavizaba, ella solo rio y quitó aquel sector de su rostro la masa grisácea dejando ver sus verdaderos ojos.

-Olvidé algo de vital importancia y fui a la habitación de Mina, pero, no pensaba que me encontraría otra vez contigo. ¿Leíste todo?

-Todo.

-Pues bien, creo que mi expiación de culpa está hecha, solo te pido que respetes mi decisión –cambió su semblante a uno un poco más serio- la Liga va a atacar en poco tiempo, eso es seguro, mantente alejada de todo, no quiero verte lastimada.

-No lo haré –hablé decidida- ¿Quieres ser la villana? Está bien, entonces, seré la heroína, y te derrotaré.

Solo pudo soltar una risa mientras se acercaba y me abrazaba, por muy molesta y dolida que estuviese, necesitaba su contacto, estaba jugando a algo bastante peligroso, tenía un mal presentimiento de todo esto, pero ella no lo dejaría tan fácil, tenía que ser parte de su juego por esta vez, pero nadie me aseguraba que pasaría después.

-Seguramente me derrotarías fácilmente, de eso no lo dudo –se separó un poco y besó mi mejilla, cuando me di cuenta, había disuelto gran parte de su "traje", su rostro era el suyo, la masa grisácea cubría algunas partes de su cuerpo, pero no del todo, su sonrisa era cálida, la había extrañado- pero créeme cuando digo que tengo un plan, nada saldrá mal.

-Pero, ¿Podrás volver con nosotras?

La pregunta quedó en el aire, eso solo me preocupó más, algunas lágrimas amenazaban con salir, pero mordí mi labio intentando de que no ocurriera, sentí su mano en mi mejilla junto con sus suaves caricias, ahora su sonrisa cálida expresaba tristeza y culpa, quería detenerla, pero no me dio el tiempo necesario cuando se alejó del lugar perdiéndose en la oscuridad, no volvió a transformarse, así que tendría que ser más cuidadosa.

A paso lento volví a mi habitación, ya todos se estaban retirando para irse a dormir, y pues yo también lo haría, había sido mucha tensión en muy poco tiempo, quizás mejoraría todo al otro día.

Ya no sabía que día era exactamente, solo pasaba las horas como siempre, las clases seguían, y no había nada nuevo, más que uno que otro entrenamiento, los profesores estaban siendo más estrictos y monitoreaban más seguido los dormitorios. Dos días, una semana, ella no volvió a ir, siempre que me encontraba a Mina, tomaba su rostro y me acercaba, al ver la desesperación en ella, podía confirmar que no se trataba de Toga, solo la hacía pasar un mal rato, aunque me divertía, no podía evitar sentirme decepcionada porque la rubia no había vuelto a ocupar su lugar.

Sin darme cuenta, había llegado el fin de semana, a pesar del inminente peligro, necesita ir a casa, extrañaba la compañía de mi madre, y sabiendo la situación, me apetecía hablar de temas amorosos con ella, necesitaba un consejo maternal. Estaba sin muchos ánimos ordenando mi habitación, las chicas al parecer iban a salir a dar una vuelta, me invitaron, pero dije que me sentía mal, no sabía mentir en absoluto, pero respetaron el hecho de que no quería ir.

Cuando me quedé sin nada por hacer, fui a la cocina por algo de comer, me apetecía algo dulce, que bien que quedaron unos mochis de chocolate en la estantería, una vez que los saqué, batallé un poco con los chicos, Kaminari y Kirishima al parecer se habían vuelto adictos a ellos (al igual que yo) pero, cierta mirada de cierto chico los alejó de inmediato.

-Que molestos –Bakugou se acercó a mí y sacó uno de mis preciados mochis para comer- saben bastante bien.

-Sí, adelante, toma los que quieras –comenté con un puchero.

"Cómeme"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora