Terapia de Quirks

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Notita de utilidad pública: para que entiendan un poco y no se pierdan a la primera xd toda la historia está alterada, por si notan que los tiempos no concuerdan o las edades. Esto pasó cuando Toga tenía 14 años, si, era una Toga chiquita, hasta ahora que se reunió con Ochaco tiene 17, su edad actual, la carta será relatada por Toga así como si fuese un capítulo solo contado por ella, luego se harán las diferencias de cuanto se esté dirigiendo a Ochaco volviendo al tiempo "actual" por así decirlo. Es loco pensarlo así, pero bueno xd ah, y no quise ser muy descriptiva, ni cruel, pero pido perdón si es algo "fuerte" no sé si categorice como tal, pero aun así disculpas anticipadas, estaré dispuesta a recibir su odio. Gracias por leer n.n

*****



Temblorosa tomé el sobre que contaba sobre un poco del pasado de la rubia, "Terapia de Quirks", me ponía nerviosa solo el hecho de encontrarme con lo que ella siempre evitó. Respiré profundo y abrí el sobre, era un contenido extenso por lo que pude notar, no iba a ser fácil procesarlo. 

"Cutie pie: 

Hace mucho tiempo que te mencioné sobre esto, es algo que no cuento con orgullo, pues, fue mi peor época, días difíciles, meses difíciles...en fin... espero responda muchas de tus preguntas. 

*Hace 3 años* 

Siempre despertaba con un balde de agua fría de la nada, y este día no era la excepción. ¿Cuánto tiempo llevaba aquí? No llevo la cuenta desde que mis padres me abandonaron aquí como si fuese una rata cualquiera. Sacudí mi cabello, estrujé mi ropa, que a estas alturas solo eran unos simples trapos, un "nuevo" día en este lugar de mierda otra vez empezaba. Caminé hasta la puerta de la habitación, esperé lo necesario para que se abriera y pudiese ir por algo de comida, no era la hora de desayunar para todos, solo salías si necesitaban experimentar contigo o solo si "el tratamiento por tu quirk" tenía que seguir.

De habitación en habitación, llegué a una sala amplia, paredes blancas, el suelo frío, iba descalza, no recordaba cuando había sido la última vez que había usado algo abrigado. Había una mesa con una silla, en el centro una bandeja de plata, en ella, una rata estaba en una pequeña jaula, y al lado había un plato con un pedazo de pan además de un vaso con agua. Me senté, ya era costumbre hacer este tipo de prueba, pero siempre fallaba, mi quirk era más fuerte y nunca podía hacer que disminuyera la admiración a la sangre. Tomé la rata sin pensarlo dos veces, mi estómago rugía, mis ojos inexpresivos la miraron por última vez antes de encajar mis colmillos en su costado y succionar su sangre, un poco cayó a mi ropa tiñéndola de inmediato, la pequeña rata intentó escapar de mis manos, pero no lo consiguió, en un par de segundos ya no se movía, y ya no había más sangre que tomar, así que la devolví a la jaula.

-¿Otra vez, Toga? –habló una voz masculina detrás de un gran cristal, no podía ver bien, pero era la voz de siempre.

-Lo siento –respondí cabizbaja, sabía lo que venía después de elegir a la rata.

La puerta atrás de mí se abrió, unos pasos me indicaban que el muchacho en el traje blanco había entrado, suspiré, no tenía intención de resistirme. Acercó un bastón a mi cuello, estaba frío y algo húmedo, en lo que fueron segundos una descarga eléctrica me invadió, pensaba que moriría, pero a los segundos el chico alejó el bastón y se marchó por donde vino, dejándome en el suelo con algunas convulsiones de por medio.

-¿Cuántas veces tendremos que hacer esto para que recapacites? –la voz sonaba más demandante, como todos los días.

Después de unos minutos que creí eternos, las convulsiones pararon, ¿Cuántas descargas habían sido? No lo sé, perdí la cuenta. Otras personas entraron a la sala esta vez, eran el grupo de examinación, tomaban mis signos vitales, curaban la herida dejada por la descarga, lo hacían tan bien que no parecía que me hubiesen dado una descarga repetida por días y días, todo por un estúpido quirk que no podía controlar. Cuando se fueron, la voz masculina me indicó la sala siguiente a donde tenía que ir, claro, casi olvidaba la prueba de resistencia.

"Cómeme"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora