22~Sentimientos Encontrados

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Hospital Central CDMX...

Dionisio estaba sentado en la sala de espera mientras esperaba por alguna noticia de Refugio. Media hora había transcurrido desde que habían llegado con ella inconsciente en una camilla y un grupo de tres médicos la trasladaran a una sala con acceso restringido. Ofuscado por toda esa situación se frotaba el rostro y resoplaba con zozobra. Inevitablemente, como ola que rompe una y otra vez en la orilla de la playa, los recuerdos de las últimas horas de su vida rompían con la misma furia dentro de su cabeza.

>>>>FlashBack<<<<

Algo dentro de sí le gritaba de forma desgarradora que al llegar al hotel se llevaría una desagradable sorpresa. Un fuerte dolor en el pecho se lo confirmaba; una sola vez en la vida había sentido esa sensación de ahogo que le cortaba hasta el respirar. La madrugada que había muerto su padre en aquel accidente automovilístico había experimentando la misma angustia que ahora se estaba haciendo presente en su pecho. Golpeó el volante cargado de furia cuando tuvo que detenerse frente a un semáforo, sentía que no contaba con mucho tiempo y para colmo tenía que hacer una corta estadía frente a ese maldito artefacto que en esos momentos estaba odiando con todas sus fuerzas.

Al llegar al hotel luego de unos tortuosos minutos en carretera no lo pensó ni dos veces antes de estacionar su camioneta y subir a ver que era aquello que lo tenía tan inquieto. Jamás una escalera se le había hecho tan extensa como esa, cada vez que pisaba un perdaño sentía que aún le faltaban otros miles hasta llegar a su destino final. Finalmente llegó, se retiró sus gafas de aviador negras, las guardó en el bolsillo interior de su saco mientras caminaba por aquel pasillo que no parecía tener fin. Estando frente a su objetivo resopló con desasosiego, tocó una, dos, tres veces la puerta y seguía sin recibir contestación de algún tipo.

—Refugio...—finalmente cuando dedujo que nadie le abriría, decidió entrar por sus propios medios contando con que la puerta no estaba bajo seguro—¡Refugio!

Todo él dio un vuelco cuando la pudo divisar extendida en el suelo mientras un charco de sangre rodeaba la zona de su cabeza. Inmediatamente llamó a la ambulancia mientras se agachaba frente a ella y con la palma de su mano le daba de suaves toques en la mejilla en busca quizás de alguna reacción o estímulo.

—En el hotel Segredo—cada segundo que pasaba se ponía más nervioso—¡No me importa! ¡Quiero a una ambulancia aquí lo antes posible!—le gritó exaltado a la persona del otro lado de la línea y luego cortó la comunicación.

Regresó su mirada hasta Refugio quien aún se encontraba inconsciente. De primer momento se asustó, un escalofrío helado le recorría la espina dorsal para ir a parar justo en su estómago. Era como si estuviese viéndola muerta; la simple idea lo aterrorizó. Perderla lo mataría. Sentía que volvería caer en ese lugar oscuro, porque así nunca lo manifestara, Refugio era esa luz a la que se aferraba para no sucumbir a la oscuridad de su alma.

La tocó, revisó su pulso aún cuando el sube y baja constante de su pecho le brindaba la certeza de que contaba con vida. No obstante, decidió cerciorarse por él mismo de que así fuera. El alivio lo invadió cuando sintió su pulso; su corazón latía y seguiría haciéndolo.

<<—Es por el golpe. Estará bien dentro de unas horas—>>le gritó su voz interna.

Cómo por instinto o reflejo de su propio cuerpo asintió en silencio. Su vista seguía fija en Refugio.

—Acacia...—murmuró la herida mujer desde su subconsciente—Génesis...

Algo similar como un golpe letal atenazó la cabeza de Dionisio; como un peso frío que hacía de todo para hacerse notar mientras que él luchaba por ignorarlo y repetirse que su hija estaba bien, se acercó a la cuna donde debería estar la pequeña y...y no la vio.

El rostro del mal (Finalizada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora