10~El Retorno

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Capítulo dedicado a AnaClaudiaFerrerMune y a @lisandraVP Las amo Yumisisleydis❤️😂!
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Paralelamente, dentro de la casa, Victoria se despedía de Refugio, luego de un largo rato de esperar por Atilio, había decidido regresar al hotel donde se hospedaban, otro día volvería y le daría la noticia del embarazo. Pero como la vida, tiene sus insondables designios, cuando estaba a punto de salir, se tropezó frente a frente, con un Atilio que prácticamente le arrancaba las ropas a la mujer que se comía a besos.

Victoria sintió como se le hizo un hueco en el estómago, como un movimiento violento, que le causó arcadas.

Atilio aún no era consciente de la presencia de la mujer, pero supo reconocer su perfume. Como si lo hubieran pillado en medio de algún delito, se apartó de los labios de la tipa, a quien besaba salvajemente. Escasamente la voz le alcanzó para hilar una palabra, o más bien, un nombre.

-Victoria...

La aludida tragó en seco y con expresión frívola respondió al saludo, como dicen por ahí: "La hipocresía también forma parte de la educación."

-Hola, Atilio.

-¿Qué...qué haces aquí?—era evidente su nerviosismo.

-Nada, vine a ver a mi hermana, pero ya me iba—se volteó hasta Refugio y le dio un beso en la mejilla a modo de despedida—No vemos en el hotel, Chavero.

-¿Estarás bien?—apenas le susurró de modo que solo ella pudiera escucharla.

-Muy bien—se volteó nuevamente hacia Atilio y con una sonrisa de medio lado dijo—: Que tenga bonita tarde, Ferrer...amiga de Ferrer—hizo una pequeña reverencia con la cabeza y, altanera, como dueña y señora del mundo, rodeó el cuerpo de Atilio y se retiró de la estancia con la barbilla bien en alto no dejándose intimidar por nada ni por nadie, aunque por dentro sintiera como se le quebrantaba hasta la fibra más recóndita del cuerpo.

Así caminó hasta la contrapuerta, mientras se repetía una y otra vez, que no debía de llorar, que debía mantenerse fuerte, que un hombre como Atilio no merecía la pena, mucho menos valía sus lágrimas.

...

-¿Qué te pasa, por qué me tratas así?

Atilio, quién la había seguido, cuando Victoria estuvo a punto de cruzar la contrapuerta, tomó su brazo y la giró de modo de que quedaron pecho contra pecho.

-¿Y cómo te trato?—preguntó con cizaña, sin bajar el mentón ni un solo momento.

-Así, con esta indiferencia—la escaneó de arriba a abajo y luego le devolvió la mirada. Sus miradas verdes y furiosas se fundieron en una sola—¿Me puedes decir qué te he hecho?

-¿Aún me lo preguntas?

-No puedo creer que sea por lo del bastardito—soltó así sin más, sin meditarlo antes, no obstante, supo que había pasado los límites cuando el odio se personificó en el rostro de la mujer.

-¡Bastardo serás tú!—de un solo tirón logró zafarse del agarre que él imponía—Mira, Atilio, de verdad no sé que hago hablando de estos temas contigo—suspiró profundamente—Mejor ve...ve y atiende a tu amiguita. No la hagas esperar por mí, de igual modo yo ya me voy, tengo cosas más importantes que hacer.

-¿Qué tan importantes?

-No sé, pero sí más importantes que hablar contigo, eso tenlo por seguro.

-Victoria...

-No vemos, Ferrer—giró sobre sus talones, y sin bajar la guardia, se marchó dejando a un Atilio frustrado y con deseos de estrangular a alguien para bajar la rabia que lo consumía por dentro.

El rostro del mal (Finalizada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora