4~Volviendo En El Tiempo

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Capítulo dedicado a MacarenaEvoraRuffo ¡Feliz cumple muñeca! ❤️🎂🎉🎈

-Eres increíble, pequeña—la observaba con una sonrisa de medio lado, con la respiración agitada mientras veía el producto final dell su órganos correr por sus pecho, abdomen y monte de venus.

-Que se repita—sonrió al sentirlo subir con besos hasta atrapar su labio inferior entre los dientes.

-Que se repita—dice encajandose nuevamente en ella y así comenzar con una segunda ronda.
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Corrían la una y tanto de la madrugada, aún Cristina se encontraba en las afueras del hotel esperando por Demián. Se sentía incómoda, de vez en cuando salía a tomar un poco de aire fresco y a comprabar que todo está estuviese marchando bien.

-Sólo a ti te suceden estas cosas Cristina Chavero—enojada golpea el volante—¿Por qué te tiene que afectar tanto pensar en el hecho de que allá arriba está Demián haciendo suya a otra mujer que no eres tú?—prensa los dientes solo de imaginarlo—Si no es nada...sólo la está besando, tocándola...teniendo sexo a lo salvaje....¡AAAAAH!—grita muerta de los celos—¿A quién quieres engañar? Aún amas a ese estúpido.

Resignada dejó caer la cabeza sobre el volante, como tratando de evadir esos pensamientos que le laceraban el alma.

De repente sintió unas risitas que se imaginó de donde provenían y como efecto, al alzar la vista, allí estaba Demián, con ese esperpento de mujer a la entrada del hotel besándose y cuchicheando entre sí.

Como algo fugaz le dio al claxon cuyo sonido captó la atención de aquellos dos entes de la naturaleza.

-¿Pasa algo Cristina?—consulta Demián una vez frente al auto. Esta con total calma se baja del mismo, y al hacerlo, mira de arriba a abajo a la acompañante de Demián.

-No señor ¿Como cree? Fue sin querer, no quise interrumpirlo—se justifica en tono irónico.

-¿Papito quién es esta?

La aludida arquea una ceja y se cruza de brazos.

-Me llamo Cristina no "esta" y me parece a mí que no soy un fantasma, si tanta curiosidad le da saber quien soy, pregúnteme a mí, no al señor—y sin dejar que replicara al respecto se apresuró en contestar—Soy la chófer de acá...—lo mira a él esta vez de arriba a abajo—Su amante.

-Belleza no le hagas caso a esta, está loca—ignora por completa a Cristina—¿Nos vamos?

La morena sintió como una llamarada de fuego ardiente la recorría en su totalidad.

-¿Disculpe, señor, pero a donde van?

-Dejaremos primero a la señorita en su casa y después, usted y yo, no vamos para mí casa.

-Me temo que eso no se va a poder—por sorpresa utilizó una de las técnicas de defensa personal para inmovilizar a Demián y llevarlo con ella hasta el auto—Espere aquí.

Una vez lo dejó sentado en el coche y le pasó el seguro para así impedir que fuese tras ella, volvió hasta donde la rubia mujer miraba expectante dicha escena.

-Toma...—le entrega unos billetes—Con eso te da para un taxi...que tenga buen viaje.

-Pero señora...—hizo una amague por seguirla.

-Señorita–aclaró–Y no quiero que me siga—dictó con voz firme antes de apresurar su paso y adentrarse en el auto junto a un molesto Demián.

Mientras tanto en casa de las trillizas, Victoria y Atilio, descansaban tumbados sobre el suelo, desnudos y en la típica posición de la cucharita, tras hacer el amor como locos y, posiblemente, así sería hasta la mañana siguiente.

El rostro del mal (Finalizada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora