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—Ven Morgana— Llamaba Tom desde la parte baja de la tarima, le di una mirada a mis amigos, para después dirigirla a mis hermanos.

—Me tengo que ir— Le dije a Draco, él asintió intentando sonreir, pero sabia que no le hacia gracia, así que le di un pequeño beso en los labios.

Baje cuidadosamente hasta el césped, hoy sería la última prueba, y mi padre habría requerido la presencia de nosotros en el cementerio de la casa. El plan era sencillo, ir a Hogsmeade y aparecernos en los jardines de la mansión.

Nadie hablaba en el trayecto, todo era silencio, sabría que así era Tom, pero Marcus iba más perdido en sus pensamientos de lo común.

Estábamos llegando a Hogmeade, pero antes de alejarnos más, Tom se paró en seco —Hoy mi padre matará a Potter— Soltó de la nada delante de nosotros.

Me quedé estática, quería que mi padre volvería pero no bajo este precio. Marcus solo tragó en seco y asintió, yo seguía helada.

—H-hoy... Pero...— No podía formular oración alguna, mi mente se encontraba divagando totalmente.

—¿Acaso creíste que solo se sentirían a tomar el té?— Cuestionó Tom apartando la mirada. Me enojó demasiado su forma de hablarme

—No seas ingenua— Dijo Marcus cruzándose de brazos.

—No estoy siendo ingenua, solo no crei que seria hoy, es solo eso— Respondí tratando de sonar despreocupada —¿Y bien? Vamonos— Espete estirando mis manos.

Por primera vez el tirón en mi estómago fue como si nada, no lo sentí, no me importó.

—Niños, niños... llegan a tiempo— Decía colagusano agachando la cabeza para dirigirse al sillón en donde reposaba mi padre —Señor, ya están aquí— Anunció mientras lo cogia entre sus brazos para después dirigirlo hacia nuestra dirección.

—Padre— Saludamos los tres al unísono mientras agachabamos nuestra cabeza muy levemente.

Voldemort simplemente cerró los ojos haciendo un ademán de Saludo y posterior a eso, nos guiaba al cementerio familiar, íbamos algunos pasos detrás de él. Mi abuelo había sido un muggle rico, mi padre lo habría matado como si fuese nada, y realmente lo era, ya que su alma no era digna para que en ella floreciera la magia ¿De qué sirve una vida sin magia en ella?

De tan solo pensarlo un escalofrío recorría mi espalda ¿Quién podría vivir con un alma tan indigna para no poder ser merecedor de tremendo poder? ¿Vivir en un mundo sin magia? Y sobre todo ignorando por completo la existencia de esta.

Horripilante.

Iba tan sumergida en mis pensamientos que solo escuchar decir "AvadaKedrava" me trajo devuelta, al alzar la vista solo pude captar el destello verde salir se la varita de mi padre hacia un cuerpo que ahora yacía en el suelo sin vida. Aún estaba demasiado lejos para reconocerlo, pero cuando estuve cerca no pude evitar aferrarme a lo que tenía más cerca. Mi hermano.

Tom al ver mis manos sujetando con fuerza su brazo, las cogió y me asintió levemente, cómo si me tratara de decir que todo estaría bien.

Colagusano se apresuraba a un paso muy rápido, prácticamente dando saltos a la tumba de mi abuelo, Harry estaba a unos metros del frío cadáver de Cedric, siento sometido por la estatua. Colagusano dejó caer el cuerpo de mi padre al caldero que estaba frente a Harry.

—El hueso del padre tomado sin permiso— Comenzó a hablar, y solo eso bastó para que los tres nos pusiéramos rígidos, Harry estaba demasiado distraído para ver que estaba ahí, y de cierto modo me alegraba, ya que solo miraba con horror mientras los restos de mi abuelo eran profanados de su tumba —La carne del sirviente, entregada voluntariamente— Siguió para después sacar un cuchillo y cortarse el brazo derecho y dejarlo caer, fue inevitable soltar una mueca de asco —Y la sangre del enemigo... tomada por la fuerza— Terminó después de que con la misma saga le corte las ropas que le cubrían a Harry sus brazos y hundía en su piel para lograr que sangre —Resucitarán al Señor Tenebroso—

M O R G A N A - [D.M.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora