M O R G A N A - [D.M.]

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Estaba saliendo de la biblioteca, y una cálida brisa recorriendo la parte baja de mi cabeza me recibio; aún era temprano; todas las antorchas estaban encendidas, pero el sol aún no desaparecía en su totalidad, aunque pronto comenzaría la cena, en algunos estudiantes podia notar el carácter de quedarse en el sitio que se encontraban unas horas más. Por mi parte realmente tenía demasiada hambre. Me había quedado estudiando para los exámenes que sentía cada vez más próximos, además, últimamente sentía que no aprendía nada en clase de defensa contra las artes oscuras, solo transcribo y reescribo, es notorio como ahora cualquiera puede ser un maestro de Hogwarts. Pero de qué me quejo, si tan solo el problema de seguridad que tienen en el castillo es alarmante.

Apenas crucé la esquina más próxima me tope con las personas que nunca pensé, ni mucho menos  imaginé ver juntas.

La rubia me vio con una tímida sonrisa mostrando su dentadura, a diferencia de mi hermano que tenía un rostro que dejaba mucho que desear —Debemos dejar de vernos así Luna— Le comenté para después tratar de seguir mi camino sin esperar respuesta tanto de ella, como de Tom.

Pero al parecer él no tenía planeado eso, ya que fue cuestión de que de unos pasos al tratar de rodearlos cuando Tom me tomó de la muñeca —Necesito hablar contigo— Soltó y yo automáticamente bufé.

—No quiero escuchar nada que venga de ti— Espete devolviendole la mirada, pero a diferencia suya, me encargué de que la mía solo este llena de desdén.

Tom automáticamente bajo su cabeza, pero no me Soltó, todo lo contrario, tras recuperarse de mi respuesta le dirijo una mirada Luna, y ella simplemente se fue.

—Morgana— Volvió a hablar, pero esta vez me deshice de su agarre —Necesito pedirte disculpas—.

Por poco y suelto una carcajada —¿Y por qué? Tom, te sobrestimas demasiado para pensar que lo que tú digas, un traidor a su propia sangre, me podría afectar— Respondí cruzándome de brazos.

—Perdóname por lo que hice— Dijo posando sus brazos sobre mis hombros —Perdóname por abandonarte, a ti y a Marcus— Seguía hablando, pero esta vez me atrajo en un abrazo mientas sentía que empezaba a llorar —Tenía miedo, tenía miedo de en quien me convertiría si seguía ahí, siento que hasta usé a Amelie de excusa para huir de quién debo ser, fui demasiado egoísta, por mi cobarde estupidez no pensé en los demás, no pensé en Marcus, en mi padre, en Amelie; y no pensé en ti, que eres la persona a quien debo proteger; y en la fiesta, solo dije idioteces, dije mentiras para tratar de convencerme que había obrado bien— Finalizó sin romper el abrazo.

No sabía que hacer, no sabía si aceptar el abrazo o alejarlo de una buena vez. Estaba entre aceptarlo nuevamente en mi vida después de que el opto por salir de la mía, sin ni siquiera considerar el golpe que sería para mí. O dejar todo atrás, olvidar las noches que me quedaba desvelada, pensando en que si alguna vez le di razones para alejarse de mi, o cualquier cosa por el estilo. De algo estoy segura, no quiero volver a eso. No quiero tener que volver que perdonar a las personas por hacerme un daño que ellas cometieron. ¿Cuántas veces tenía que soportar eso?

Solté un suspiro ahogado, no correspondí el abrazo de mi hermano, pero tampoco lo alejé de mí —N-no puedo perdonarte— Hable tratando de que mi voz no se rompiera, él pudo intuir que me dolió, pero nunca sabrá la magnitud real en la cuál me dañó, Marcus era mi hermano también, pero no era igual a Tom, podía tener cerca a mi hermano, pero no era igual que tener cerca a Tom —No por ahora— Finalice esta vez rompiendo el abrazo.

Al chocar mi mirada con la suya, no encontré arrepentimiento, ni mucho menos, simplemente encontré un brillo de esperanza por mis palabras. Asintió levemente su cabeza con una sonrisa, sabía que no era lo que esperaba, pero era lo que podía ofrecerle por ahora.