• 54 •

541 32 2
                                    

—Estoy bien— Musite dándoles una sonrisa a ambos. Sus rostros no eran exactamente los más relajados y despreocupados que podría encontrar en este momento, pero no quería empeorar las cosas. Hoy sería la iniciación de Draco a los mortifagos. Hoy recibiría esa maldita marca.

Realmente no me sentía bien, no había dormido pensando en el dolor físico y emocional que le causaría todo esto, no había tenido ni el más mínimo apetito el tan solo la imagen mental de él entregándole su vida a mi padre y su causa... Lo que habría pasado antes, no sería nada y lo sabía, lo sabíamos. Sé que Narcisa estará para él, eso era lo que evitaba que saliera corriendo, ella siempre va a estar para él.

Solté un último suspiro antes de tomar la mano que me tendía Marcus para salir de la habitación —Sé que no estás bien, y eso está okey... Pero sabes que puedes contar conmigo; soy Marcus, tu Marcus— Susurró a mi oído mientras pasábamos al lado de Tom.

Por primera vez en la noche alce mi vista para que pudiera ver mis ojos; los cuales estaban levemente hinchados, e hice un puchero, no estaba bien. No quiero que Draco este mal.

—Draco es fuerte y obstinado, ten confianza en él. Además no permitas que padre te vea asi— Comentó Tom parándose a mi lado.

Mis hermanos y todos los mortifagos estaban alrededor de Draco y mi padre, usaba su habitual traje negro, y su cabello estaba totalmente opaco, su mirada totalmente apagada y su piel mucho más pálida de lo normal. Muerto en vida, solo eso podía decir de él.

Su vista estaba baja, y ni siquiera para mostrar su brazo la levantó. Poco a poco vi cómo la marca tenebrosa se formaba en su antebrazo. Y mientras la sonrisa se mi padre más se ensanchaba, las facciones de Draco se hacían cada vez más duras.

—Auch— Susurró Tom a mi oído, cuando bajé mi vista, note que había apretado demasiado mis uñas en el dorso de su mano.

—Lo siento— Susurré apenada.

Al volver mi vista todo había acabado, Draco tenía la manga de su camisa totalmente normal, incluso Narcisa le estaba pasando su traje.

Fue por un breve momento, algo tan pequeño, pero que me hizo tener mío sensaciones, nuestras miradas se chocaron cuando el levantó su vista, y por un momento el brillo volvió a sus ojos. No importó que estuviéramos rodeados de mortifagos, de oscuridad, por ese pequeño momento solo eramos nosotros dos, y no me importó nada más.

[...]

Solo escuchaba un pitido, sentía todo muy lejano, si alguna vez se llegan a quejar de cómo doy noticias. Primero tienen que recibir una importante de Marcus y luego volver a comentar. ¿Lo peor? Es que ya lo sabía.

—¿Qué tan idiota llegas a ser? Te dije que se lo diríamos calmados— Recriminaba Tom a Marcus frente a mí. Mientras que el otro trataba de minimizar el problema que se había creado.

—Estoy aquí, idiotas— Hablé parandome y parando el conflicto que sobrellevaba este par —Y osea ya sabía; no se preocupen, pero es distinto vivirlo. Solo tengo que... ya saben— Finalice dandoles una media sonrisa. Mis hermanos se miraron por un momento después de que hablé. No habían entendido lo último que les dije, joder que lentos —Olvidenlo—.

Mi padre no se encontraba en la tienda de muebles, solo estábamos algunos mortífagos, mis hermanos y los Malfoy. Estábamos al tanto del porqué nos encontrábamos acá, y mi padre había dejado en claro el porqué tendríamos que mantenernos al margen de esto.

Inicio de Flashback

—¿Estás de acuerdo?— Cuestionó Voldemort parándose frente a mí.

Ni siquiera me tome la molestia de devolverle la mirada, sabía el porqué me Cuestionaba de ese modo frente a mis hermanos —En definitiva es la mejor opción, confío en que lo hará... Además confía en los gustos de tu hija, Padre. No me fijaría en cualquiera— Respondí sonriendo.

Sabía que se negaba a que alguno de los tres interviniéramos en el plan para matar a Dumbledore. Y ahora solo quería compartir sus planes con sus hijos.

—¿Y qué pasa si regresa y no cumple el plan?— Cuestionó Marcus sirviéndose un poco de Wisky de fuego.

Le di una rápida mirada, pero mi padre respondió más rápido —Sería el fin del legado Malfoy, no necesito inservibles en mis líneas—

—Agradece que eres su hijo Marcus— Comenté a mi hermano.

—Ay qué hilarante hermanita— Respondió mientras Tom sólo negaba avergonzado por nuestro comportamiento. Definitivamente tiene un alma vieja.

Fin del Flashback

—Distraigan a esos perros guardianes— Ordené señalando a algunos de los mortifagos que estarían de chismosos con mi padre.

Ambos asintieron y les di una suave sonrisa, era una labor muy sencilla. Así que no tendrán problema con eso... Espero.

Pasaban los minutos y poco a poco Malfoy se estaba quedando solo. Desde mi punto de vista, estaba sumamente concentrado en aquel armario.

A paso dudoso me acerqué a él, su rostro estaba ligeramente relajado, tenía un semblante muy tranquilo. Realmente era muy atractivo, joder Malfoy.

—Es hermoso— Escuché decirle sin quitar la vista del mueble.

—Lo es— Respondí a espaldas suyas. A paso ligero me fui acercando esta vez.

Cuando estuve a su lado, me dió una suave sonrisa ladeada. Las ojeras debajo de sus ojos eran evidencia de que no la había pasado tan bien —Lo siento— Dije bajando la mirada por completo —Debí alejarte de esto... pensé que así te salvaría— Hablé sin nisiquiera mirarlo —No pude evitar que te conviertas en mortifago, esa marca la debí recibir yo...—

—Hey, hey— Habló derrepente acercándose más a mí, su cálida mano acariciaba mi mejilla, podía sentir su aliento fresco contra mis labios  —Deja de culparte por todo, a veces hay situaciones que no se pueden evitar....—

—Pero yo pude evitar esto, no debí haberme ido, fui una cobarde— Draco solo me miraba con ternura, joder. No está haciendo todo esto más fácil para mí —Te dejé solo, eso nunca me lo voy a perdonar—

—Debes dejar de subestimarme— Espetó dejando un cálido beso en mi frente, por unos momentos pude percibir su perfume y no pude evitar abrazarlo, felizmente me correspondió y no quería que nos separemos, solo quería quedarme acá, con él.

M O R G A N A - [D.M.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora