Capítulo 7: Grises (Parte 1)

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Capítulo 7: "Grises" Parte 1

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Capítulo 7: "Grises" Parte 1

"Tiemblo porque sé que no soy lo suficiente para ti. La oscuridad me persigue y tan sólo desearía llenarme de color para estar junto al deseo de mi loco corazón"

Pov Scorpius

A lo largo de la vida nos encontramos en la tesitura de tomar decisiones, estas pueden ser correctas o incorrectas dando lugar a un resultado. Sin embargo, cuando esas decisiones giraban en torno a Rose Weasley, era totalmente incapaz de usar la lógica, saltando a relucir mis deseos más egoístas. Cuando se trataba de ella todo dejaba de tener importancia, incluso mi apellido. El cual me perseguía recordándome que nunca dejaría de ser más que un paria, que vivía aún simplemente porque mi familia había pagado con su prestigio todos los errores del pasado, originando así una nueva oportunidad para mí, o eso al menos creía mi padre. Nada más distinto a la realidad.

Las decisiones te marcaban de por vida y esta que acababa de tomar seguramente sería algo inédito en el historial de la familia Malfoy. Así que, aquí me encuentro en el club de Horsgic junto con Albus con la intención de tomar la prueba del club gracias a mi incapacidad de pensar cuando se trataba de Rose. Y es que con tan solo escuchar de su rebelde boca las palabras "entrenador" e "interés" todas las alarmas en mi interior se despertaron cómo si jamás esperaran que alguien más pudiera arrebatarla de mi lado, el sentido de pertenencia me transformó y por consiguiente había terminado alejándola más de mi. Parecía que eso era lo único que producía mi persona, el alejamiento. Eso y ser un chiste, porque en pocos minutos estaría protagonizando una gran comedia, aunque dentro de mí imploraba que no sucediera y que la idea de Al diera resultado.

Varios días antes...

Rose había salido como una furia por la puerta de la sala común de Saggitarius, y como siempre, las cosas habían terminado con mal pie.

—Estás jugando con fuego, Scor— Dijo Albus seriamente.

Frustrado, aflojé la corbata que ya me estaba resultando Asfixiante y tomé asiento en el gran sofá de la sala. Pasé una de mis manos por mi cabello y lo despeiné concienzudamente, todo me había salido mal, tal y como decía Al y las cosas se me estaban saliendo de la manos.

—Cuándo se trata de tu prima, siempre acabo en un incendio. Todo lo que hago, lo que digo, lo que pienso, la aleja cada vez más— Contesté con abatimiento. La sensación de que la estaba perdiendo, hacía que perdiera la razón. Por Salazar, la había marcado visiblemente cómo si fuera de mi propiedad y todo por el maldito comentario del patán del club de equitación.

—Quizás si la tratarás como una chica y no como un objeto en el que lanzas tus frustraciones, podrían entenderse— Sugirió Al pausadamente — Es decir Scor, para llegar a ella no tienes por qué hacerla enfadar, ni mucho menos hacerla de menos, prácticamente la humillas. A veces, me cuesta contenerme y siento la imperiosa necesidad de hacerte sentir miserable—.

La Tercera Generación en EspañaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora