Historia

181 20 1
                                    

Bajé las escaleras respirando con algo de dificultad.
Había estado llorando un buen rato. Hasta que pude calmarme un poco, me sequé las lágrimas que me quedaban con la mano y sonreí al momento de entrar al comedor.

-perdón por la tardanza, necesitaba relajarme- le dije a Reiji antes de sentarme en la silla que estaba frente a él.

Frente a nosotros había platos repletos de comida, eso quería decir que dentro de poco el resto llegaría.
Miré los platos con recelo y tragué saliva.
Cuando miré al mío noté que estaba vacío, por lo que miré a Reiji algo confundida.
-no quiero que al acabar vayas a vomitar- dijo serio.
Fruncí la frente e iba a hablar pero me hizo una seña para que lo dejara continuar.
-¿Quieres continuar en esto?- me preguntó.

Sabía perfectamente a lo que se refería, era algo que yo me cuestionaba ahora. ¿Quería continuar?, ¿Quería seguir adelante?

-no lo sé- se me quebró la voz.
Reiji me pidió que me sentará en la silla a su lado.

Antes de que me sentará giró la silla a su lado y la suya, de tal forma que ambas quedaron una frente a la otra.
Esto irá para largo. Pensé.

Me senté y miré mis manos.
Él se sentó en su silla y me miró.
-nunca creí que iba a tener está clase de conversación, si te soy sincero- dijo.

Su porte era recto incluso estando sentado, en ese momento era me parecía aterrador.
-¿Vas a contestar a lo que te pregunté?- preguntó.
La voz no me salió, por lo que asentí con la cabeza.
-bueno, primero quiero saber la razón de que iniciarás en esto- dijo.
Respiré profundamente y suspiré.
-no siempre tuve este peso- empecé a hablar - todo lo que me impulsó a hacer esto inició desde que tengo memoria, literalmente hablando, me molestaron siempre por tener peso extra desde que estaba en el kinder, al principio no los escuchaba, me juntaba con gente igual a mi o a quien no le importara mi apariencia, lo mismo pasó en la primaria pero fue mucho peor... mucho peor- repetí y me mordí el labio inferior para tomar valor - los niños pueden llegar a ser mucho más crueles que un adolescente, al terminar la primaria mi familia y yo nos mudamos de ciudad por seguridad, mi ciudad natal era muy peligrosa, al llegar a la nueva escuela en la nueva ciudad todo cambió, hice verdaderas amistades que aún conservo- sonreí - intenté bajar de peso desde siempre, mi mamá me llevaba a nutriólogos desde pequeña, a lo mucho bajaba dos kilos o tres. No mucho después de llegar a la nueva ciudad mis padres se separaron, lo que provocó que comiera más para sentirme bien. En segundo de preparatoria me inscribieron a un gimnasio sin que quisiera, no era la primera vez que practicaba algo, ya había hecho dos años de ballet, dos años de danza árabe, dos de Jazz, cuatro de básquet Ball y uno de taekwondo, aparte del ejercicio que hacia cada cierto tiempo en casa y una que otra vez en clases de spinning y cardio intenso. Al principio me fue aburrido hasta que comencé a ver qué mi ropa comenzó a quedarme más suelta, eso me emocionó. Pero me fui de vacaciones una semana y regresé de la misma manera en la que había llegado. Por lo que el entrenador me dio una dieta de boxeador para bajar de peso. La primera vez bajé cuatro kilos- sonreí al recordar- luego dos y se convirtió de uno a dos por semana, comencé a investigar formas de bajar más rápido, dejé de comer lo que quería en mi día libre, me aferré tanto a esa dieta que hasta mis padres se preocuparon, en ese tiempo ya había escuchado del mundo de las princesas Ana y Mia- le mostré mi pulsera morada- sus tips no me ayudaron mucho, pero mis tíos si ayudaban a otras y además podía hablar de eso con ellas, era algo que podíamos compartir. Yo ya vomitaba antes de entrar a esos grupos, estuve metida en más de diez- miré hacia otro lado, no podía verlo a la cara.

Con Raito no fue tan difícil ya que él fue quien lo descubrió, yo no tuve que decirle nada.

-perdón, pero no puedo seguir- quise ponerme de pie para irme, pero Reiji me sujetó del brazo con fuerza e hizo que volviera a sentarme.
-dijiste que hablarías, así que continúa, no saldrás de aquí hasta acabar- me miró serio.
-no siempre vomitaba todo lo que comía, inicié vomitando lo que no estaba en esa dieta, pero al ver que si funcionaba continué con lo demás, me decía a mi mía que podía dejarlo cuando acabara...pero no pude, tuve miedo- entrelacé mis manos - al principio busqué ayuda con la psicóloga de mi prepa, fue lo peor que pude haber hecho, mandaron a llamar a mis papás, ya imaginarás como se pusieron, mi papá trató de comprenderme, mi mamá no, soltó todo lo que pensaba y ese día no me habló. Dijo que me ayudaría, llevándome al médico y eso, pero un apoyo emocional no recibí por su parte. Pasé por tres Psicólogos distintos, un Psiquiatra y una Psiconutriologa, nada funcionó, yo no quería nada de ellos, no quería su ayuda, vomitar me hacía sentir bien, me hace sentir bien, me hace sentir segura, algo que nadie ha podido lograr, hasta que conocí a Raito- sonreí- después salí del boxeo y me inscribí a una escuela de danza aérea, allí duré un año hasta que tuve que salirme por los horarios escolares, disfruté ese último año en verdad, aunque casi me muero el penúltimo día ahí, no había nadie, mis compañeras tenían que practicar para un concurso, yo no tuve problema, practiqué tanto en la tela como en el aro, al hacer la nueva caída por segunda vez, algo salió mal, en lugar de caer hacia delante cai hacia atrás. Cai directamente sobre mi cuello, no pude moverme bien por un mes- lo miré - puede que muchas personas no entiendan las razones por la que hacemos esto, ya sea no comer o comer y vomitar, la mayoría se va con Ana, anorexia- me expliqué- yo estuve un tiempo con ella, pero al ver que podía comer y vomitar daba el mismo resultado me fui con Mía- jugué con mi pulsera morada- no todas tienen el valor de estar con Mía, les aterra vomitar-

-te refieres a esas cosas como si fueran personas- dijo - Sabes que no lo son ¿Verdad?-
Asentí como respuesta.
Reiji me miró durante un rato, que se me hizo eterno.

Agarró un plato vacío de la mesa y me sirvió una gran ración de ensalada, junto con una pieza de carne, un poco de arroz y lo sujetó frente a mí.
Lo primero que hice al verlo fue contar las calorías que eso tenía.
-¿Cuántas calorías crees que tiene esto?- preguntó.
-depende de la cantidad de aceite que usaste al freír la carne y el arroz, también depende del tipo de carne que es y necesito saber si la ensalada tiene un aderezo o vinagreta y el tipo de aceite que usaste-

Reiji me miró con atención. Se ve que le sorprendió mis observaciones.
-la carne es de cerdo...-
-¿De que parte?- le interrumpí.
-milanesa- dijo - el arroz es cocido al vapor, no sabía que freían el arroz de dónde vienes, la ensalada no tiene aderezo o vinagreta y la cantidad de aceite que usé fue una cucharada y media por pieza- dijo.
-¿Oliva, aguacate, uva, cacahuate, canola o trufa?-
-oliva-

Miré el plato nuevamente.
- a juzgar por el tamaño de la carne debe de pesar por lo menos 160 gramos, lo que equivale a casi 200 calorías, ya que es de cerdo, si fuera de pollo se reduciría a unas 130 calorías SIN el aceite, una cucharada de aceite son de 80 a 120, por lo que voy a dejarlo en 100 por cucharada. Solo en la carne llevo a 200 calorías más 150 son 350, pero la carne no absorbe todo el aceite, por lo que lo dejaré en 320, que es poco, el arroz parece que son unos treinta gramos, lo dejaré en 90 calorías ese poco de arroz, no le contaré las verduras que tiene.
La lechuga que hay ahí no pasa de las 10 calorías, el tomate no pasa de 15 y el pepino no pasa de 5. Si sumo todo eso son: 320 más 90 son 410 más 10, son 420, más 15,son 435, más 5 son 440, son 440 calorías en ese plato o más, pero no pasa de 500-
-¿Mucho para ti?- preguntó.
-para una sola comida es excesivo, esa dieta era de 1000 calorías por día, antes de que todo inciara-

Reiji iba a decir algo pero no lo hizo. Colocó el plato frente a mí.
-no te equivocas, máximo son 500 calorías, aunque no podría decirte cuántas con exactitud- agarró un plato más pequeño y puso toda la ensalada del plato anterior, dos cucharadas de arroz y medio pedazo de carne.
-¿Puedes comer esto?- preguntó.
- de que puedo...puedo comerme todo lo que hay en la mesa, de que no lo saque ese es otro tema-
-iniciemos con pasos chicos, trata de acabarte este plato- lo colocó frente a mí- iré a dejar esto en la cocina, no toques nada hasta que regrese- dicho esto se levantó

La chica que podía volar (Raito y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora