Dudas

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Le había pedido a Barachiel que me dejara cerca del hotel y me prometió que otro día me volvería a buscar.

Caminé hacia el pequeño canal que me separaba del hotel y pasé al otro lado de el barandal.


Para mí suerte aún el sol no salía y las calles estaban vacías.

Las palabras del rubio rondaban por mi mente.

Muerte, pecado, peligro y pasión.

Era lo que me había advertido para que me cuidara.

La corriente de aquel canal era fuerte, si me arrojaba probablemente me tragaría.

........

Con mucho esfuerzo y varios golpes por todo mi cuerpo, logré llegar volando hasta el balcón del la habitación.

Suspiré aliviada al estar nuevamente tocando suelo.

Miré hacia el horizonte, el sol comenzaba a salir.

Me adentré a la habitación y me volví a acostar para poder dormir, tenía muchas cosas que digerir.

Al momento que estaba nuevamente sobre la cama unos brazos me sujetaron con fuerza.

-¿Dónde estabas?- preguntó Reiji.

Retiré un mechón de pelo de su rostro y acaricié su mejilla.

-no estaba con él, si es lo que quieres saber- dije para luego besarlo.

Reiji dudó de mis palabras pero aceptó con gusto mi beso.

-necesito dormir- susurré - fue una noche muy larga- dije antes de quedarme dormida sobre su pecho.

...........

Narradora.

Ya era medio día y _______ no mostraba señales de despertar pronto.

Reiji no se había levantado de la cama, se había quedado contemplando a la pelinegra dormir plácidamente sobre su pecho mientras acariciaba y jugaba con sus largos cabellos.

Lo había logrado. Esa frase giraba por su mente. Había logrado separarlos.

Ahora que la tenía no planeaba soltarla, no le importaba los problemas que le ocasionaría haber hecho un trato con Cecilia para obtener cada quien lo que quería. No le importaba que Cecilia quedará como una prostituta ante toda la fiesta, porque sabía de antemano que, al darse cuenta de lo que estaba pasando, Laito iba a dejarla y buscaría a _______ y la dejaría en evidencia y de paso lo maldeciría a él por lo ocurrido pero no le importaba, si ese era el precio por tener a la pelinegra no le importaba pagarlo.

Todo lo que quería lo obtenía.

Él la quería a ella y ahora la tenía.

La chica que podía volar (Raito y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora