La chica que podía volar (Raito y tu)

Tú no me vas a dejar

Ya habían pasado dos días desde mi regreso. En este momento me encontraba recostada en mi cama con mis amigas, contando las cosas que habían pasado... omitiendo el dato de los vampiros.

-si tus padres supieran que te mandaron a vivir en una gran mansión con seis chicos y sin supervisión, te envidio- rió Vanessa.
-por suerte ellos salieron por un ratito, si no no podría contarles nada- reí.
-y nada perdida eh- habló Alexa- ya te metiste con uno-
-¿Y cómo fue?- preguntó Vanessa.

Las tres reímos.
-no sabía que te gustaban esa clase de detalles- dije -¿Que quieres saber?, ¿El tiempo?, ¿El lugar?, ¿Las posiciones?- le di un ligero codazo.
-tampoco tantos detalles, ¿Cómo se dio?-
-no sabría decirte- mentí - solo pasó-

........

Las horas pasaban y mis amigas se fueron poco después fueron, el resto de la noche la pace en compañía de mis papás.
Cuando me metí a la regadera escuché claramente aquella voz que me impulsaba a hacer todo esto.

Tú nunca podrás dejarme, soy parte de ti.

Negué con fuerza.

No te preocupes, yo siempre estaré ahí para ti y tu estarás ahí para mí, estaré esperándote con paciencia.

Salí del baño y me acosté a dormir con un pensamiento rondando mi cabeza. Ella tenía razón, siempre que intenté dejarla fracasé, la pulsera en mi mano era un recordatorio de eso.

Los días fueron pasando y la semana estaba por terminar.
-te vamos a extrañar _____- dijo mi padre - pero estamos muy felices al ver que ha valido la pena, te ves mucho mejor- me agarró la mano.
-gracias, papá- sujeté con la otra mano la mano se mi mamá - yo también los voy a extrañar-

En el resto del día fuimos a muchos lados, yo me iría mañana temprano, pero sin duda...fue el mejor día que he tenido.

Todo ocurrió muy rápido, nos encontrábamos en la camioneta de regreso a la casa, cuando de pronto se escuchó un fuerte golpe y todo se volvió negro.