Reglas

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La rubia no pudo contestarmr la pregunta que le había hecho, por lo que el chico llamado Reiji tubo que aclararme las cosas.

-bien, todos sabemos tu razón de estar aquí- dijo el segundo hijo.

Todos los ojos se posaron en mí.
-no se de que habla- dije vagamente desviando la mirada y me crucé de brazos.
-no servirá de nada discutir- dijo el chico del sombrero, que se encontraba sentado a mi lado.
Ignoré su comentario.
-mientras estés aquí, tendrás que adaptarte a ciertas reglas- habló Reiji.

Lo miré fijamente.
-primero: a la hora de la comida siempre tienes que estar presente- comenzó - segundo: no podrás ir al baño al terminar y tercero: estarás acompañada dos horas después de comer-.

Apreté los puños con fuerza pero sonreí falsamente.
-no entiendo la razón, pero esta es su casa, tengo que respetar sus reglas, no se preocupe- dije.

......

Bebí el contenido del pequeño frasco y me fui al cuarto para dormir, el sueño me había caído como un balde de agua fría.

Cuando iba a abrir la puerta un ruido me detuvo.
-es lindo tenerte aquí- susurraron a mi oído.

Asustada me giré y retrocedí varios pasos hasta chochar con la puerta

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Asustada me giré y retrocedí varios pasos hasta chochar con la puerta.
-no hagas eso- dije con una mano en mi pecho, mientras trataba de recuperar el aliento -me asustaste-.

El ojiverde sonrió de manera burlona.
-lo siento- rió.
Su sonrisa mi hizo sentir un poco de calidez en este frío e inmenso lugar.

Quiso decir algo pero yo hablé antes.
-tu nombre es Raito, ¿verdad?- pregunté.
Él me miró confundido.
-un gusto en conocerlos, y pido disculpas por estar molestando en esta casa, realmente no estubo en mis manos, solo se que un señor de aquí estaba muy interesado en mi "problema"- dije haciendo comillas en la palabra final.

Narrador normal.

Raito supo enseguida quien era la persona a la que ella se refería.....el gran Tougo Sakamaki.
-no es ningún problema- dijo el del sombrero.

La pelinegra se miró la mano unos segundos mientras la abría y cerraba constantemente.
-lo siento- rió ligeramente - se me durmió la mano-.

La chica que podía volar (Raito y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora