Quiero explicaciones.

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Salí de mi cuarto a paso veloz, lo que me había dicho Subaru me había dejado una extraña sensación. Sin que me importara lo que pensaran de mi, casi tiro a golpes la puerta que estaba frente a mí.

No tardó más de cinco segundos en abrirse y al otro lado me miraba un Reiji con cara de disgusto y reproche.

-No es nada educado golpear las puertas de esa manera...-

-Me voy- lo interrumpí- antes de otra cosa me disculpo por lo de la puerta, su hermano menor me dijo algo que me alteró mucho, lo siento- expliqué.

Reiji se hizo a un lado y me invitó a entrar.

-no voy a quitarle más tiempo, por lo que seré directa, quiero irme, no es necesario que su padre siga pagando mi supuesto "tratamiento", que de tratamiento no tiene nada-

-no sé lo que mi hermano le dijo, pero me disculpo en su nombre-

-no quiero unas disculpas joven Reiji, quiero irme a casa, mis padres me dijeron que si no estaba cómoda podía tomar el vuelo más próximo para regresar-

Reiji me miró y dejó su copa, de lo que parecía ser un vino de color rojo, en la mesa que estaba junto a él.

-entiendo su punto de vista, pero no la puedo mandar de vuelta- me miró a los ojos con una sonrisa arrogante - será mejor que te explique la razón por la cual estás aquí-

Caminó a mi alrededor y me entregó un papel doblado. Lo desdoblé sin ningún cuidado y me sorprendí al ver un dibujo de mí.

-hace varios meses, mi hermano Raito, despertó de un profundo sueño, había dormido poco más de una o dos semanas, pensábamos que era una especie de coma, podríamos nombrarlo así, pero en nosotros eso no sucede, usted ya averiguó la razón, quizá no la crea, pero la sabe- me agarró los hombros desde atrás y acarició mi cuello- cuando despertó estaba completamente alterado, gritando tu nombre por todas partes, no sabemos lo que realmente fue lo que le pasó, en realidad no entendemos que fue lo que le pasó, pero pocos días después entró en una profunda depresión, sin saber que hacer. Lo único que se nos ocurrió fue contactar con "esa persona", nos pidió que nos encargáramos de él y desapareció por un tiempo, hasta hace poco, que nos dijo que recibiríamos una visita muy especial, la que resolvería el problema de nuestro hermano.- recorrió mi cuello con su nariz, estuve por darle una cachetada, pero detuvo mi mano sin dificultad- Te seré sincero, entre nosotros no hay una buena relación, vivimos en la misma casa, pero cada quien está por su cuenta. A pesar de eso, jamás permitiría que algo malo les afectara tanto, a algunos de ellos, claramente-

-suéltame idiota- dije enojada y logré empujarlo. Sus manos me soltaron.

- vamos a ver como suceden las cosas, como una persona, la cual no puede ni quiere ayudarse a si sola, puede ayudarle-

La chica que podía volar (Raito y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora