Volar

129 11 3
                                    

Cuando abrí mis ojos noté que aún no había amanecido.

Traté de levantarme pero algo me lo impidió, giré mi cabeza, vi que Reiji seguía durmiendo y que también me tenía sujeta con sus brazos. Era mucha la fuerza que empleaba como para estar dormido, pero después de inspeccionarlo bien concluí que si dormía. Con dificultad logré que me soltara sin despertarlo.

A oscuras busqué la bata y me la puse.

Ven

Una voz sonó por todo el cuarto, giré hacia Reiji, pero el continuaba dormido.

Ven, acompáñame afuera.

Eso podría sonar estúpido durante el día, ya que era alguien que no podía ver, pero en la noche, cuando estás semidormida aún, de alguna manera suena completamente razonable.

Abrí la ventana y salí al balcón y frente a mi se encontraba un hermoso hombre de cabello rubio y alas blancas.

Abrí la ventana y salí al balcón y frente a mi se encontraba un hermoso hombre de cabello rubio y alas blancas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-¿Quién eres?- pregunté y él sonrió.

Deje salir mis alas y me acerqué a él.

-ven, hablemos un poco- dijo para luego elevarse.

Llegué al barandal del balcón, miré hacia abajo y me asusté.

-no puedo volar, tengo una herida migratoria- fue lo primero que me vino a la mente.

El bello chico soltó una carcajada fuerte.

-¿Herida migratoria?, Te conozco de toda la vida y nunca haz migrado a ningún lado- rió y me tomó de las manos.

-espera, aún no se volar- dije aterrada.

-lo sé, no te preocupes, volaré por los dos- su mano se posó en mi cintura y luego nos elevamos.

Cuando mis pies dejaron de tocar el piso sentí como mi estrés se alejaba.

Volamos un buen trayecto pero no descendió cuando se detuvo.

-¿Ahora sí me dirás quién eres?- pregunté.

- mi nombre es Barachiel, creí que lograrías recordar un poco de lo que pasó después de lo que hice- murmuró lo último.

Lo miré algo sorprendida, Barachiel era el nombre que un ángel que apareció en mis sueños.

Él notó mi expresión y sonrió aliviado.

-entonces si funcionó- me abrazó con fuerza - te extrañé tanto Devika-

Mi mente se llenó de confusión.

-tranquila, habrá tiempo para aclarar las cosas- sonrió - no puedo creer que logré encontrarte-

Mis alas por instinto comenzaron a moverse solas.

-tranquila, tranquila, sabes que todo transcurre a su tiempo- dijo sin soltarme.

-si me conoces desde que nací sabrás que yo no tengo paciencia- dije aún sin poder creer esto.

-lo sé- dijo triste - aletea de arriba a abajo y de forma constante dijo antes de soltar mi cintura y que nuestro agarre solo fuera en nuestras manos.

Le hice caso, pero aún así era difícil, si no fuera por sus manos sobre las mías ya estaría hecha papilla en el suelo.

-¿Cómo estás?- pregunté.

-bien, trabajo de aquí y por allá, ya sabes cómo es-.

Lo miré y alcé una ceja.

-lo recordarás, no te preocupes- dijo antes de soltarme. Al ya no tener su apoyo todo se me complicó, parecía Twilight Sparkle cuando estaba aprendiendo a volar.

-¿Qué haces aquí?- pregunté.

En ese momento lo que parecía ser un recuerdo llegó a mí.

Nunca llegues a dudarlo, te voy a encontrar.

-prometí que te encontraría, aunque me tomó mucho más de lo esperado-.

Con forme pasaron los minutos mi vuelo ya no era tan terrible.

-me alegra que ya no estés vomitando- dijo de la nada - es un enorme alivio-

-supongo- suspiré - ¿A eso te referías con crear tu propio infierno?-

Él asintió - siempre fuiste un poco vanidosa con tu apariencia, te gustaba arreglarte, tenías gran cantidad de atuendos diferentes, en comparación con el resto de nosotros, ¿Qué peor castigo para alguien que se arreglaba tanto? Y además de que estaba orgullosa de ello- suspiró - traté de ayudarte, en verdad que lo hice- tocó mi hombro- pero no me fue posible, yo también fui castigado- me dió la espalda y dejó levemente descubierta una parte de su espalda, dejándome ver las cicatrices en esta- pero me alegra que tú lograras escapar del primer castigo antes- sonrió.

Nunca en mi vida había conocido a alguien que sonriera tanto.

-¿Primer castigo?- pregunté.

El desvió la mirada - parece que no recuerdas todo lo principal...era de esperar, era la primera vez que hacía eso- me miró - querían cortarte las alas-

La chica que podía volar (Raito y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora