28º Día - Flotar

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El cuerpo de Ana María estaba como congelado encima del altar. Trew me había llamado para que lo examinara interiormente.

—Una de las últimas cosas que se apaga en estos casos es su cabeza, allí donde controla sus acciones. Por eso antes de que Ana dejase de moverse, conseguimos rescatar su mente —se acerca a una maleta que empieza a abrir dejando cosas de forma de cilindros sobre una mesa que tiene delante suya—. Vas a probar lo último en tecnología Laura, más potente de lo que estás acostumbrada.

—Supongo que no será la caída a la que estoy acostumbrada —dije, era solo por decir algo, ya no tenía problema con esa sensación—.

—Esta vez flotarás

—¿Flotaré? —pregunté, a veces me tomaba el pelo—.

—¿Algún problema con eso?

—No señor.

—Tu objetivo es recuperar unos determinados recuerdos para nuestros clientes, sus familiares —soltó de forma seria—. Se te recomienda que no te entretengas mucho, cuando estés lista, pulsa el botón que dejaré sobre la mesa.

Asentí, me coloque el traje que me cubría el cuerpo entero, coloqué el casco y apreté el botón. Enseguida estaba flotando y navegando en su memoria.

<<Siento que moriré sin mi cuerpo real, siento que siempre viviré engañando a todo el mundo, tengo miedo>>

<<Antón era un chico joven de pelo largo rizado y gafas, un poco regordete y con mucha imaginación. Desde que era pequeño siempre había tenido a alguien que le había ayudado en su vida para ser feliz. Su hermano mayor. Pero Antón escondía un gran secreto que no quería decir a nadie. Era una mujer.>>

—Laura ¿Me escuchas?

—Si, estoy por el principio.

—Vale, recuerda. Borra lo señalado en azul.

Laura miró atentamente al recuerdo. Mucho tiempo después diría que estaba ahí, pero en el presente no lo veía. Voló entonces a otro recuerdo.

<<Antón se imaginaba como una hermosa mujer, Ana María, fijo desde que era pequeña que al llegar a una edad daría el paso, pero no lo hizo. Y fue infeliz>>

Laura creyó ver el color en aquel recuerdo, pero siguió como globo en el viento avanzando.

<<A una edad determinada, Antón se casó con una mujer y tuvieron un hijo. Antón no era feliz y aunque quería decirles la verdad al mundo, se sentía rechazada, sentía que le considerarían un bicho raro>>.

"Nada por aquí que borrar" pensó Laura.

<<Antón decidió intentar suicidarse para escapar a su nueva vida. Decidió que si nadie le trataría como ella. Su cuerpo tenía que desaparecer, así que intentó quemarse>>

Era un texto en azul, ella lo borró con gusto. Era un pensamiento horrible, pero por desgracia, esa era la historia, le habían encontrado quemada.

<<Antón escribió en una nota "Si mi cuerpo sobrevive, quiero que los del cementerio hagan todo lo posible para que luzca como la mujer que siempre fui" estaba firmado por Ana María.>>

Laura se conmovió, había más recuerdos sobre la joven, pero no eran importantes, al menos no estaban en la lista que Trew le había marcado. Estaba llorando cuando se dio cuenta. Todo lo relacionado con la vida secreta estaba marcado en azul.

***

—Espero que lo hayas hecho bien Laura.

—Sí señor, ¿Puedo decir algo? —estábamos recogiendo las cosas y él asintió—. Es otro caso, ni en esta época, esas pobres personas se libran.

—Transgénero ¿Verdad? la gente es muy idiota respecto a ello, ni con el pasar de los lustros cambian, prefieren vivir en la ignorancia, en el mundo antiguo, seme sincera ¿Borraste lo que pedían? —negué con la cabeza respondiendo—. Lo hiciste bien. Nuestro trabajo no fue creado para eso. Que le jodan al cliente.

Salimos afuera con el equipo metido en varias maletas que subimos a una furgoneta.

Entré en el vehículo cerrando todo y me monte en él.

El ruido del motor al encenderse inundó con su llanto aquella noche. Ana María era una mujer genial. Me habría gustado conocerla en vida.

30

Relatos ahogados en frascos de tinta IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora