Entre todo el manojo de cables había un mechón.
Mi pelo había volado tras del aparato de comunicación.
Y en una extraña noche de ruidos irreconocibles y violentos sonidos del clima. Había amanecido todo hecho un lío. Mi padre me decía que lo normal con los cables. Se lían solos.
Pero la realidad era muy diferente. Era mi punto de investigación y por eso tras volver a desenrollar todo el barullo de detrás esperé realizando mis tareas cotidianas a la noche. Sin percatarme que faltaba algo en aquel desorden. El trozo de mi cabello.De nuevo, otra noche espantosa. Como solía suceder desde hace lustros. El tiempo atmosférico se había vuelto caótico y casi nunca había tranquilidad. Sobre todo cuando la brillante luna se asomaba a mirar antes de desaparecer en las nubes que pintaban el cielo grisáceo.
Estaba acostado en la cama con una oreja puesta en si se escuchaba algo raro dentro de la habitación, los ruidos del monte donde vivían eran tan habituales que podía ignorarlos sin problema y centrarme en lo importante, una voz. La mía.
—Naranja Blanco y naranja, verde blanco y Azul. ¿Dónde cables se han metido? Oh ahí están perfecto.
Era mi voz, hablando con los demás cables que se encontraban en la parte de atrás del aparato. Pero no eran mis labios los que hablaban, sino ese trozo de pelo que sin saber cómo había adquirido conciencia propia. Se tenía que deber a algo dentro del chisme de comunicaciones que efectivamente le había otorgado la comunicación a ese trozo de mi que un día me arranque jugando con mis rizos. Era realmente absurda la idea, pero era lo que me venía en mente. Pero me equivocaba, pues ahora venía el verdadero terror.
El sonido de muchas voces en multitud que respondían. El conjunto de cables que se hallaba a escasos metros de mi. Entre ellas una voz aguda destacaba. Un aviso para el grupo.
Me habían descubierto.
04
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Relatos ahogados en frascos de tinta II
ContoRecopilación de relatos inspirados en las palabras del Inktober 2020 Atrévete a explora desde un problema para subsistir en un submarino, como radios de seres mágicos donde nunca te creerías, aventurarte en relatos de dragones que no son tan malos...