DARK QUEEN ||Bucky Barnes||

Capítulo. 113

Lo haremos.

Todos volvieron a su tiempo, unos más emocionados que otros por cumplir la misión.

—¿Las tenemos todas?— Preguntó Bruce.

—¿Lo hicimos? ¿En serio lo hicimos?— Rhodey habló con emoción.

—Barton, ¿dónde está Nat?— Preguntó Taylor haciéndole entrega de la gema del tiempo a Bruce.

Clint cae arrodillado y solloza, ve a los ojos de Jordan luego a Steve.

La ojiverde niega con sus ojos llenándose de lágrimas. —No, dime que no es lo que estoy pensando. ¡Dímelo!— Gritó.

Steve conecta su mirada con la del arquero y este asiente. Una lágrima corrió por su mejilla. Todos bajan la mirada al darse cuenta de lo que pasó.

Hulk golpeó el pido y Jordan salió corriendo del lugar. Rogers fue tras su hermana, ella solo puedo abrazarlo y llorar.

—Steve, ya no puedo.— Jordan sollozaba y lo apretaba fuerte contra su cuerpo. —Ya no puedo seguir perdiendo a los que amo.—

—Yo tampoco.— Rogers le besa la frente. —Vamos, los chicos nos esperan.—

Ambos fueron al lago y se sentaron junto a los otros, tofos estaban en silencio hasta que Tony decidió hablar.

—¿Tenía familia?— Preguntó.

—Si, nosotros.— Steve le contestó.

—¿Qué? ¿Qué haces?— Preguntó Thor.

—¿Qué? Solo hacia una pregunta.— Se defendió Tony

—Es que actúan como si no estuviera. Tenemos la gemas ¿no? Y si tenemos las gemas podemos, Cap. Podemos revivarla, así que no actúen como si ya no estuviera. Ya basta somos los vengadores, ¡controlense! —Exclama el hijo de Odin.

—No puede volver.— Dice Clint.

Jordan abrazaba la chaqueta favorita de su mejor amiga, mientras sollozaba.

—Ah, no entiendo, ¿de qué habla?— Thor preguntó de nuevo.

—No se puede deshacer, ¿si?— Barton respondió.

Thor ríe. —Oye, no te ofendas, la verdad es que eres un ser muy terrestre y estamos hablando de magia espacial, un no suena muy definitivo.—

—Si, sé que esto va más allá de mi comprensión pero no la vez aquí, ¿verdad?— Preguntó Barton irónico.

—No, ese es mi punto.— El dios volvió a hablar.

—Ya no, ya no se puede deshacer.— Dijo el arquero con la voz ronca. —O eso fue lo que nos dijo ese espectro rojo flotante, ¿por qué no vas con él a ver que te dice? ¡Agarras ese martillo, te vas volando hacia allá y hablan!— Gritó y luego suspiró con pesar. —Yo debía morir, Natasha se sacrificó por esa estúpida gema y apostó su vida.—

Jordan se levantó de golpe y caminó algo lejos, luego miró hacia el cielo. —¡¿Qué más tengo que perder para que me dejen en paz?! ¡¿Ah?! ¡¿Qué otra cosa me van a quitar?!— Gritaba. Los varones la vieron inmediatamente. —¡Natasha era la única que pudo entenderme! ¡¿Por qué carajos me la quitaron?!— La castaña cayó arrodillada en el suelo.