DARK QUEEN ||Bucky Barnes||

Capítulo. 40

Nuevamente juntos.

Después de que Jordan fue por James al museo, ambos visitaron el departamento de Steve aprovechando que no estaba ya que salió a cenar con Sam. La ojiverde, buscaría algunas de sus pertenecías y documentos para huir del país con Bucky.

—¿Vives aquí?— Bucky pregunta entrando tras ella y siguiéndola muy de cerca, estaba bastante serio.

Jordan lo ve y sonríe un poco, James parecía un perrito que buscaba cariño  pero él no se daba cuenta de que su mirada gritaba eso. —Si, aquí vivo. Ten.— Le extiende una pila de ropa y un bolso. —Ayúdame a guardar eso, es para ti. No puedes andar con la misma ropa siempre.—

Bucky frunce el ceño y se sienta a guardar lo que ella le dió. —Me gusta esta ropa.—

—Pues pareces vagabundo.— Suelta una risita la ojiverde. —Oye, quita esa cara de desconfianza. No te haré nada.— La mujer toma su pasaporte y dinero, para luego echarlo en otro bolso.

—No te conozco, así que debo estar alerta.— Bucky dice, levantándose de donde estaba sentado y caminando por la habitación. —¿De quién es esa ropa? No creo que uses ropa de hombre.—

Jordan carga un arma, misma que guardó tras su espalda. —Créeme si quisiera lastimarte, lo habría hecho en aquel callejón oscuro que vimos.— Informa la mujer. —Y la ropa es de Steve, dejó de quedarle hace mucho, me dijo que la regalara y eso hice. Es nueva, por si te lo preguntas.—

—¿Por qué me ayudas? Quiero la verdad, solo te pido eso.— Bucky la mira con curiosidad, mientras ella empacaba otro bolso con su ropa.

—Porque sé lo que es no tener a nadie que te apoye cuando lidias con tus demonios internos.— Jordan hablaba mientras se acercaba a él, su mirada denotaba sinceridad. —Sé que tienes muchas dudas sobre dónde estas, quién soy, quién eres tú y mucho miedo también, pero si me dejas entrar, será más fácil para ti dejar de sentirte tan mal.—

Bucky asiente y se quita la gorra que llevaba para colocársela a ella, como aceptación a lo que ella le propuso.

Jordan sonríe un poco. —Me gusta tu cabello.— Dice ella, para colocarle nuevamente la gorra. —Puedes preguntar lo que quieras, haré lo posible para responderte sin dar tantas vueltas, ¿vale?—

Bucky se queda pensando unos segundos. —¿Cómo te puedo llamar?—

Jordan abre la ventana de su habitación, para salir por ahí. —Carson o Jordan, como quieras. Ven, debemos salir por aquí, los vecinos suelen escandalizarse al verme salir por la puerta con alguna visita.— Dice la mujer para salir por la ventana, esperaba a Buck afuera.

James la sigue y sale por la ventana también. —¿Por qué te pusieron nombres de niño?—  Sigue a la chica cuando ella empieza a bajar las escaleras de incendio.

—Mm. No lo sé, mi padre se llamaba Carson pero el primer nombre no sé de donde salió.— Jordan a la vez que hablaba, se colocaba unos lentes con cristal transparente y la capucha de su suéter.

Bucky la ve curioso por los lentes que sé colocó. —¿Para qué los lentes?— Pregunta.

—Las personas te reconocen menos rápido con esto. No sé porqué.— Ríe y camina junto a Bucky hasta un estacionamiento oscuro.

—¿Por qué ese hombre rubio me dice Bucky?— Habla el castaño de cabello largo, si ella le dió bandera verde para preguntar no lo desaprovecharía.

—Como viste en el museo, nosotros fuimos mejores amigos desde pequeños. Un día llegaste a casa y nos dijiste que te llamáramos Bucky, dicho y hecho, así te empezamos a llamar. Bueno, solo Steve y otros conocidos, para mi siempre fuiste James.— Sonríe marcando los hoyuelos de sus mejillas, mientras abre la puerta de un auto, justo el lado del copiloto. —Por favor, señor. Suba al auto.—

Bucky asiente y entra al auto, cuando ella cierra la puerta un pequeño rastro de sonrisa se extiende por los labios del hombre. Estar acompañado por Jordan no sería tan malo después de todo.

Horas más tarde, Bucky y Jordan estaban en un avión, con destino a Rumania, en el espacio de primera clase. Fue difícil pasar de incógnito por el aeropuerto pero lo lograron. En ningún momento, James dejó de hacer preguntas y Jordan de responderlas, se sentían muy cómodos hablando entre ellos, muy calmados y sin miedo de que los atraparan. Cuando tocó hablar sobre Hydra, fue un poco más difícil hablar.

—Prometo, que cuando lleguemos a nuestro destino te diré todo de Hydra. Ahora solo quiero que descanses un poco. Lo mereces.—

—Creo que ya no tengo más preguntas.— Dijo Barnes acomodándose en el asiento, no estaba muy seguro de que merecieran un buen trato por todo lo que hizo.

Jordan lo ve con una sonrisa. —Yo si tengo una.—

Bucky la ve atento, dándole una mirada de aprobación para que siguiera hablando.

—¿Tienes hambre? Porque yo si.— Sonríe.

Bucky asiente lento. —¿Cómo lograste que todo esta área fuera solo de nosotros?—

—Usé la tarjeta de Ironman. Entonces, ¿quieres comer pollo?— Jordan hablaba como si robarle a Tony fuera lo más normal de la vida.

—Si, ya olvidé a que sabe.— Bucky habla para quitarse la gorra y peinar un poco su cabello.

Jordan lo miró enternecida, estaba tan diferente, su rostro se notaba cansado y era comprensible, ha pasado por tanto pero para ella, seguía siendo perfectamente hermoso. Desde ese instante se colocó una misión, pasará lo que pasará, James debía ser feliz desde ahora, muy feliz y ella se encargaría de sanar todas sus heridas para que eso fuera posible.

—Carson.— Bucky la llamaba y chasqueaba sus dedos frente a ella, ya que se notaba perdida en sus pensamientos.

—Lo siento, estaba pensando en cosas.— Jordan se disculpa algo sonrojada y llama a la azafata para que traiga la comida.

Bucky se quedó viendo fijamente a su compañera, se sentía extraño, ellos no eran solamente amigos, su corazón se lo decía. Los ojos esmeraldas de la mujer, eran hipnotizantes y ese sentimiento anteriormente lo había experimentado, aunque no recordara mucho. Ella era una parte de su vida que necesitaba urgentemente recordar.

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¿Alguien más ama a Bucky desmemoriado?

Espero que este capítulo les haya gustado, se les quiere aunque no los conozca.

#Angie. ❤