Capitulo 10

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Shailene.

-Vaya- hablo caminando hacia mí- Una se va a Vancouver por dos meses y se pierde de todo.

Sonreí y le di un gran abrazo.- Te extrañe Jamie.

-Yo también pequeña- contesto correspondiendo mi abrazo.- ¿Tienes hambre?- Asentí con la cabeza.- Bien, entonces, ¿Por qué no dejas tu mochila adentro y vamos a comer sushi? Así tal vez y me cuentas acerca del sexi chico del auto negro.

Me sonroje. Oh esperen, ¿me había sonrojado ante la mención de un chico? Ok, esto era extraño yo no me sonrojaba a menos de que alguien me pudiera descubrir besando un póster de Alex DeLeon, el vocalista de The Cab. Asentí y entre rápidamente para dejar mi mochila.

-¿Listo?- pregunto tía Jamie.

-Sip- conteste subiendo a su auto. Por inercia voltee hacia atrás y vi unas cuantas bolsas. Oh no, que no sea lo que estaba pensando. Le di una mirada a mi Tía.

-Lo siento Shailene- contesto inocente- no pude evitarlo.

Negué con la cabeza. Nunca podía evitarlo. Siempre que salía de viaje o aunque no lo hiciera iba a casa con bolsas repletas de ropa de moda con colores rosas y colores que no me imagino usando. Ropa, que jamás uso y que termina en el fondo de mi armario o en el closet de Madeleine.

-Esta vez te gustara Shailene, se lo que te digo- hablo viendo al frente. Después de algunos minutos nos encontrábamos ya esperando al mesero en el restaurante de sushi cerca del centro comercial.

-Y bien- hablo dejando su copa de vino- ¿Vas a decirme algo sobre ese chico?

Sabía que no iba a dejarlo ir.

-Es un compañero de clase- conteste sin interés. Porque eso era Theo, un compañero más.

-¿Y todos los compañeros de clases se dan aventones a sus casas?- pregunto levantando las cejas.

-Si a veces.

Sonrió y se sirvió más vino.- Eso decía yo a mama también hasta que Jenny me descubrió. Ya sabes que a tu mama no se le escapa nada.

Reí al imaginarme a Mama y a ella de jóvenes. Conociendo a tía Jamie, mama tuvo que haber lidiado con mucho.

-¿Y entonces?- continuo-¿No te agrada?, porque es lindo.- Me quede pensando. ¿Me agradaba? No lo sabía. Era un testarudo cabezota idiota pero había que admitir que tenía su lado simpático.

-No lo sé, apenas lo estoy conociendo.

-¿Y cómo se conocieron?- pregunto. Sonreí tímidamente. No es como que todos los días le cuentas a tu tía que un chico y tú se conocieron porque te dio un puñetazo en el rostro. Comencé a contarle como todo había pasado, su mirada reflejaba que estaba muy sorprendida. Al terminar ella aun no decía nada, seguía con una "o" formada en sus labios.

-Oh dios, no lo puedo creer- hablo por fin- esto debería ser una película.

Reí y comencé a comer el rollo de sushi que el mesero había dejado frente a mí.

-No lo puedo creer, ¿Madeleine hizo eso?, ¿Qué ha pasado con la niña que cantaba canciones de Hannah Montana mientras se bañaba en la fuente de tu casa?- Carcajee al recordar eso.

Madeleine y yo éramos las más grandes fanáticas de Hannah Montana. Incluso lloramos cuando descubrimos que se trataba de Miley Cyrus y que Hannah no existía. Patético, pero cierto.

-Bueno, él también se lo busco.

-Buen punto-contesto levantando su copa.- Por los hombres, que solo buscan problemas. Y por Madeleine, tendré que pedirle que me enseñe defensa personal.

Reí y levante mi vaso de limonada, estábamos haciendo como un tipo brindis.- Por todo eso- conteste. Tía Jamie choco su copa contra mi vaso y tomo su vino de un jalón. Yo reí y tome a lentos sorbos mi limonada.

-----> Shailene y su Tía Jamie en la foto de la multimedia

Por mucho másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora