Capitulo 11

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Capítulo 5 Amigos

Shailene.

Viernes. Por fin la semana había acabado. Estos días habían sido una locura, empezando por la suspensión de Madeleine y la aparición de Theo. Me levante un poco más alegre, tome una larga ducha mientras escuchaba música, no sabía cuánto había durado pero fueron exactamente siete canciones lo que había durado en la ducha.

Estaba indecisa sobre que ponerme, había llevado tres días seguidos camisetas de cuadros, por lo que usarlas estaba descartado. Mire un poco en mi closet, había camisetas de bandas, en especial de The Cab, tenía una inmensa colección de ellas, camisetas de cuadros, y una que otra camiseta que le había quitado a mi hermano porque me había gustado.

Hice una mueca y rebusque, al fondo de este estaba el suéter que Madeleine me había dado por mi cumpleaños. No lo había usado jamás, simplemente lo abrí y después lo deje colgado al fondo de mi armario, No era feo, pero no era mi estilo aunque tampoco era muy femenino. Era un suéter de manga larga color crema con rayas rojas y café. Era pegado al cuerpo, una de las razones por las cuales tampoco lo utilizaba. Lo mío no era ponerme algo que parecía que apenas y te entro untándote mantequilla en el cuerpo. Ugh. Lo tome sin pensar, ya no tenía tiempo y no quería llegar tarde. Mi teléfono vibro. Lo tome mientras me colocaba los pantalones.

Por fin bendito viernes, ¿Qué planes tienes hoy?, Madeleine la más hermosa xoxo.

Abroche el botón de mis pantalones y me coloque los calcetines con una mano mientras con la otra tecleaba en mi teléfono.

¿Qué no era que estabas castigada?, pd. Una persona que se llama a si misma hermosa, no lo es.

Bloquee la pantalla del teléfono y me coloque unas botas cafés. Ya estaba lista, cepille un poco mi cabello y lo deje suelto sujetando dos mechones de los lados hacia atrás con dos broches. Mi celular vibro de nuevo.

Amiga, sabes que Madeleine Kingsley y la palabra castigada nunca irán juntas, ¿Qué te parece películas y palomitas en mi casa?, pd. Soy hermosa, no lo niegues.

Sonreí y le escribí de vuelta.

Claro *nótese mi sarcasmo*, me parece bien, yo llevo las palomitas, y ya no pondré un posdata, ya tengo que ir a clases.

Bloquee mi teléfono y lo guarde en el bolsillo de mi pantalón. Baje las escaleras y tome un vaso de leche, no tenía hambre por las mañanas, pero al menos tenía que llevar algo en el estómago.

Estaba tomando las llaves de mi casa, cuando escuche el claxon de un auto. Me asome un poco por la ventana para no ser vista y ahí estaba el, Theo James y su maravilloso auto deportivo negro. Tome mi mochila y abrí la puerta.

-Hey- saludo- estaba a punto de bajarme.

Sonreí y camine para subirme a su auto.

-Me gusta tu suéter- hablo mientras manejaba. Yo solo lo mire, ¿estaba bromeando?- Y no, no estoy bromeando si es lo que piensas, en verdad es lindo.

Me quede en silencio. ¿Era brujo o adivino acaso?, no sabía que decirle. Mi mente me pedía que hablara sobre algo, pero mi boca no parecía querer responder.

-Tu auto es cómodo- Dios, ¿es todo lo que mi boca pudo haber dicho? El sonrió y volteo a verme.

-Sí que lo es- contesto- pero lo es más cuando estas recostado en la parte trasera.

Asentí y vi como el me miraba aguantando la risa. ¿Por qué se quería reír?, no había dicho algo gracioso, repase sus palabras en mi mente, "Pero lo es más cuando estas recostado en la parte trasera", que tenia de...oh por dios, ya había entendido. Era un pervertido. Me sonroje y el carcajeo al notarlo. Estaba muriendo de vergüenza.

-Eres un sucio- hable sin voltear a verlo. Una sonrisa traviesa apareció en sus labios.

-¿Por qué?- pregunto haciéndose el inocente- Oh, ya entendí. No quise decir lo que tu mente pervertida está pensando.

Le di una última mirada y no dije nada después de eso. Podía jurar que él tuvo una sonrisa durante todo el camino. Era un Idiota, sabía perfectamente cómo sacarme de mis casillas. Baje del auto y le agradecí por lo bajo para después perderme en los pasillos del colegio. Las clases estaban pasando más lentas que un caracol y sinceramente me sorprendía estar aún despierta en clase de lengua extranjera.

El timbre sonó y me levante bostezando, mi espalda dolía y mis parpados pesaban. Camine hacia mi casillero para cambiar de libros.

-Hey- voltee y ahí estaba Theo. Lo mire y no dije nada. -¿Hice algo malo?- pregunto frunciendo el ceño.

-No, solo estoy cansada.

-¿Las clases han sido una mierda, cierto?- pregunto y yo asentí.- ¿Quieres ir a almorzar conmigo?

-No me gusta el almuerzo de la cafetería- mentí. En realidad no me agradaba la idea de ser vista por todos en la cafetería mientras comía con él.

-¿Y quién dijo algo sobre la cafetería?- contesto sonriendo.

-Dijiste a almorzar, no creo que en el gimnasio o en la biblioteca den almuerzos- conteste rodando los ojos.

-Hay un lugar nuevo donde venden unas asombrosas alitas de pollo- hablo ignorando lo que le había dicho.

-No podemos salir de la escuela.

-¿Te da miedo?- voltee a verlo. Su mirada era retadora y estaba sonriendo.

-¿Acaso importa?

Cerré la puerta mi casillero y camine hacia la cafetería. Después recordé lo que le había dicho y regrese hacia mi casillero.

-Vamos Shai- canturreo. Voltee a verlo incrédula.

-¿Cómo me llamaste?

-¿Shai?- contesto sonriendo- ¿Tiene algo de malo?

-Sí, solo Madeleine y su ex novio suelen llamarme así- conteste seria.

-Oh, ¿y yo no puedo?

-No.- Camine pero su brazo me detuvo. Este chico amaba sujetar brazos.

-¿Por qué no?

-Por qué no- conteste haciendo una mueca.- solo mis amigos lo hacen.

Theo llevo una mano a su pecho, justo por encima de donde se encontraba su corazón.

-¿Acabas de decir que no soy tu amigo?

Reí.- Si, y es porque no lo somos.

-Pero podemos serlo.

-No gracias.

-Anda

-Que no.

-Por favor.

-¡Theo!- hable frustrada.

-¡Shailene!

Lo mire seria y él tenía una pequeña sonrisa. No pude evitarlo y sonreí, en verdad era graciosa esta situación. Pase una mano por mi cabello y después las cruce por encima de mi pecho.

-Ese suéter te va genial- contesto mirándome fijamente. Oh no, ¿Por qué olvide que este suéter es la cosa más ajustada que estaba vistiendo?

-¿Tengo ojos sabias?- rodee los ojos- Y se encuentran aquí- señale a mis ojos- no aquí- ahora señale a mi pecho. El rio, pero su sonrisa salió ronca, y eso hizo que se me erizara la piel.

-Vamos, hay que salir de aquí- hablo señalando hacia la salida,

-¿Nunca tomas un no por respuesta, cierto?

-Digamos que no- sonrió- anda.

Negué con la cabeza pero lo seguí. Salimos al estacionamiento fijándonos en cada rincón de los pasillos para no ser vistos. Subimos a su auto rápidamente y Theo comenzó a manejar hacia el restaurante.

Debo admitir que era un lugar lindo, no era el clásico lugar donde vendían alitas que estaba lleno de cosas de futbol americano y que parecía mas bar que restaurante. Este era un lugar pequeño con muebles en color anaranjado y paredes color verde manzana. Tomamos una mesa y esperamos a que nos atendieran. Sonreí al pensar en la locura que estábamos haciendo.

-------> El suéter que Shailene viste en el capítulo en la multimedia.

Por mucho másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora