Capítulo 14

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Miro a mi amiga con mucha atención. Jack, el chico que la engañó y la cambió por unos minutos con Karla, ¿se atreve a volver a buscarla? Es un idiota, como todo aquel que cae en sus garras y arruina una bonita relación por su culpa, pero soy consciente de cuánto lo quiso Amalia y de cuánto le costó asimilar la separación.

Cuando lo vio en aquella fiesta besándose descaradamente con Karla su corazón se partió en dos. Tanto así, que le fue imposible decir nada en el momento, y prefirió escapar de aquel lugar e ir a buscarme. Yo nunca he asistido a ninguna fiesta de fin de curso, por lo cual me encontraba acostada en mi casa cuando ella llegó llorando. Jamás olvidaré la decepción que emanaba su rostro.

—No puede ser. ¿Cómo ocurrió? —pregunto, carcomida por la curiosidad.

—Yo caminaba rumbo al instituto como todos los días, y pasé cerca del parking donde estacionan él y sus amigos. También estaba Austin—me comenta, aunque tal detalle no tiene ninguna importancia ahora—. De pronto me vio, se dirigió hacia mí sin darme tiempo a nada y me saludó. Charlamos un poco y me sorprendió cuando de la nada me preguntó si me gustaría intentarlo de nuevo con él.

—¡No tiene vergüenza! Ni siquiera fue capaz de confesar su traición y pretende que vuelvas con él como si nada—alego enojada.

—Recuerda que nunca le di oportunidad de hacerlo; rompí con él inventándome una excusa en vez de afrontar la realidad—comenta.

—Tú no tienes culpa alguna. Pero vamos, dime qué le has respondido.

—Me quedé perpleja al oírlo y únicamente atiné a responderle que debería pensarlo.

—¿Qué? ¿Entonces crees que sería posible regresar con él? —inquiero atónita, abriendo mis ojos como platos.

Amalia agacha la cabeza y se coloca uno de sus rubios mechones detrás de la oreja antes de volver a hablar.

—No he dejado de quererlo, Fiorella—murmura en voz baja, intentando proteger su confesión y la mención de mi verdadero nombre.

No puedo creerlo. Todo este tiempo creí que Jack era asunto del pasado y que tras el tiempo acontecido Amalia había sido capaz de curar la herida que le provocó su engaño y dejar atrás todo sentimiento albergado hacia él. Al parecer estuve muy equivocada.

—¿Por qué no me lo contaste? ¿Acaso no somos amigas? ¡Podría haberte escuchado y permitirte desahogarte con mi compañía! —le reprocho.

—No quería agobiarte con mis problemas.

—Escúchame, Amalia. Comprendo que aún guardes sentimientos por él, pero antes de aceptar su propuesta debes hablarle seriamente y hacerle saber cual fue el verdadero motivo por el cual su relación se terminó. Si no lo haces, seguro crea que puede seguir engañándote como si nada, ¡y nada me daría más rabia que alguien jugando contigo! —le aconsejo, tomándola de las manos.

Una sonrisa aparece en su rostro.

—Tienes razón. Debí habértelo contado antes—se lamenta—, pero tomaré tu consejo y hablaré con él en cuanto lo vea. Ahora cuéntame qué te ha ocurrido a ti.

—Karla—suelto, rodeando los ojos.

—¿Qué te ha hecho ahora esa arpía?

Le comento mi nuevo encuentro con la ex de Austin y luego ambas nos dirigimos a clase.

¡Es tan hermoso contar con una amiga como Amalia! Sin dudas es una de las personas más importantes en mi vida y sin ella nada sería igual. Nos conocemos desde pequeñas, ya que ambas íbamos a la misma escuela, la cual pertenece al dueño del instituto al que concurrimos hoy en día, y desde entonces nos hemos vuelto inseparables.

Quiero ser otraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora