Capítulo 21

1K 46 6
                                    

Todo ha pasado tan rápido que me es prácticamente imposible de procesar. Mike... ¿Él realmente me ha visto transformándome? Porque quiero estar segura de qué vio exactamente antes de hablar y meter la pata.

-¿Fio...rella?-pregunta, entrecortando la voz-. ¿Qué se supone que es esto? ¿Un truco de magia?

Sus palabras me lo confirman todo; ha presenciado el espectáculo. ¿Y ahora? ¿Qué más debo inventar? ¿Con qué otra excusa debo engañar a una de las personas que más quiero, con tal de mantener oculta mi doble identidad? No. Ya es suficiente. Ya no puedo seguir fingiendo, y menos siendo que me ha descubierto.

-Imagino que no debes entender nada de lo que ocurre y...-corto la oración a falta de palabras-. Solo te pido que entres, cierres la puerta y me escuches, ¿si?

-Dime, ¿estoy soñando, verdad?-suelta, saliendo de quicio-. ¡Dime que esto no es real porque... es imposible!

-Tranquilízate, Mike, voy a explicarte todo.

Dicho y hecho, es lo que hago, explicarle desde el comienzo hasta el final cómo apareció este cambio rotundo en mi vida, que me ayuda a ser aceptada y tener una vida social estable y llevadera a costa de mentiras y engaños que mantienen todo oculto.

A medida que voy avanzando en la historia, su cara empeora. De seguro cree que estoy loca o que me he inventando cada palabra, y no lo culpo. Si yo hubiese estado en su lugar, antes de que me fuese entregado el collar, me reiría por el delirio de la persona que me lo cuenta o me preocuparía por su salud mental.

-Y así es como llevo esta doble vida. Esa es la explicación a lo que has visto. Cuando entraste yo era Emma, tal cual cada mañana, y segundos después, me convertí en Fiorella, por el resto del día-termino.

Él queda callado, de seguro mudo por el susto que se ha llevado al entrar. Estoy deseando que hable, que tome la palabra, pues a mi ya no se me ocurre qué más agregar para convencerlo, cosa que dudo haya logrado.

-Esto es muy...-comenta, tratando de encontrar la palabra adecuada para la ocasión-. Loco.

-Lo sé, lo sé pero te juro que es la verdad, tú mismo eres testigo de ello, ¿no?

-Justamente eso, es lo que me lleva a creerte, el no encontrar una razón lógica que encaje con lo que ha sucedido, pues de otra manera, por más cariño que te tengo, tendría que llamarte desquiciada.

-Entonces, ¿me crees? ¿De verdad me crees?-exclamo asombrada, sonriendo.

Él asiente con la cabeza, reaccionando con otra sonrisa al ver la mía.

-Luego de verte transformándote, te creería hasta que puedes volar-ríe.

-Gracias, gracias por creerme Mike, otro en tu lugar no lo haría-digo, abrazándolo-. Eres increíble.

-Lo que no entiendo es por qué has venido al baño de hombres...

-¿Baño de hombres?-digo, al tiempo que nos soltamos y recuerdo que al entrar, le escuché decir algo sobre esto.

-Claro, ¿por qué crees que estoy yo aquí? Tendrías que ir siempre al de chicas.

-Pero, Mike, este es el baño de chicas-digo, completamente segura-. Tú debes estar confundido.

-Sí, este siempre ha sido el baño de chicas, pero los han cambiado, ¡y no me preguntes por qué, pues no tengo la menor idea del motivo! Lo cierto es que has tenido suerte de que entrase yo, y no otro chico.

-Vaya, nadie me advirtió del cambio, y estoy tan acostumbrada a venir aquí que no miré el cartel de la puerta antes de entrar.

-Tenlo en cuenta para la próxima, ¿eh? 

Quiero ser otraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora