Margarita
Mi amiga y yo no tuvimos tiempo para charlar. Al rato, Luis vino para avisarnos de que sus tíos se iban y querían despedirse de Ada. Cuando bajó para darles el adiós, Luis me susurró que Memo era nuestro cómplice.
—¿En serio? —pregunté, aún poco convencida.
—¡Por supuesto!
—¡Lucho! ¿Dónde estás? ¡Baja, que te están llamando! —Se oyó a su hermano desde el pasadizo—. Mi tío Adolfo y su familia ya se van.
—Ok, ya voy —dijo, dándome un beso en la boca y levantándose.
El niño tocó la puerta, preguntó «¿Puedo pasar?» y entró.
—Sabía que estarías aquí, Lucho. No pueden despegarse ni un momento.
Reí algo nerviosa.
—¡Qué inoportuno eres! —se quejó Luis—. Bueno, ya vuelvo.
Cuando estaba a punto de retirarse junto con Memo, este balbuceó:
—¡Oh, me olvidaba! —Se rascó el cuello y volteó a verme—. La mamá de Margarita dice que ya deben irse; quiere que la ayudes a bajarla.
—¡Mierda! —exclamó Luis.
—Hermano, ¡no digas malas palabras! A mamá no le gusta —le reprochó el niño con el ceño fruncido—. Aparte, aquí está tu enamorada, no debes decir esas palabrotas delante de ella...
¡Qué caballerito era Memo! ¡Llamándole la atención a su hermano mayor!
—Está bien —masculló Luis entre dientes. Observó de reojo a Memo e hizo una mueca—. Bueno pues, Margarita... ¿me dejas que te cargue?
Asentí. Lentamente, volví a estar en los brazos de Luis. Ya me estaba acostumbrando a que me llevara de ese modo; me fascinaba.
—No creo que nos veamos hasta después de fiestas —me lamenté.
Estaba triste al decirlo, pero tenía razón. Lo más probable era que no nos veríamos en varios días más.
—No importa. De todos modos, te escribiré y llamaré a diario.
—Pero...
—Si está mi suegra cerca de ti y quieres hacerle creer que estás hablando con una amiga, no te preocupes. Se me da muy bien la actuación, ¿o ya olvidaste que me hice pasar por un enamorado al que acaban de abandonar?
Sonreí al recordar su actuación delante de Ada.
—De todos modos —añadió en un susurro—, con el detalle que has tenido al venir a mi cumpleaños y con lo que ha pasado entre nosotros... —La sangre se me subió a la cabeza—... me doy por satisfecho. Sabré esperar.
—Trataré de llamarte diariamente, sobre todo por Navidad, lo prometo.
Me sonrió tiernamente. Con esto, tuve el apoyo suficiente para hacer más llevadero el dolor que comenzaba a invadirme al saber que me separaría de él.
ESTÁS LEYENDO
El secreto de Margarita [Saga Margarita 2] - [GRATIS]
ChickLitContinuación de «Decídete, Margarita» (la cual la encuentran en mi perfil). No recomiendo leer esta parte sin haber leído su antecesora. ****** Luego de que Margarita y Luis se reconciliaran, y del gran error que ella cometió esa noche -producto de...