Luis
—¿Qué tal, señorita? —dijo Iván.
Transcurrieron varios segundos que se me hicieron eternos. Pero, mi amigo no dijo nada más. Solo alzó la mano para saludar a Margarita, la cual le devolvió el gesto. Puta madre, Iván. ¡Mil gracias!
La reunión transcurrió sin novedad. La música volvió a escucharse a alto volumen. Yo estaba con mis amigos, agradeciéndoles el que fueran discretos. Iván me recordó que le diera el teléfono de mi prima, a lo que yo le prometí que se lo daría mañana. Mi enamorada y su mamá estaban sentadas al frente de mí, cerca de donde estaban papá y mis tíos. Mi suegrita charlaba con mi viejo mientras Margarita lo hacía con Ada, quien estaba sentada a su lado.
De rato en rato, las miradas entre Margarita y yo se cruzaban. Me moría por estar con ella para llenarla de besos, pero tenía que contenerme. ¡Carajo!
—Oye, Lucho —dijo Pablo, distrayéndome.
Me mostró la pantalla de su celular, la cual marcaba que una llamada estaba entrante. Mi amigo lo tenía en vibración.
—¿Qué pasa? —le reclamé—. ¿Por qué no contestas?
—Bro, fíjate bien. —Me mostró más de cerca la pantalla—. ¡Es la China!
Efectivamente, en su teléfono se podía ver «Chinita Rica Su Wan».
—¿Y? ¡Contéstale de una puta vez, huevón! Que se va a cortar.
—Pero no va a querer hablar conmigo, sino contigo... —se quejó, cabizbajo—... para felicitarte por tu cumple.
—Oye —lo agarré del hombro—, concéntrate en lo que quedamos. Cuando sea la fiesta en mi casa, la invitamos. Y ahí tú a lo tuyo.
—Sí, pero... seguro que ha llamado para hablar contigo. ¡Mierda!
En ese instante, la llamada se cortó.
—Huevón, eso ya sabíamos que podía pasar, ¿no?
—Sí, pero...
—Y si vuelve a llamar, sal al patio de inmediato y habla con ella. Dile que no estás conmigo y encuentra cualquier pretexto para conversar un poco más.
De pronto, su teléfono volvió a vibrar. Era la oportunidad que necesitaba.
—¡Ve, brother! —lo animé.
Pablo se paró. Se dirigió a la cocina, para luego ir al patio y hacerme caso.
—¿Qué le pasa a Pablo? —preguntó Iván.
—Una vaina que tiene con una flaca que le gusta.
—¿Ya se le declaró en su estilo «irresistible»? —se burló.
—¡Puta madre, Iván! Hay que ayudarlo y ya no reírnos tanto de él, huevón. Que la pasa realmente mal cuando lo chotean(1).
—Pero, cuéntame más, pues.
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El secreto de Margarita [Saga Margarita 2] - [GRATIS]
ChickLitContinuación de «Decídete, Margarita» (la cual la encuentran en mi perfil). No recomiendo leer esta parte sin haber leído su antecesora. ****** Luego de que Margarita y Luis se reconciliaran, y del gran error que ella cometió esa noche -producto de...