Capítulo 7 | Camila

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-Camila-

Lauren aparece vistiendo unos vaqueros negros entallados, y una camisa gris. Lleva una chaqueta de piel encima, y luce fresca y limpia.

Tiene un pequeño moretón en el pómulo y su ojo está ligeramente hinchado. De ahí en más, no puedo reconocer ninguna clase de herida causada por la pelea. El corazón me da un vuelco cuando me sonríe mientras camina en nuestra dirección, con las manos en los bolsillos de los pantalones.
Detrás de ella, viene Halsey.

Dinah aprieta mi brazo con fuerza. Es todo lo que tiene que hacer para que me dé cuenta de lo nerviosa que se encuentra. Halsey lleva una camisa negra  y unos vaqueros oscuros. Luce imposiblemente atractiva.

Entiendo el nerviosismo de Dinah

—Ella es Halsey —dice Lauren señalando hacia la chica a sus espaldas. Halsey nos saluda con una sonrisa y un beso en la mejilla.

—Soy Camila y ella es Dinah—digo señalando a mi amiga.

Halsey le guiña un ojo a Dinah y noto cómo ella se ruboriza un poco. — ¿Cuál es el plan? —pregunta Halsey mirándonos a todas.

— ¿Un bar? —sugiere Lauren.

—Buena suerte, con eso —Dinah rueda los ojos al cielo—. Camila no bebe.

Siento el rubor extenderse por mi rostro y tengo ganas de golpear a Dinah en las costillas para que se calle. Lauren me mira con incredulidad, pero sonríe.

—No estoy en contra de los bares —me encojo de hombros—. Puedo tomar lo que sea.

— ¿Un café? —sugiere Halsey.

— Estábamos pensando en algo como… —miro a Dinah por algo de apoyo.

—Boliche —termina Dinah por mí.

Halsey y Lauren se miran y sonríen.

—De acuerdo. Boliche, será —Lauren asiente y saca las llaves de su auto—, ¿nos vamos?

—Traigo mi coche —digo con una sonrisa de disculpa—. ¿Nos vemos ahí?

Ella me mira unos segundos y le lanza sus llaves a Halsey. —Llévate mi carro. Yo me voy con Camz y tú con Dinah —no puedo disimular la sonrisa idiota que me asalta.

— ¡Tranquila, tigre!, hacerte la interesante podría funcionar —se burla Dinah; y la miro con exasperación, sin embargo, no puedo dejar de sonreír.

Lauren se rasca la nuca y sonríe tímidamente. ¿Se está ruborizando?...

Sin decir una palabra más, nos encaminamos hasta donde he dejado mi viejo Chevelle. Abro la puerta del piloto y me introduzco dentro para quitarle el seguro a su puerta. Ella la abre y alza las cejas con incredulidad. — ¿Un bate?

—Llámame paranoica, pero me siento más segura si lo llevo conmigo —digo lanzándolo al asiento trasero.

Una risa limpia y fresca brota de su garganta mientras se sienta a mi lado. Enciendo el auto, rezando mentalmente para que no vaya a fallar. Conduzco mientras ella busca algo que poner en la radio y se detiene en una canción que conozco.

Comienzo a tararear en voz baja y Lauren sube el volumen. Yo la miro con indignación y comienzo a cantar más fuerte. Ella sube el volumen una vez más y estoy cantando a todo pulmón. Siento la mirada de Lauren sobre mí y sonrío.

Ella baja el volumen y me detengo en una luz roja. — ¿Alguna vez alguien te ha dicho que deberías dedicarte a cantar? —dice. Yo la miro con incredulidad.

DestruyemeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora