Capítulo 46 | Camila

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-Camila-




Nunca antes me he sentido de ésta manera. El dolor es tan intenso, que puedo jurar que se ha convertido en algo físico. Es como estar dentro de una piscina profunda y helada, quedándote sin aliento, llenando de agua tus pulmones hasta que, eventualmente, dejas de respirar.

Los moretones en mis muñecas son un recordatorio constante de lo ocurrido en el departamento de Lauren. No he tenido el valor de salir de la habitación para nada que no sea ir a la escuela. He desarrollado un extraño adormecimiento que sólo se va cuando llega la noche; es entonces, cuando viene el verdadero dolor. Cuando lloro hasta quedarme dormida, cuando lo único que quiero hacer es arrancar los recuerdos de mi cabeza y enterrarlos donde no sea capaz de encontrarlos jamás.

Dinah se ha encargado de proveerme de comida que no quiero probar, de obligarme a levantarme por las mañanas y continuar con mi rutina. He recibido tres mensajes por parte de Lauren, en los cuales se disculpa por haberme lastimado.

Una parte de mí le importa una mierda que me haya lastimado, sé que no quiso hacerlo realmente. Pero hay otra, una parte oscura que se aloja en lo más recóndito de mi cabeza, que me susurra con frecuencia que Lauren es capaz de hacerme más daño.

Shawn me ha invitado a salir tres veces en lo que va de la semana, pero sigo negándome a dirigirle la palabra. Se siente incorrecto hablar con él. Se siente incorrecto hacer cualquier cosa que no sea estar en mi habitación, intentando sacar los besos de Lauren fuera de mi piel.

Dinah está arreglándose en silencio. Es la semifinal, y Lauren y Halsey van a enfrentarse ésta noche. La ansiedad está haciendo estragos conmigo, pero intento mantenerme concentrada en el ensayo que tengo que entregar para el miércoles de la próxima semana.

El teléfono de mi amiga suena y la veo sonreír al leer la pantalla. No puedo evitar sentirme enferma por la envidia que siento. Hace unos días mis labios se pintaban con una sonrisa como esa cada que leía el nombre de Lauren en la pantalla de mi teléfono.

Sus ojos encuentran los míos y su expresión se suaviza. — ¿Estás segura de que no quieres venir? —pregunta, mirándome con aprehensión.

Asiento con la cabeza, sintiéndome incapaz de confiar en mi voz para responder. Dinah se sienta al filo de mi cama y juguetea con el dobladillo de la sábana revuelta.

—Necesitas continuar, Camila —dice, alzando la vista para encontrarme—. Sé cuánto la quieres y sé lo mucho que te está doliendo todo esto, pero no puedes esconderte aquí hasta que todo pase. Lauren está ahí afuera, enfrentando al mundo, mientras que tú estás aquí, sintiéndote incapaz de levantar los brazos para pelear.

—N-No estoy lista —digo con un hilo de voz.

—Tienes casi dos semanas viviendo en una burbuja. Necesitas enfrentar tu dolor. Llóralo, estalla y grita…, pero no intentes protegerte a ti misma. Vas a sentirlo tarde o temprano.

—Lo siento todo el tiempo —mis ojos se llenan de lágrimas, pero me obligo a mantenerlas dentro.

—Entonces no lo reprimas —me regala una sonrisa triste—. Si has tomado la decisión de seguir con tu vida sin ella, sé valiente y sigue adelante. Te hizo feliz, Camila —dianh me sonríe—. Quédate con eso. Sé que duele, pero vivirás para contarlo. Nadie se ha muerto de amor, y no vas a ser la primera.

Asiento, intentando recomponerme.

—N-No puedo creer que no estemos juntas —susurro.

—Nada es para siempre —suspira—. Ella tomó una decisión. Ella eligió el box… Te toca a ti elegir salir adelante.

DestruyemeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora