48. El juego

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—¡¿Qué es esto?!— Y esa era la inconfundible voz de mi padre.

Todas mis alertas se dispararon porque aún sentía el olor de Adam sobre mí, entonces entendí porqué estaba gritando. 

Abrí los ojos de repente y toda la sensación de sueño había desaparecido, ya estaba totalmente despierta. 

Al lado de la puerta se encontraban mi madre, con las manos sobre la boca en gesto de sorpresa y mi padre con el ceño fruncido demostrando niveles de furia que jamás había visto. 

Adam se había levantado de mi lado y podía notar su cara roja de vergüenza, no esperaba lidiar con esto ahora, ni él, ni yo, ni nadie.

— Buenos días- digo intentando disipar la tensión en el ambiente y mi padre me mira enfadado.

— De buenos días nada, ¿Me explicas qué hacía un chico en tu cama?¡Durmiendo contigo!- grita desesperado y noto a Adam respirar hondo. 

Mi madre pone su mano en el hombro de mi padre y él parece tranquilizarse un poco. Adam se acerca a mis padres y estira su mano para presentarse formalmente. 

— Siento que haya tenido que conocerme así, creo que no es la mejor presentación— explica Adam con su mayor tono de respeto. 

Mi padre mira la mano de Adam debatiéndose entre si estrecharla o no y después mira a Adam aún con un claro odio en su mirada. Finalmente le estrecha la mano. 

—Soy Adam Walker— se presenta y asiente con seguridad hacia mi padre. 

—Hay que tener mucha valentía para presentarse después de todo- dice mi padre con seriedad y Adam sonríe más sabiendo que no ha dado tan mala impresión.

Adam ahora mira a mi madre y ella sonríe ampliamente, no tarda en abrazar a Adam con mucha fuerza y yo bufo. 

—Mamá por favor- digo rodando los ojos. 

Adam por su parte ríe ante mi respuesta. 

—Déjame, estoy emocionada- explica mi madre y se aleja de Adam recuperando la compostura. 

—Encantado de conocerles- dice Adam con una leve sonrisa, se gira para mirarme por unos segundos—Creo que esperaré fuera-me guiña disimuladamente el ojo y sale de la habitación. 

—Lo sabía- dice mi madre segura y asiente. —Yo lo sabía, lo sabía lo sabía, te lo dije, te lo dije desde la primera vez que lo mencionaste.

—Dios mío.— ruedo los ojos

—No, a mi no me hagas eso con los ojos jovencita, déjame que disfrute de llevar la razón.

-—¿Algo que decir papá?- pregunto mirándole notando su clara incomodidad ante el tema.

—No me hace ninguna gracia- niega con la cabeza —Eres mi niñita y no me hace ninguna gracia. 

—Ya no es tan niñita- dice mi madre sentándose sobre mi cama mientras con la mirada se asegura de que estoy bien.

—Ni se te ocurra decir eso, no vuelvas a decir eso- contesta mi padre a la defensiva como si las palabras de mi madre hubiesen sido un ataque directo hacia él —Además
¿Quién es ese chico? No lo conocemos de nada, y se nota que es mucho más mayor que tú.

—Papá, tenemos la misma edad- digo intentando evitar reírme. 

Mi padre abre los ojos como platos —Me gustaría saber qué es lo que le dan de comer a estos chicos de ahora, ese chico no puede tener 17 años- dice señalando la puerta.

—Adrián- le llama mi madre intentando hacerle entrar en razón —Ya hemos hablado de esto, en algún momento Scarlett tendría novio.

Mi padre la mira aterrado —Pero yo creía que a ese momento aún le quedaba mucho tiempo para llegar.

Gen D [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora